Viaje de emergencia al Fondo: Con el acuerdo original caído, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, se reunirá con los técnicos del FMI el lunes. Adelantó que se anunciarán medidas “para tranquilizar”. Apuesta a conseguir más dólares para alejar el fantasma del default.
“Este es el único rumbo, vamos por el buen camino”, sostuvo el ministro de Hacienda y Fianzas, Nicolás Dujovne al anunciar una profundización del ajuste fiscal. El funcionario ofreció anoche una improvisada conferencia de prensa en la Casa Rosada donde anticipó que el próximo lunes viajará a Washington para comenzar a renegociar el programa de financiamiento condicionado con el Fondo Monetario Internacional. Antes de subirse al avión, el titular del Palacio de Hacienda dará a conocer un “paquete de medidas para reestablecer la tranquilidad de los argentinos y para estar cada vez menos expuestos a la volatilidad del mercado”. Mayor recorte en el gasto así como “medidas del lado de los ingresos” fueron las escasas precisiones ofrecidas por Dujovne. Entre los instrumentos sugeridos por el FMI en su staff report que fueron descartados por el gobierno de Mauricio Macri figura la suspensión en la rebaja de las retenciones.
“Este nivel de tipo de cambio ya exagera los fundamentos de la economía argentina. El país es competitivo con un nivel inclusive menor a éste. Esto va a poder verse en la medida que trabajemos juntos para reestablecer la confianza. Es cierto que bajar la volatilidad es un proceso lento pero hoy el Banco Central tomó acciones muy decididas”, indicó el ministro al referirse a las medidas anunciadas ayer por la autoridad monetaria (ver aparte). El Banco Central decidió acompañar la explosiva escalada del dólar con una nueva suba de quince puntos en la tasa de interés de política monetaria hasta el 60 por ciento anual y un incremento en 5 puntos porcentuales los encajes para todos los depósitos en pesos, tanto a la vista como a plazo. Las medidas apuntan a contener el proceso de dolarización. Aunque insuficientes para contener la corrida contra el peso en un mercado cambiario completamente desregulado, las políticas monetarias contractivas profundizarán la caída en el nivel de actividad. El incremento en las tasas del BCRA se propagará hacia todo el sistema bancario elevando el costo de financiamiento para empresas e individuos. La entidad presidida por Luis Caputo se comprometió a mantener el sesgo contractivo. Para eso, anunció que no bajará sus tasas de referencia, por lo menos, hasta diciembre. Las medidas pretenden, además, respaldar al programa de rescate de las Lebac lanzado por el BCRA dos semanas atrás. El próximo vencimiento llega el 18 de septiembre.
“Vamos a avanzar en el entendimiento técnico acerca de los desembolsos adicionales del Fondo para 2019. Creemos que vamos a hacerlo rápidamente. Entendemos que así se reestablece la confianza”, expresó Dujovne al referirse a la solicitud realizada al FMI. La pretensión oficial es que el organismo multilateral habilite al país a solicitar hasta 29.000 millones de dólares a lo largo de 2019. Con esa fórmula se adelantarán al año próximo los seis desembolsos previstos para 2020 y 2021.
A mediados de mes, el BCRA subió la tasa hasta el 45 por ciento para fortalecer el esquema de desarme. El elevado nivel alcanzado entonces debía mantenerse, aseguró Caputo, hasta octubre. El recrudecimiento de la corrida cambiaria no permitió mantener la promesa. El stock de Lebac se redujo pero los instrumentos ofrecidos como sustitutos no lograron la adhesión pretendida y la autoridad monetaria debió vender más de 1000 millones de dólares en los días siguientes. “En respuesta a la coyuntura cambiaria actual y ante el riesgo de que implique un mayor impacto sobre la inflación doméstica, el BCRA resolvió aumentar la tasa de política monetaria a 60 por ciento”, sostiene el comunicado publicado ayer por la mañana cuando la disparada del dólar ya había comenzado.
Ni la suba de tasas ni la venta de reservas alcanzaron para frenar el alza en la cotización de la moneda estadounidense. En cambio, convirtió a las tasas locales en las más altas del mundo. En Turquía, uno de los países más afectados por la incertidumbre financiera internacional, la autoridad monetaria mantiene las tasas en 17,5 por ciento anual. Los rendimientos de Lebac se dispararon y para los plazos más cortos saltaron al 80 por ciento anual. A su vez la tasa interbancaria trepó a 65 por ciento anual promedio. Para las pymes y los consumidores, el aumento en las tasas de interés incrementará significativamente el costo de financiamiento.
“A pesar del punto de partida favorable para los bancos, es probable que las tasas de interés se mantengan elevadas por un tiempo y que la economía se ralentice. Esto presionará al alza a los préstamos en mora y limitará la provisión de nuevos créditos”, anticipaban en julio los técnicos del Fondo. Entre las tareas previstas para la primera misión del FMI que permanece en el país hace más de dos semanas figura la elaboración de una hoja de ruta para hacer frente a “potenciales” episodios de corridas bancarias y quiebras de entidades.
El problema hoy no es una salida de depósitos en moneda local pero con sus últimas medidas el Banco Central se anticipa a una caída en las colocaciones en pesos que podría derivar en la necesidad de aplicar alguna restricción a la salida. El alza en las tasas y los encajes es también un intento, hasta ahora infructuoso, por desalentar el traspaso de depósitos en pesos a dólares. Los encajes son la parte de los depósitos que los bancos tienen que inmovilizar para responder ante el pedido de retiro de sus clientes. Para prevenir problemas de solvencia del sistema bancario es que el Central aumenta esa inmovilización.