El impacto en los precios de la suba de la cotización del dólar

El dólar cerró la semana en 20 pesos y quedó claro que el equipo económico no tiene margen para dejarlo subir por muy arriba de estos valores. El Banco Central no bajó la tasa de…

domingo 18/02/2018 - 10:37
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El dólar cerró la semana en 20 pesos y quedó claro que el equipo económico no tiene margen para dejarlo subir por muy arriba de estos valores. El Banco Central no bajó la tasa de interés aceptando nuevamente un pedido del Poder Ejecutivo, que prefirió no agregar presión a la plaza cambiaria, ante la incertidumbre que se observó en las últimas semanas en los mercados financieros internacionales. Y el Banco Nación no dudó en salir a vender hasta 400 millones de dólares en un solo día para contener las tensiones sobre el tipo de cambio.

El Gobierno sabe que ingresó en una encrucijada. Si deja quieto el dólar, con la fuerte suba de precios del mercado interno, atrasa la paridad cambiaria y agrava los problemas sobre las cuentas externas. Pero, si sube en forma sostenida el tipo de cambio, potencia todavía más las tensiones inflacionarias y agrava el malestar social. Salir de este círculo vicioso no parece fácil si se tiene en cuenta que los datos duros de la macroeconomía registran varios puntos de rojo fiscal, un pago de intereses de Lebac equivalente a 21 mil millones de dólares en los últimos dos años y una fuerte dependencia del ingreso de dólares especulativos del exterior.

La solución para la encrucijada con el dólar no es sencilla de vislumbrar. Pero seguro algún sector pagará el ajuste macroeconómico y los segmentos de ingresos fijos (asalariados, jubilados, titulares de derechos sociales) parecen ser los que seguirán perdiendo porciones de la torta. Lo que pasó en enero con los precios mayoristas, con una suba del 4,6 por ciento, muestra esta tendencia y refleja en forma transparente el impacto que tiene el tipo de cambio sobre la inflación.

La suba de los precios mayoristas adelanta mayores costos para los consumidores finales. La consecuencia es la caída de la capacidad de compra de la población, que no cuenta con mecanismos para aumentar en forma permanente sus ingresos. La inflación ya se ubica en 25 por ciento interanual y cada vez son más los consultores de la city que dicen que este año no bajará de esa cifra.

El problema no es únicamente que los precios no se moderan sino que la economía no crece. El aumento promedio del PIB en los últimos dos años fue 0 por ciento y para 2018, más allá de los pronósticos oficiales, se espera floja performance para el consumo privado, para las exportaciones y para la inversión productiva.

La política monetaria no parece poder aportar mucho para solucionar estos problemas. El Banco Central mostró un muy mal diagnóstico de las tensiones económicas en los últimos dos años. Buscó bajar la inflación con la tasa de interés elevada pero, en lugar de frenar los precios, provocó un fuerte endeudamiento en Lebac y un desincentivo para la inversión en la economía real.

El otro gran error de diagnóstico fue el de plantear que el tipo de cambio no tiene nada que ver con lo que ocurre con los precios del mercado interno. El titular del Central trató de convencer en cada una de sus conferencias de prensa de los últimos dos años que el dólar ya no afecta a la inflación. Incluso pidió a los técnicos del organismo que se lo justifiquen con algo de econometría. Pero todos esos numeritos ya no tiene sentido. El último informe del Indec sobre los precios mayoristas lo dice todo.

El dólar desde finales de noviembre subió 15 por ciento. Los precios de los productos importados sólo en enero avanzaron un 7 por ciento. La cifra equivale a casi la mitad de la inflación que el Central asegura que habrá en todo 2018. El objetivo para los precios otra vez resulta una odisea.

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