El Jeque Petrolero: Pereyra SRL

En un extenso informe especial del que aquí compartimos su primera parte, el diario Río Negro, hizo alusión a las múltiples empresas que crearon los familiares del jefe sindical petrolero. Están orientadas a nichos del…

miércoles 17/05/2017 - 23:55
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En un extenso informe especial del que aquí compartimos su primera parte, el diario Río Negro, hizo alusión a las múltiples empresas que crearon los familiares del jefe sindical petrolero. Están orientadas a nichos del negocio hidrocarburífero y del propio gremio. Abarcan desde el transporte hasta la salud y las cobranzas. Extraños vínculos con dos fuertes empresarios del sector.

Los 30 le pisaban los talones cuando decidió buscar en Neuquén una oportunidad de trabajo que no le garantizaba Bowen, su pueblito mendocino natal cerca de General Alvear.

Eran los inicios de los ’70, cuando la provincia despuntaba como fuerte proveedora de hidroelectricidad, gas y petróleo para la pampa húmeda y el litoral argentino.

Guillermo Juan Pereyra, alias “El Caballo”, pidió trabajar en la primera petrolera que se le cruzó. Changarín fue el puesto que le dieron. En algún momento también se lo vio como custodio de “El Farolito”, el recordado boliche al que iban petroleros deseosos de esparcimiento. Pero a las tres semanas consiguió algo mejor en la perforadora Astrafor. Y sin escalas pasó de ayudante de boca de pozo a “enganchador” de tuberías, a 27 metros de altura.

No pasó mucho tiempo hasta que se vio seducido por la actividad gremial, en un sindicato que daba sus primeros pasos al mando de Hugo Rozar. Éste vio en Pereyra -ya delegado- un hombre inquieto y con temperamento. Por eso lo invitó a integrar la comisión directiva como Secretario Administrativo. Pocos días antes del golpe del ’76, Rozar murió y el gremio permaneció intervenido por los militares hasta 1983, cuando Pereyra vio la oportunidad de liderarlo. No le fue fácil. Consiguió el mando por apenas 62 votos.

Sin embargo, desde entonces no sólo nunca se despegó del poder. Lo multiplicó de tal modo que resultó imbatible para sus opositores. También para los políticos.

Hoy, a los 73 años, “El Caballo” lo probó todo: funcionario de Trabajo de Sobisch, diputado provincial, senador nacional, director de YPF, adjunto de la CGT y mandamás de un gremio fuerte en tres provincias.

Moviliza masas obreras por millares, y con ellas muestra fusta y presión. Domina a empresarios petroleros. En el gremio está encaramado desde hace 33 años y nadie lo sacará hasta el 2020, por lo menos. Arrasó no sólo en las elecciones sindicales; también en las legislativas que lo catapultaron en el Senado como presidente de la influyente Comisión de Minería, Energía y Combustibles. A fuerza de internas, destronó a “números puestos” del MPN y, hoy por hoy, se muestra en el partido como un padrino aglutinador y referencial.

Por añadidura, se convirtió en el sindicalista más mimado del presidente Mauricio Macri, por haber sido la llave de sus deseos de cambiar los convenios colectivos de trabajo para reducir costos y aumentar productividad.

Eso es Pereyra. Pero no es sólo eso.

Una abultada billetera

Los negocios que el senador y gremialista viene haciendo al ritmo del bombeo de crudo son millonarios (aun cuando las cifras totales manejadas representen una cuestión tabú). De todos modos, muchos de esos millones son exhibidos en edificaciones deslumbrantes para beneficio de los afiliados de una geografía vasta, pero también para ostentación de poder.

La billetera gremial, que hoy cosecharía un piso de 2.500 millones de pesos al año con la retención del 18% promedio del salario bruto de los trabajadores petroleros y del aporte patronal, podría verse engrosada en 500 millones más con la puesta en marcha de la nueva ART de la mutual petrolera propia (más detalles en la edición de mañana). Esa billetera incluye plazos fijos que, en 2015, ya eran de 1.800 millones de pesos.

