El kirchnerismo sintió el duro efecto del abrupto desenlace en la definición de la fórmula presidencial. Lo sucedido dejó varios heridos, primero por no haber podido colocar un nombre en el binomio, en el que finalmente quedaron Sergio Massa y Agustín Rossi -por parte de Alberto Fernández-. Pero también por cómo se llegó a esta instancia, sin haber podido dar un postulante propio de consenso.
El movimiento implicó el desplazamiento del ya lanzado Eduardo “Wado” de Pedro, un “puro” de las filas del kirchnerismo, muy apuntalado en el último tiempo por buena parte de la estructura interna, que buscó fortalecer su figura para poder competir.
Las imágenes que salieron ayer del Congreso mostraron la dimensión de la situación. Un Massa exultante y un Máximo Kirchner -de rol activo en las negociaciones- cabizbajo, con el rostro prácticamente cubierto por una gorra.
La magnitud del impacto del anuncio fue tal que, hasta ahora, ninguno de los líderes de La Cámpora había compartido el mensaje de Unión por la Patria con el anuncio. En cuentas como las de Mariano Recalde, Andrés Larroque, Fernanda Raverta, o la del propio De Pedro, la mayoría tenía como último posteo el video del lanzamiento del mercedino, emitido en el atardecer del jueves.
Recién este mediodía, más de 15 horas después de la decisión que se conoció vía la cuenta oficial del flamante Unión por la Patria, el propio ministro del Interior se expidió en sus redes sobre la situación y felicitó a Massa, que a su vez le devolvió el saludo en modo agradecimiento. Antes y después casi todo era silencio interno.
Entre las muestras más palpables del descontento está la confirmación de que el dirigente Juan Grabois, del núcleo duro del kirchnerismo, decidió no bajarse de su precandidatura, como había hecho ante el lanzamiento de De Pedro, y seguirá adelante. Participará solo en la candidatura a presidente y en el resto llevará colgada la lista del espacio.
Ante esta situación, el kirchnerismo apeló al pragmatismo puro para atravesar las primeras horas posteriores a la maniobra que terminó ubicando a Massa como candidato único a presidente. El consuelo serán las listas legislativas, donde las huestes de Cristina Kirchner aspiran a lograr una compensación.
“Cristina decidió ganar, la unidad es fundamental, acuerdo con el peronismo”, resumió un importante hombre del ala dura del oficialismo. La lectura es compartida con otros referentes del espacio que, aseguran, se encolumnarán detrás de Massa, pero aún procesan el revés que significó su candidatura. “La de Massa es una fórmula más competitiva, y eso también fortalece la candidatura de Axel (Kicillof) en provincia”, se entusiasmó otro hombre del kirchnerismo, y completó que, además, independientemente de si Massa consigue convertirse en presidente, “nosotros ya tenemos los principales lugares garantizados”, en referencia a los cargos legislativos que ubicarían a De Pedro en el Senado y a Máximo Kirchner en la cabeza de Diputados.
En el último mes, todos los esfuerzos del ala dura habían estado en fortalecer al ministro de Interior para romper su desconocimiento y convertirlo en, al fin, un nuevo propio rumbo al sillón de Rivadavia. Como apuntaban en el peronismo, “desde Cristina no hubo un candidato propio del kirchnerismo”, en referencia a Daniel Scioli en 2015 y Alberto Fernández en 2019.
El jueves, de hecho, cuando se oficializó el lanzamiento de De Pedro, hubo satisfacción en buena parte del kirchnerismo porque habían logrado imponer a uno de los suyos, como había incluso señalado la propia vicepresidenta en diciembre pasado, cuando llamó a tomar “el bastón del mariscal”. Los ruidos ese día pasaban en general por la figura de Juan Manzur y por el incesante reclamo de los gobernadores para que haya candidato de unidad, como finalmente sucedió.
Cuando el viernes se conoció el giro, hubo sorpresa y decepción. De trasfondo, los críticos del kirchnerismo evocaban dos ideas. “Alberto dijo que iba a terminar con 20 años de kirchnerismo y cumplió”, en referencia a un off del presidente al periodista Roberto Navarro y a la ausencia de kirchneristas puros en la fórmula. Y también a la necesidad de reformulación del espacio que creen que deberán encarar para subsistir.
Cerca del Instituto Patria se alejan de un escenario de descontento y aseguran que se trató de ”una decisión política y de amplia responsabilidad de todo el espacio”, al tiempo que alejaron la idea de que la decisión en detrimento de De Pedro tuviera costos para el espacio, al entender que en política, los costos no se miden en el corto plazo. Y apuntaron a que la decisión tomada va en línea con el “espacio colectivo” que se conformó en 2017.
Por otro lado, frente al impacto de la noticia y la falta de expresión de líderes del espacio, en el peronismo apuntan a la idea de que el kirchnerismo “va a tener que pensar cómo sigue, porque lo que pasó es un sopapo, no solo por lo concreto de la decisión, sino por lo que llevó hasta ahí: ni gobernadores, intendentes, ni otros referentes del justicialismo estaban conformes con cómo se movieron y decidieron las cosas antes del cambio del viernes”, aludió un justicialista “paladar negro”, como le gusta definirse.