El Gobierno y la oposición definen el control sobre el Congreso y el camino a 2023

El Frente de Todos pone en juego la fortaleza de su alianza en medio de la crisis económica y Juntos por el Cambio espera repetir o ampliar la victoria en las PASO. Acorralado por una…

sábado 13/11/2021 - 23:21
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El Frente de Todos pone en juego la fortaleza de su alianza en medio de la crisis económica y Juntos por el Cambio espera repetir o ampliar la victoria en las PASO.

Acorralado por una crisis económica con desarrollo incierto y con la alianza que lo sostiene en el Gobierno en su momento de mayor incertidumbre, Alberto Fernández enfrenta este domingo la elección que marcará los dos próximos años de su Gobierno, consigna Clarín.

El Frente de Todos llega a la votación con el mal presagio de las PASO, el turno en el que Juntos por el Cambio mostró que se había repuesto de la derrota de 2019 y que ya está listo para competir por el poder en 2023.

El 12 de septiembre, si se suman los votos de todo el país, Juntos por el Cambio se quedó con el 40,02% del padrón y el Frente de Todos con el 31,03%. La Izquierda, con el 5,85%, fue la tercera fuerza más consolidada, y el resto quedó repartido en otras opciones muy dispersas territorialmente.

El mapa de las PASO también mostró que Juntos por el Cambio se impuso en 15 provincias, entre ellas, las cinco más pobladas. Dos provincias, Neuquén y Río Negro, quedaron en manos de fuerzas provinciales.

Las listas del Frente de Todos, por su parte, recibieron más votos sólo en siete provincias, todas ubicadas en el noroeste. Este último resultado también se repitió en la gran mayoría de los municipios ubicados al sur y al oeste de la Capital Federal.

En una de las provincias en las que se impuso el kirchnerismo, Santiago del Estero, este domingo también se elegirá gobernador. El actual mandatario, Gerardo Zamora, va por su reelección, y todo indica que la conseguirá.

Como ocurre en todas las elecciones de medio término, formalmente se repartirán las bancas para renovar la mitad de la Cámara de Diputados -127 bancas- y un tercio -24 escaños- del Senado.

En Diputados es muy probable que -si el resultado de las PASO se profundiza, tal como marcaron varias encuestas en las últimas semanas- Juntos por el Cambio se convierta en la primera minoría.

Con esos mismos resultados, en la Cámara Alta el Frente de Todos podría perder el quórum propio, lo cual obligaría a Cristina Kirchner a negociar con aliados para poder sesionar.

En las PASO, las listas de Juntos por el Cambio resultaron más votadas en seis de las ocho provincias -Santa Fe, Córdoba, Mendoza, Corrientes, La Pampa y Chubut- que renuevan senadores. En dos de ellas, Tucumán y Catamarca, se impusieron los candidatos del Frente de Todos.

Este domingo, toda la política mirará con atención lo que ocurra en La Pampa, una provincia con padrón chico y una larga tradición de triunfos peronistas que le permiten al Gobierno pensar que puede revertir la derrota de septiembre y quedar más cerca de conservar el quórum propio en la Cámara alta.

Sin embargo, la elección no traerá sólo consecuencias explicables por el conteo de legisladores. Oficialistas y opositores se preguntan por igual qué pasará desde esta misma noche en el Gobierno, una vez que se conozcan las cifras del recuento provisorio.

Qué puede pasar con el Gobierno

Si el Frente de Todos consigue mejorar su desempeño de septiembre, Fernández podrá ganar algún margen de maniobra en el interior de la alianza. Si se reproducen los resultados de las PASO o si empeoran, la situación será muy diferente: el Presidente quedará más débil y la vicepresidenta, Cristina Kirchner, aparecerá también muy castigada por la derrota pero con una ventaja sobre el Presidente: ella dirá que la cosecha de votos del oficialismo -insuficiente o no- será toda suya.