Paralelamente, el entorno familiar directo del sindicalista no ha perdido la oportunidad de desarrollar negocios particulares a través de la creación de una decena de empresas, varias de las cuales -llamativamente- están relacionadas con la actividad petrolera, con requerimientos constructivos u operativos del gremio, o con sus nichos a desarrollar, como la salud.

¿Pereyra tiene intereses en estos negocios? No hay evidencia de su participación en las constituciones societarias. Sin embargo, sí se ha podido comprobar el involucramiento de sociedades integradas por familiares, amigos y hasta empleados en construcciones, cobranzas y trabajos realizados para el Sindicato de Petróleo y Gas Privado, su Mutual, su Obra Social y centros recreativos que dirige.

Hay distintos anillos en el universo cercano a Pereyra:

Su ex esposa Norma Martínez (con quien el gremialista prolongó una buena relación) y sus hijos Paola Alejandra, Martín Guillermo y Flavio David son empresarios en firmas de las más diversas actividades.

Hay también, familiares políticos del sindicalista que aparecen al frente de otras sociedades.

Un empleado calificado de Pereyra en el Senado constituyó una consultora ambiental junto a un hijo del gremialista.

Un antiguo empleado del sindicato integró una constructora que participó en la edificación de la suntuosa Mutual de 12 pisos, recientemente inaugurada, y de otros establecimientos del gremio.

La ex esposa y la hija, curiosamente, estuvieron durante algunos meses al frente de una de las más importantes empresas de servicios petroleros de la región, propiedad del empresario Claudio Urcera.

Hay una firma de “soluciones ambientales” que es señalada como muy cercana a los intereses de Pereyra, sospecha alimentada cuando el propio gremio la promocionó con énfasis. Un ex empleado municipal la creó y un simpatizante del senador la maneja. Otra empresa que administra un servicio de verificación técnica vehicular invitó a Pereyra a su inauguración y le alquila a la ex esposa el predio y el galpón.

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Apasionados del transporte

Los Martínez-Pereyra generaron sociedades que apuntaron directamente a actividades subsidiarias del negocio hidrocarburífero: el transporte de combustibles, la verificación técnica de rodados y el área ambiental. Y crearon otras firmas que parecen encajar en las necesidades actuales o futuras del gremio: búsqueda de recursos humanos, cobranzas de deudas impagas, innovación tecnológica, gerenciamiento de empresas de salud, marketing y servicio de apoyo para extracción de hidrocarburos.

El área del transporte de petróleo es el que más suele reportar beneficios, siempre que -claro está- se tenga la posibilidad de ingresar en un selecto grupo de operadores. Aquí hay (o hubo durante años) dos abrepuertas del negocio que el mundo petrolero conoce bien: YPF, con su poder para orientar contratos, y el gremio, con su capacidad para allanarlos (o no entorpecerlos).

El propio Pereyra vio la veta. Siendo jefe del sindicato, no tuvo pudor en crear a inicios de 2001 la empresa Transporte Horizonte SRL. Lo hizo en sociedad con sus eternos mano derecha Ricardo Astrada, Carlos Lorenzo y Osvaldo Marín (aún forman parte de la comisión directiva del gremio). En 2002 se dio cuenta de que debía disimular el negocio y los cuatro popes gremiales transfirieron la sociedad a Norma Martínez (ex esposa) y Vicente Ventimiglia.

Un año más tarde, Transporte Horizonte mudó a Soitué SRL, creada por Norma y los tres hijos: Paola, Flavio y Martín. El objeto social señala: “transporte de cargas y pasajeros”. Pero en 2012 le agregaron uno más: “inspección técnica obligatoria de transporte de pasajeros y carga”. Más aún, crearon una página y el logo para la verificadora técnica vehicular. Coincidencia o no, en 2014 se inaugura un taller de VTV en cercanías de una curva peligrosa de la Ruta 151, cerca de Cinco Saltos, un sitio inapropiado para un emprendimiento de este tipo. El predio y la construcción pertenecen a Norma Martínez, confirmó a este diario una fuente de ITV S.A, la firma que gerencia Técnica Sur, que nació vinculada al cuartel de Bomberos de San Martín de los Andes (entidad sin fines de lucro, que no pudo evitar lucrar en este caso). Pereyra fue una de las figuras de la inauguración sin que se supiera qué tenía que ver con una verificadora.

