El Gobierno admite puertas adentro que el crecimiento económico de este año podría ser bastante bajo tras el fuerte rebote del 2021 que le permitió empardar la recesión brutal del 2020.
Fuentes oficiales indicaron a Infobae que en el mejor escenario el PBI crecería entre 3 y 3,5 por ciento, por debajo de la proyección colocada por el Palacio de Hacienda en el frustrado proyecto de presupuesto del 2022 (4% por ciento).
En tanto, el Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó que el incremento del PBI será del 3 por ciento, una cifra similar a los analistas que participan del relevamiento de expectativas del mercado (REM) que elabora el Banco Central.
Las fuentes oficiales admitieron que posiblemente el primer semestre sea mejor que el segundo, en parte por el arrastre estadístico del alto crecimiento del 2021, superior al 10 por ciento (10,3% hasta noviembre), tras una caída del 9,9% en 2020 por la pandemia y la larga cuarentena.
Si el escenario se complicara –con una extensión de los plazos de la negociación con el FMI- el rebote podría ser apenas del 2 por ciento, lo cual en términos prácticos indicaría casi una recesión por el aporte del rebote del 1/1,5 por ciento que aportó del año pasado.
Por su parte, el banco BBVA también estimó que la actividad económica crecería 3,5 por ciento este año.
En un informe que se dio a conocer este viernes, el equipo de analistas del banco español señaló que el PBI “del tercer trimestre de 2021 fue mejor de lo esperado y alcanzó los niveles previos a la irrupción del COVID-19. BBVA Research modificó su previsión de crecimiento del PBI para 2021 de 7,5% a 10%”.
“Para 2022 espera que la actividad crezca 3,5%, explicado básicamente por arrastre estadístico de 2021 y un desempeño relativamente débil durante el año”, señalaron los economistas del banco.
Por otra parte, el BBVA destacó el entendimiento preliminar al que llegó el Gobierno con el FMI porque “se trata de una buena noticia que minimiza la probabilidad del escenario de default disruptivo en el segundo trimestre de 2022″.
“El país está teniendo la ola más fuerte de contagios desde el inicio de la pandemia, pero el número de fallecidos y hospitalizaciones están contenidas gracias al avance de la vacunación. Ello permite a los economistas de BBVA Research ser optimistas sobre el leve impacto que tendría la pandemia en la actividad económica en 2022 en la medida en que siga el ritmo de vacunación y se prioricen los cuidados personales”.
Por otro lado, el banco estimó que el déficit fiscal será del 2,5% del PBI, “en el marco de un acuerdo con el FMI que demandará mayor responsabilidad fiscal, centrada en una reducción de los subsidios económicos y del paquete de asistencia fiscal asociado a paliar los efectos directos de la pandemia”.
En cuanto al tipo de cambio, afirmaron que tras usar el tipo de cambio como principal ancla antiinflacionaria en 2021 (”subió 22% en el año, apreciándose 18% en términos reales), el Central aceleró la devaluación y proyectan un tipo de cambio de 160 pesos para diciembre de 2022.
Por otro lado, calculan que la inflación será del 55 por ciento. “La política monetaria laxa y la elevada emisión para cubrir necesidades fiscales ponen un piso alto a la inflación de 2022, lo que lleva a una proyección en 55%, en el marco de un año en el que probablemente habrá correcciones de tarifas y tipo de cambio para desandar parte de los desequilibrios acumulados”, expresaron.
En tanto, el analista Jorge Neyro afirmó que el crecimiento rondará entre el 2 y el 3 por ciento este año.
“Es lo que se puede esperar de un año donde hay que hacer mantenimiento al ‘modelo (tarifas, dólar y combustibles) después del año electoral con el consiguiente impacto inflacionario junto con la sequía te afectó la producción agropecuaria”.
“La suba de tasas en Estados Unidos y el poco crecimiento previsto de Brasil tampoco ayudan. Pero los precios internacionales todavía se sostienen en niveles altos y eso da cierto aire”, concluyó Neyro.
Si se concretara un escenario poco probable –que no se concretara o se demorara el acuerdo con el FMI- los analistas están dispuestos a rehacer sus cálculos, ya que creen que el país podría volver a caer en una recesión.