El 17 de septiembre, en Lituania, las árbitras María Estefanía Pinto y Valeria Palma se convirtieron en las primeras mujeres en dirigir un partido del Mundial de Futsal al conducir España-Japón. Después de 32 años, la novena edición del torneo masculino de selecciones que organiza la FIFA dio ese paso hacia la igualdad de género, una que -sin embargo- no tiene con las jugadoras de fútbol sala, que siguen esperando por su Copa del Mundo.
Seis días antes y a horas del inicio de la cita mundialista de los varones, futbolistas de todo el mundo representadas por la Asociación de Jugadoras de Fútbol Sala (AJFSF) desempolvaron el hashtag #WomenPlayFutsalFIFA que había usado en 2015 para reclamar por la realización del Mundial.
“Quieren que el deporte más practicado del mundo sea el fútbol y han creado un plan, se están implicando, pero se olvidan de nosotras. Parece que tampoco somos mujeres. En el fútbol femenino no se nos incluye y en el futsal se nos excluye. Entonces, ¿dónde quedamos nosotras? ¿Qué somos? ¿Extraterrestres?“, se pregunta desde España Natalia Orive, la presidenta de la asociación de jugadoras que está detrás de la protesta.
El colectivo, que se fundó luego de unos impagos de clubes a jugadoras en la liga española, lo integran 425 jugadoras, que pueden asociarse independientemente de su nacionalidad. “En España somos la asociación más grande de mujeres deportistas -le aclara a Clarín-. Es el 70% de las jugadoras de la liga, un porcentaje alto”.
Entre esas socias está la argentina Julia Dupuy, que se sumó al Poio Pescamar de la liga española tras una experiencia por el futsal italiano y convocó a sus compañeras de la Selección a sumarse a esta iniciativa internacional para reclamar por un Mundial. La protesta, además, llega luego de que la Conmebol suspendiera competencias por la pandemia, pese a que Copa Libertadores se disputó en la rama masculina y no en la edición femenina, suspendida por la variante delta de coronavirus ya que el torneo “no es clasificatorio para ninguna otra competición”.
“Si tenés una disciplina que no tiene competencias a nivel Conmebol y que no tiene un Mundial a nivel FIFA, es muy difícil motivar a futuras generaciones a optar por la disciplina. Por eso, va más allá de lo personal, por más que jugar un Mundial sea una sensación única. Es apostar a la disciplina y a que futuras generaciones puedan optar. Si no las estimulás con competencias, con un plan estratégico de desarrollo, van a ir obligatoriamente a otra, como el fútbol 11, por lo que te puede dar deportiva y económicamente. La FIFA es una federación que, en la imagen, trata de fomentar esta igualdad de género y de oportunidades. Pero, ¿por qué no se nos incluye en esos apartados donde fomentan la no discriminación en el fútbol? La FIFA se olvida del fútbol sala”, afirma la futbolista de 21 años.
“De hecho, FIFA manda un comunicado de que el fútbol femenino se va a tratar con los mismos derechos que el masculino, pero a los hechos claramente no se ve”, aporta Agostina Chiesa, su compañera en el club y en la Selección.
“Explicación de porqué no hay un Mundial, no hay. Aunque mucha gente suele pensar que FIFA se encarga del fútbol de 11 y que tiene que organizar el Mundial de Catar, también está encargada del fútbol playa, el fútbol 11 y el fútbol sala. La pregunta es por qué solamente está encargada de la rama masculina del futsal, y no tenemos una respuesta certera. De hecho, en el comunicado estamos pidiendo una explicación que aún no ha llegado. Mi opinión es que hay una decisión de no fomentarlo, no hay otra opción que falta de interés. Lo que quizás no se esperaban eran este reclamo y esta lucha”, completa Dupuy.
“La falta de interés es absoluta y sin ningún tipo de reparo en el público. Ni siquiera se da una explicación. No se nos dicen ni cuáles son los pasos a seguir para que haya un Mundial. Necesitamos gente que nos respete, nos valores y no nos trate como los restos o nos ponga en un segundo plano. Estamos dispuestas a demostrar que es rentable. Si no queréis hacerlo no lo hagáis, pero déjennos hacerlo. No nos cortéis el paso”, aporta la española Orive.