Norma Martínez siguió con la saga Soitué y fundó en mayo de 2007 Transportes Soitué SA junto a un funcionario del Tribunal de Cuentas de Neuquén, dedicada también a “servicio de transporte de pasajeros y carga” con el añadido de “preparación y limpieza de tanques de petróleo y cañerías”.

Para ratificar que el transporte de combustibles es lo suyo, Norma Martínez también fue presidenta en 2012 de VDN SA -con una participación social de 1.600.000 pesos de entonces-, y su hija Paola directora suplente. VDN y TSB son las principales compañías del grupo del empresario cipoleño Claudio Urcera, padre del consagrado piloto de TC Manuel. VDN está radicada en Buenos Aires pero opera en la región. Resulta llamativo que Urcera haya cedido por seis meses el control total de esa empresa que moviliza enormes camiones-tanque a la esposa de Pereyra, allá por diciembre de 2011. Legisladores neuquinos detectaron ese mes “importantes movimientos financieros realizados entre VDN y una cuenta bancaria que pertenecía a Norma Martínez y a Martín Pereyra”. Registros societarios confirman que la ex esposa de Guillermo Pereyra ya venía desempeñándose como accionista de VDN en 2010.

Otro empresario, Mario Cifuentes, investigado por este diario por su meteórico emporio de 20 empresas asociadas al petróleo, habría “prestado” sus camiones a la firma. “Con Pereyra somos buenos amigos”, reconoció Cifuentes a este diario.

Personas muy cercanas al oficialismo nacional no descartaron que, en breve, los Pereyra obtengan autorización para operar una verificadora de camiones, colectivos y autos en general. Coincidiría con las buenas migas entre Nación y el senador, y el hecho de que Técnica Sur no mantendría hoy aceitado vínculo con la locadora, ex mujer del gremialista.

El ballet de los millones

1.900.000 pesos es el activo de que dispone el sindicato, según su titular. Y el superávit es de “367 millones”.

184.000.000 pesos es lo que el sindicato invirtió en el edificio de la Mutual, recién inaugurado.

2.600.000.000 pesos es lo que planea gastar el gremio en la suntuosa Ciudad Sanitaria, de 53.000 metros cuadrados. Se edificará “por administración”.

20.000 afiliados tiene el sindicato de Petróleo y Gas Privado de Río Negro, Neuquén y La Pampa. Pereyra ha llegado a movilizar cerca de 10.000

Flavio, el informático

Flavio Pereyra es el más parecido a su padre. Desde muy joven quedó hechizado por la tecnología. Varios años atrás decidió emular al petrolero en su faz gremial y fundó el Sindicato de Informáticos y Afines, cuando era incipiente la actividad. Pero luego de incursionar en estudios de abogacía y publicidad, optó por transformarse de sindicalista a empresario:

En agosto de 2015, creó Volta SRL junto a su esposa, la fotógrafa Vanesa Baselli. Ya había tenido una experiencia empresarial frustrada cuando fundó -junto a unos amigos- Servicios Especiales Quattro SRL para participar en la “construcción de obras viales y civiles”, así como para ofrecer “alquiler de maquinarias y herramientas”.

Hoy Volta es su mayor satisfacción. Fue concebida para dotar de infraestructura tecnológica a edificios privados y públicos y digitalización documental, pero -de paso- también para “dar soluciones en servicios generales a industrias del petróleo”. A fuerza de tercerizaciones, contratos y capacitación de una pequeña dotación propia, Volta fue creciendo, se animó a presentarse en grandes licitaciones y actualmente se enorgullece de haber convertido al Sindicato Petroleros Privados en un “edificio inteligente de características únicas en el país”.

Pese a su perfil empresarial, Flavio no deja de prestar servicios para el gremio como empleado “referente” del Área de Sistemas.

Su esposa, Vanesa Baselli, lo siguió en la carrera empresarial y, a fines de 2013, constituyó Degex Desarrollo y Gestión SRL en vinculación con socios, uno de los cuales a su vez integra una empresa de construcciones, Fabot SRL. El objetivo de Degex es brindar “servicios de recursos humanos” y “seleccionar personal técnico operario y de seguridad privada”.

