Santiago Maratea encabezó varias movidas solidarias para recolectar dinero destinado a ayudar a personas en situaciones vulnerables. Hace un tiempo había pedido dinero para comprarse un buzo y ahora fue por más: quiere un viaje.
Su fama data de hace varios años, cuando sus videos en las redes lo llevaron a conducir un programa en radio Vorterix y adentrarse en el mundo de los medios.
Sin embargo, la gran mayoría de la gente comenzó a conocerlo cuando organizó una colecta de fondos para comprarle el remedio más caro del mundo a Emmita, y en poco más de un mes, logró el objetivo: juntó más de 2 millones de dólares en donaciones, y la beba pudo tener su remedio que le permitiera seguir viviendo.
Como esa movida, ha tenido muchas otras. La compra de dos ambulancias para la comunidad Wichi en Salta; juntar 35 millones de pesos para la comunidad Trans Argentinxs y costear el viaje de atletas argentinos al Sudamericano de Guayaquil fueron algunas de ellas.
Una de sus campañas más recientes fue reunir un millón de pesos necesarios para la recuperación de Mariana Laspiur, la “peluquera de famosos” que sufrió la fractura de sus dos piernas cuando se desplomó el ascensor del edificio donde vive.
Ahora, en medio de sus vacaciones en Europa, Maratea quiere ir a Formentera, en España, y para eso está pidiendo dinero de quienes quieran aportarlo para cubrir los gastos que genere el viaje.
Muchos usuarios lo criticaron por eso, acusando que aprovecha su fama para recaudar fondos aportados por mucha gente “sin mover un dedo” y después de hacerlo “siempre pide dinero para comprarse cosas”.
Es que meses atrás había pedido también donaciones para comprarse un buzo de una reconocida marca que costaba cientos de dólares.
Al tanto de las críticas, el influencer respondió: “Por ahí hay gente que no lo sabe, pero yo hago una colecta propia cada vez que termino una colecta ajena. Paso la gorra, y con esa guita me compro cosas que no tienen ninguna utilidad social».
Otro de los puntos de las críticas fue que para las acciones solidarias pide alrededor de 10 pesos por donación, y para sus vacaciones está pidiendo 100 pesos, indican sus detractores.
“Yo me cag… en eso. Me voy a llenar de plata y voy a seguir ayudando a la gente como lo vengo haciendo hace años y me hace muy feliz”, lanzó luego de cuestionar la creencia de que una persona con vocación social “no puede darse sus gustos”.
