
La suba de aranceles que impuso Donald Trump se sintió con fuerza en las variables financieras de todo el mundo. La caída de las bolsas globales también repercutió sobre la Argentina, donde las cotizaciones de los dólares financieros subieron casi un 2%, las acciones de las empresas locales que cotizan en Wall Street avanzaron más de un 6% y el riesgo país se ubicó en 960 puntos, su valor más alto en lo que va del año.
Tal como sucedió en otros momentos de turbulencia financiera global, el Gobierno relativiza los efectos en el plano local. “TMAP (Todo marcha acorde al plan)”, suelen repetir en la Casa Rosada. Sin embargo, en este caso reconocen que en el largo plazo sí se sentirá el impacto en la Argentina.
A grandes rasgos, un sector de la Casa Rosada afirma que la volatilidad financiera vuelve más lento el proceso para refinanciar la deuda local. De todos modos, confía en que la alianza con el presidente estadounidense terminará por beneficiar a la Argentina y piensa en mantener una bilateral con el Trump en el próximo viaje de Milei, en principio previsto para mayo. Paralelamente, continúan las negociaciones con Estados Unidos para conseguir que una canasta de 50 productos de exportación argentina tenga “aranceles cero”.
En el Ministerio de Economía también intentan matizar el impacto en el corto plazo de la turbulencia financiera. Aseguran que desde hace un semestre Luis Caputo advierte que el mayor riesgo del programa son los shocks externos y admiten que la incertidumbre global puede continuar.