Una familiar de Baselli también incursionó en un rubro similar a través de Segma SRL, que fuentes consultadas por este diario vincularon a servicios de auditoría prestados al gremio. Esta mujer también habría sido socia de Fabot Construcciones.

Salud, divino tesoro

Paola Pereyra, la primogénita, son los ojos del senador en el gremio, donde ocupó sensibles tareas como jefa de Compras. Sin embargo, también tiene la vena empresaria.

Además de Soitué SRL y VDN, Paola fundó la sociedad Maper Salud SRL en febrero de este año, junto a una farmacéutica de Catriel. El objeto social es la “compra, venta, exportación e importación de elementos descartables, implantes medicinales y cosméticos”. También se ocupa de la “limpieza, desinfección de equipamiento médico, odontológico y de laboratorio”, especialidad que es el fuerte de su socia.

No es la única empresa vinculada a la medicina del clan Pereyra. Está también Strane SA, creada en 2013 por la ex esposa Norma Martínez en vínculo con un contador del grupo, Mariano Perrotta, también socio de la principal firma de la mujer, Grupo Gestión SA (ver más adelante).

Strane se dedica a “administrar auditorías de farmacias, consultorios y clínicas destinados a la atención de particulares, obras sociales y medicina prepaga”. También incursiona en “medicina legal” y en el “gerenciamiento de empresas de salud”. Y tiene incluso potestad para “administrar, proyectar y ejecutar licitaciones, contratar y concursar precios de obras”.

Todo hace presumir que Strane y Maper pudieron haber sido pergeñadas con miras a la Ciudad Sanitaria, monumental clínica de 52.000 metros cuadrados, cinco pisos y 100 millones de dólares de inversión, cuya edificación Pereyra anunció en 2015 para impresionar a muchos.

La recaudadora

La empresa madre bajo la batuta de Norma Martínez es Grupo Gestión SA. Se trata una activa organización de “cobranzas y recupero de carteras de créditos en mora de entidades financieras, comerciales, públicas y privadas”. Además, asesora en cuestiones de comercialización y administra recursos humanos.

Sus oficinas están en Alberdi al 200 de Neuquén capital, en el mismo edificio que alberga a Soitue, Transportes Soitue y Strane. Tres abogados y otros tantos contadores actúan en la sociedad. El cobro de las deudas a la obra social y a la Mutual del Sindicato Petrolero estarían tercerizadas en esa firma. Lo corroboraron dos fuentes ante este diario: “Es una empresa clave en el universo Pereyra. Genera, por ejemplo, auditorías a empresas que adeudan el pago de la obra social del sindicato. Sus honorarios representarían entre un 10 y un 20% del total de los montos en juego que, en general, son millonarios. Yo mismo debí pagar cerca de 16 millones”, sostuvo -para graficar la magnitud del negocio- un empresario que prefirió no identificarse. “Es una caja enorme. Con empresas chicas, la presión es mucho más fácil de ejercer”, asegura.

Otro empresario lo explica más crudamente: “Uno de las mano derecha de Norma te llama para ‘conciliar cuentas’. Te dice: ‘tenés una deuda x’. Vos respondés: ‘eso no es real’ y mostrás los comprobantes. Te retrucan: ‘a nos nosotros nos figura que nos debés tanto’. Al final de la puja queda en claro que, sea como fuere, hay que pagar un 10% por la ‘gestión judicial’ ”.

El mimado político

A estas alturas no hay dudas de que el hijo menor de Guillermo Pereyra es el “pollo” político del senador. Probablemente su apuesta para prolongar la dinastía. Por ese motivo lo viene instalando en sus actos y discursos como eventual candidato a diputado nacional.

Hablamos de Martín Guillermo “Pichi” Pereyra, un diseñador gráfico de 40 años. Incansable viajero por el mundo, ex residente en España e hincha de Boca (en esto no salió al padre, tan fanático de River que hasta tiene un palco en el Monumental).