Esa situación, si termina ocurriendo, generará en el Frente de Todos una guerra de lecturas del resultado: el responsable de la derrota ¿es el Presidente o es toda la coalición de Gobierno?. Para decirlo de otra manera: ¿se pierde por un exceso de kirchnerismo o por una falta de ideas kirchneristas en la gestión? Los funcionarios cercanos a la vicepresidenta -entre ellos Andrés Larroque, camporista y ministro bonaerense- ya advirtieron que se inclinarán por la segunda opción.

Si esa lectura se impone dentro del Gobierno, habrá que esperar un nuevo cambio de gabinete con el kirchnerismo asumiendo una cantidad de casilleros en la administración que refleje el peso que tiene ese espacio dentro del Frente de Todos.

La otra alternativa, que impulsan los ministros que le responden al Presidente, un sector de la CGT y varios gobernadores e intendentes del conurbano peronistas, es que esos mismos actores construyan un cerco de protección para Alberto Fernández que lo mantenga en el poder hasta 2023 y a resguardo de los ataques del kirchnerismo.

El panorama en la oposición

En la oposición, la apertura de las urnas también puede traer unas pocas respuestas y muchas preguntas.

Entre las primeras, si se profundiza el resultado de las PASO, se incluirá la novedad de que Juntos por el Cambio se convertiría en la primera minoría en la Cámara de Diputados y que el Frente de Todos quedaría más débil en el Senado.

¿Qué hará Juntos por el Cambio frente a esa situación? Los halcones ya pidieron que la oposición reclame la presidencia de la Cámara de Diputados. “Si somos la primera minoría nos corresponde la Presidencia de la Cámara y además tenemos que darle a nuestros votantes una señal de que la elección cambió algo institucionalmente”, dice uno de los dirigentes que defiende ese plan, que durante la campaña también mencionaron candidatos del ala más moderada como María Eugenia Vidal.

Los legisladores que se referencian en Horacio Rodríguez Larreta, en cambio, creen que no le conviene a Juntos por el Cambio disputar la presidencia de la Cámara y que esa señal al electorado podría darse ocupando la cabeza de comisiones determinantes en Diputados, como ocurrió luego de la derrota del kirchnerismo en 2009.

Esa diferencia en la estrategia parlamentaria también refleja otras que existen en el espacio opositor y que en los meses que siguen quedará expuesta cuando -de maneras más o menos explícitas- se presenten las candidaturas presidenciales para 2023.

En esa carrera ya se anotaron Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, por el PRO, y también radicales como Gerardo Morales y Facundo Manes. Hay otros que también quieren jugar ahí.

Las PASO también mostraron que la polarización entre Juntos por el Cambio y el Frente de Todos sólo se rompe en las provincias con partidos locales fuertes como Río Negro y Neuquén y que la tercera fuerza, la izquierda del FIT, quedará todavía muy lejos y tendrá una cosecha de bancas magra.

En ese panorama, la sorpresa llegará por la derecha, con la aparición del economista Javier Milei en la Capital Federal, que se convertirá en la tercera fuerza en una sola jugada, y también con la candidatura bonaerense de José Luis Espert, que disputará esa posición con Nicolás del Caño en el distrito más poblado del país.

Las PASO mostraron también otro fenómeno. A pesar de que estaban obligados a ir, sólo el 66% de los electores fueron a votar aquel día. De los 34 millones de empadronados, 11 millones se quedaron en sus casas. Entre las explicaciones que se dieron estuvo, por supuesto, la pandemia, pero también hay que citar el desencanto con la oferta electoral. ¿Podrán los políticos seducir esta vez a quienes no votaron en las PASO? ¿A quién votarán esos “nuevos” electores? El oficialismo y la oposición llamaron a esos ciudadanos a votar, pero las predicciones sobre ese universo siempre son difíciles. A diferencia de otras que necesitan plazos un poco más largos, las respuestas a esas dos preguntas sí se conocerán este domingo a la noche.

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