Mientras su madre posaba, una turista retrocedía en busca del mejor ángulo para lograr una gran foto de recuerdo de sus vacaciones en el Gran Cañon, en Estados Unidos. Pero eso casi le provoca la muerte al resbalar en el borde de un precipicio, a 700 metros de altura.
En época de redes sociales, la mayoría suele buscar “la foto perfecta” que grafique el buen momento que se está pasando en las vacaciones. En este caso, esa ambición fue la que casi lleva a un final trágico a Emily, una joven estudiante de la Universidad de Arizona, el mismo estado donde está ubicado el Gran Cañón.
Luego de un par de selfies, Emily quiso retratar a su madre al borde del Cañón, con el esplendido paisaje que se observaba detrás suyo. Al no encontrar un buen ángulo, retrocedió unos pasos buscando abrir el panorama, sin tener en cuenta lo angosto del trayecto en el que estaban ubicadas.
En su distracción, la joven quiso dar un paso más, pero su pie no encontró el suelo por un momento, porque estaba al borde del gran precipicio a 700 metros de altura. Por suerte para ella, pudo apoyarse en otro trozo pequeño de roca, que de no haber estado allí, la anécdota no hubiese sido tal, y la noticia sería la de un trágico final en búsqueda de la foto perfecta.
El momento fue captado por un turista que retrataba el paisaje.