A su regreso de España, su padre ya le tenía reservado el puesto con mejor categoría en el Senado de la Nación (A-1), en la función de jefe de despacho del senador. En las mismas oficinas trabaja su mejor amigo, Estanislao López, en una categoría levemente menor. No es sólo su amigo, también es su socio en la empresa que Martín Pereyra creó a fines de 2014: la consultora de impacto ambiental Servantec SA. ¿Su actividad principal? “Servicios de apoyo para la extracción de petróleo y gas”, amén de “servicios de arquitectura e ingeniería”. Se trata de la única firma de la familia radicada en Buenos Aires, en Av. del Libertador 592. El rubro petrolero siempre en alto.

No es la única sociedad de Martín. En noviembre de 2016 inscribió junto a otros amigos Ibuky SRL, una consultora de publicidad, marketing y comunicaciones, además de “diseño de logos y sitios de internet”, es decir su original oficio.

No obstante, la pasión del menor de los Pereyra parece estar centrada en la Fundación Conygriega, creada -como vemos en nota aparte- para desarrollar solidaridad, pero también profuso clientelismo al más viejo estilo, para beneficio del senador y el suyo propio.

Entre los senadores más acaudalados del país

Pereyra estuvo en el “top-ten” de los diez senadores más ricos del país. Esto, considerando las escasas dos declaraciones juradas que presentó en su vida parlamentaria.

En la última -del 2015-se advierte que sus bienes, depósitos y dinero en efectivo al cierre del período ascendieron a 7.493.700,51 pesos. A valores de hoy, equivaldrían a más de 11 millones de pesos. Al inicio de ese mismo año, tenía 3.648.461,62, de modo que experimentó un salto de 105,39%. Al final de 2013, había declarado $ 1.166.974,10. Es decir, que en dos años el respingo fue del 540%.

“Lo único que tengo es un departamento y un Passat”, había dicho en agosto de 2012. Era cierto, sólo que le faltó hablar de los plazos fijos.

Sea como fuere, Pereyra no se fija en gastos cuando se trata de satisfacer un gusto, de los pocos que le deja su intensa actividad: el boxeo. En 2014, adquirió una butaca en el sector de las estrellas del Madison Square Garden de Nueva York para ver a Sergio “Maravilla” Martínez. Justo detrás del astro portugués Cristiano Ronaldo.

Clientelismo a todo vapor, de la mano del hijo “sucesor”

“El Caballo” Pereyra posó su mano sobre el hombro del menor de sus hijos para bendecirlo como sucesor político. Martín Guillermo entendió perfectamente las necesidades promocionales de su padre cuando organizó Fundación Conygriega tras regresar de España, donde vivía.

Desde la organización, Pereyra Jr. planifica giras por los más recónditos parajes de la provincia para repartir kits escolares en escuelas, golosinas a los niños, organizar eventos deportivos o formar cuadros infantiles.

La ayuda solidaria llega en cajas con la gigantesca grafía “Pereyra”, su firma, hechas probablemente por el diseñador gráfico de la familia, Flavio. Hay insólitas donaciones, como una camionada de caños tubing al municipio de Junín de los Andes para el Vía Christi.

Se advierte mucho dinero y no pocos colaboradores en juego dentro de la organización.

La fundación paga capacitadores, solventa equipos de fútbol y grupos de ballet, contrata camarógrafos, etcétera.

Los repartos de kits y cajas remiten al más rancio estilo clientelar que la nueva política castiga.

Fundación Conygriega se combina con las actividades de la Casa del Senador, otra fuente de promoción que reasigna los pasajes terrestres y aéreos que recibe Pereyra en el Senado para “asistir a los neuquinos para trasladarse por estudios médicos, visitar parientes internados o participar de eventos de cualquier índole (SIC)”.

Martín Pereyra organiza toda esta intensa actividad mientras es empleado de la planta permanente del Senador con el sueldo más alto.

Esquivo

“Río Negro” intentó durante más de una semana realizar una entrevista personal con Guillermo Pereyra, pero el gremialista no respondió llamadas ni mensajes enviados desde el 3 de mayo. Se buscó sin éxito la intermediación de su vocero de prensa. Su hijo Martín, tras alguna demora, sí respondió y aseguró que su padre aceptaría el encuentro, pero a la hora de definir fecha hubo tan sólo vaivenes.

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