El hospital Garrahan y un plan que podría ser la hoja de ruta de la salud pública

El plan de eficiencia de recursos implementado por la nueva administración dejó al descubierto los vicios que enfermaron al sistema sanitario argentino. ¿Es el comienzo de una cura real?

miércoles 08/01/2025 - 10:42
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El Hospital Prof. Dr. Juan P. Garrahan siempre fue más que un hospital: es un emblema, una bandera de orgullo para los argentinos. Por eso, cuando se toca al Garrahan, se toca algo sagrado. Y hoy, ese emblema está en el quirófano. Pero no por los chicos que atiende, sino por la metástasis de desmanejo que lo llevó al borde del colapso.

El plan de eficiencia de recursos que está implementando el nuevo Consejo de Administración del Garrahan puso en evidencia historias que incomodan. Como un diagnóstico brutal que obliga a cambiar de vida. En palabras del ministro de Salud, Mario Lugones, “la plata está, pero está mal distribuida”. Y vaya que estaba mal distribuida.

Hablemos de datos. Entre 2014 y 2024, los cargos jerárquicos del hospital crecieron un 59%. Solo en los últimos dos años del gobierno de Alberto Fernández, la planta del hospital aumentó un 20%. En ese lapso, los proveedores que no cumplían con sus contratos seguían facturando. Cualquier semejanza con otras grandes instituciones argentinas no es casualidad.

El nuevo plan, en solo unos meses, redujo coordinaciones intermedias de 22 a 13, generando un ahorro de $351 millones. Rescindió contratos con 15 proveedores incumplidores, ahorrando $1.755 millones. Y renegoció contratos tercerizados, recortando otros $1.742 millones. ¡La plata estaba! Solo había que administrarla con honestidad.

El Garrahan, un paciente crónico

El Garrahan era un paciente crónico, con un diagnóstico de cómplices: caciques que inflaban presupuestos y plantillas, pero gritaban cuando se pedía auditar sus sueldos y funciones. Y este virus no es exclusivo del Garrahan. Es endémico del sistema de salud, del CONICET, de Aerolíneas Argentinas y de tantas otras instituciones que podrían ser orgullo, pero terminaron siendo botín.

El hospital alcanzó reservas mensuales de aproximadamente 2.000 millones de pesos (Hospital Garrahan)
El hospital alcanzó reservas mensuales de aproximadamente 2.000 millones de pesos (Hospital Garrahan)

Durante años, se vendió el discurso de la salud y educación pública como banderas intocables. Pero bajo esas banderas, florecieron la corrupción y el clientelismo. En salud, el costo se mide en camas, médicos que se van y equipos que no se renuevan. O peor: en vidas.

La pregunta es inevitable: ¿Por qué se tardó tanto en llegar a este plan? ¿Cómo es posible que semejante nivel de desmanejo se sostuviera durante tanto tiempo sin que nadie lo frenara?

El Garrahan tiene una oportunidad única de ser modelo, no solo de eficiencia, sino de algo más grande: decencia. Si el plan funciona, puede marcar un camino para que otros hospitales nacionales recuperen recursos, sueldos y, sobre todo, dignidad.

Esta vez, no es un tema de ideología, ni de votos. Es un tema de vida o muerte. Y el Garrahan, como siempre, está en primera línea.

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