Brasil es un escenario «tentador» para quienes están en el proceso de probar las vacunas por la alta circulación de virus que tiene.
El martes, Brasil comenzó a testear su segunda vacuna en fase de estudio contra el COVID-19. En este caso, se trata de la potencial versión desarrollada por el laboratorio chino Sinovac Biotech, de cuya vacuna «Coronavac» fueron recibidas 890 en el Hospital de Clínicas de Sao Paulo, centro coordinador del estudio clínico.
En total, 20.000 dosis de la Coronavac aterrizaron el lunes en el Aeropuerto Internacional de Guarulhos.
La inyección se encuentra en fase 3 de pruebas.
Una doctora de 27 años fue la primera de los 9000 médicos y paramédicos voluntarios que recibirán la dosis en los próximos 3 meses, como parte del convenio entre el laboratorio chino y el instituto de investigación brasileño Butantan.
La idea es, si la vacuna da buenos resultados, fabircarla en millones de dosis el año que viene en una fábrica local.
«Hoy es un día histórico, este 21 de julio es un día de orgullo para Sao Paulo y para Brasil», dijo el gobernador de ese estado, Joao Doria.
Paralelamente, continúan las pruebas y estudios en la Universidad Federal del Estado de Sao Paulo (Unifesp) con la vacuna desarrollada por la Universidad de Oxford, llamada ChAdOx1 nCoV-19, en el Reino Unido.
De esa línea de investigación forma parte el brasileño Instituto Fio Cruz, y el laboratorio británico AstraZeneca, el cual firmó un acuerdo con el gobierno del presidente, Jair Bolsonaro, por la venta de 100 millones de dosis, explica la agencia AnsaLatina.
Algunos interpretan la «competencia» entre las vacunas china y británica en Brasil como parte de una riña política entre el mandatario brasileño y el gobernador de Sao Paulo, quienes han estado enfrentados en la mejor manera de enfrentar la pandemia.
Aplicada en 50.000 voluntarios en todo el mundo, la vacuna de Oxford ya fue testada en más de 1.300 brasileños. La previsión del gobierno es llegar a un total de 5.000: 2.000 en Sao Paulo; 2.000 en Bahia y 1.000 en Río de Janeiro, bajo la conducción de la Universidad Federal de Sao Paulo (Unifesp) y la Fundación Lemann.
Tras los ensayos clínicos realizados en más de 1.000 voluntarios en el Reino Unido, el lunes se publicaron los resultados de las primeras fases del estudio británico. Los hallazgos muestran que la vacuna es segura y prepara el sistema inmunológico, apuntaron los datos presentados en la revista médica The Lancet.
Doria indicó que se esperan los resultados en “hasta 90 días” y que si estos son positivos, a principios de 2021 el Instituto Butantan producirá 120 millones de dosis que serán distribuidas a través del sistema de salud público.
Pero los ensayos clínicos de vacunas al COVID-19 en Brasil no terminan con Oxford y el laboratorio chino. En estos días se conoció que la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria del país autorizó que se testeen también las vacunas en desarrollo de las empresas BioNTech y Pfizer.
Brasil es un escenario «tentador» para quienes están en el proceso de probar las vacunas por la alta circulación de virus que tiene.