Estaba muy enfermo. Fue rescatado, ganó admiradores en las redes sociales y en enero murió. Hoy, gracias a su popularidad está en proyecto un refugio para felinos de la calle.
Cada rincón de los barrios de Birmingham sabía de las andanzas de Maximus. Las calles fueron escenarios y mudos testigos de mil batallas en las que sólo importaba la supervivencia. Y estaba muy enfermo. Pero un día su vida dio un vuelco. En noviembre del año pasado fue rescatado, se convirtió en estrella de Internet y pasó a ser el gran “pequeño soldado”.
Miles de personas de todo el mundo hicieron donaciones para que pudieran curarlo. Lo intentaron todo pero en enero murió y tras su partida dejó una gran herencia. Ahora, el grupo de rescatistas que le brindó amor durante unos meses, Stray Cat Rescue Team West Midlands (SCRT), decidió ampliar las donaciones y destinarlas a un nuevo refugio para gatos en su honor, para ayudar a que otros animales callejeros como él tengan una mejor vida. Lo llamarán «Maximus Meadows» (“Los Prados de Maximus”).
Tienen como meta sumar unos £ 7,500 para desarrollarlo y podría albergar hasta 20 gatos. Actualmente cuidan a más de 100. Cuando Maximus cayó en manos de estos socorristas, hacía más de una década que estaba merodeando por las calles. Ellos fueron quienes, a través de su cuenta de Facebook, presentaron el caso de Maximus al mundo y la mismísima BBC comenzó a seguirlo. Poco a poco su historia tomó relevancia.
En un primer momento fue simplemente Maximus, pero las huellas de su pasado y su carisma dieron lugar al apodo con el que hizo camino en la tierra y ahora honra desde el más allá. Atravesaba una grave enfermedad, similar al VIH, y tenía heridas en sus patas por las que apenas podía mantenerse en pie. A pesar de haber hecho todos los tratamientos posibles para curarse, finalmente murió a la edad estimada de 12 años.
Del anonimato a la fama
Maximus había despertado tanta ternura que al tiempo que lo curaban, llegaban miles de regalos y dinero de todas partes. El grupo de voluntarios que lo cuidaba en Great Barr, Sandwell, sumó unas 10 mil libras y una gran cantidad de golosinas y juguetes.
Fuente: TN