Del otro lado del océano, Silvina Espinazo, arquera de Racing y la Selección, tampoco encuentra “una explicación razonable para que no haya un Mundial”. “Se organizan Copa América, Copa Asiática, Eurocopa y no hay un Mundial. No tiene ningún sentido. Esa es nuestra bronca. No hay razones para no organizarlo. El futsal femenino creció muchísimo en muchas partes del mundo en los últimos años. Entonces, ya no hay más razones por las que no se haga. Por eso alzamos la voz y hacemos un poco de ruido para poder cambiar esta situación”, remarca.
Además, hace hincapié en que “se han organizado torneos internacionales con el aval de FIFA pero nada oficial” y que la única medida en Sudamérica a nivel selecciones en la Copa América, donde solo se destaca Brasil a nivel mundial.
“Se organizaron torneos oficiosos, como si fuera una especie de Mundial pero con solo ocho selecciones y una federación que organizaba y costeaba todo. La FIFA es el jefe pero no se interesaba por nada, solo te daba la autorización de ‘podéis jugar’. Llevábamos hecho seis y se pensaba que FIFA iba a empezar a vernos con otros ojos, diciendo ‘parece que sí hay selecciones y sí se puede’, pero siguió ignorando a la modalidad femenina y se dejaron de celebrar esos torneos mundiales. Y empezó este movimiento”, profundiza Orive.
“Es bastante irónico y triste a la vez pedir por lo mismo seis años después. Genera mucha angustia; una piensa que en estos tiempos de cambio ya no se necesitaría pedir un Mundial a una federación que está anunciando una novena edición para una rama y a nosotras ni una fecha próxima. #WomenPlayFutsalFIFA es una traducción de acá estamos, nos tienen que ver, nosotras también jugamos al fútbol sala”, aporta Dupuy, mientras Chiesa confiesa que “lo ideal sería que la lucha siga”.
Espinazo cierra con una reflexión: “Hasta los deportes menos conocidos o populares tienen Mundial y el futsal no. No se entiende. Es un deporte que viene corriendo de atrás en ese sentido y seguiremos peleando para poderlo tener”.
Julia Dupuy, una de las jugadoras detrás del reclamo del futsal femenino para tener su Mundial. (Foto Lucía Merle)
¿Cuán real es el apoyo al fútbol femenino?
El 8 de marzo, en el marco del Día Internacional de la Mujer, Gianni Infantino, presidente de la FIFA, tuvo una reunión virtual con la Vicesecretaria General de las Naciones Unidas (ONU), Amina J. Mohammed, en la que hablaron del papel del deporte a la hora de fomentar la igualdad de género y crear mejores mecanismos para proteger frente al maltrato y la marginación.
Sin embargo, en el futsal -cuya rama femenina se disputa en 50 países- las jugadoras denuncian “maltrato», «abandono público» y haber sido «marginadas» al no contar con un plan estratégico, programas de desarrollo ni calendario internacional. “Está muy bien decirlo públicamente pero los actos están siendo diferentes en el caso del fútbol sala femenino”, puntualiza la presidenta de la AJFSF.
Cuando se le pregunta por la rentabilidad que muchas veces esgrimen dirigentes para no promover actividades deportivas, Orive hace una pausa y aclara que “no es algo que pasa solo en el futsal; es histórico y cultural cuando el deporte lo practican mujeres”.
“En todos los aspectos de la vida, las mujeres tenemos que luchar por conseguir los derechos que los hombres tienen dados sin ningún tipo de problemática. Llevamos un retraso cultural en el mundo del deporte, que siempre fue visto como masculino, y en el fútbol ya ni te cuento -repasa-. Entonces, ¿cómo puede ser posible que los chicos estén compitiendo y a nosotras se nos esté cuestionando la posibilidad de hacerlo? ¿En qué momento y por qué se produce esto? Ellos tienen Mundial desde hace 32 años y nosotras no, ¿y encima se cuestiona si es rentable o no? Es vergonzoso. Yo no tengo que demostrar que es rentable un Mundial femenino, es su obligación como federación internacional desarrollar programas como lo están haciendo con las otras actividades, sino que nos digan no los queremos. Pero es que ni siquiera tienen una respuesta para darnos”.
Dupuy se suma al debate y aporta: “Dicen que no es rentable pero cuántas veces nos han dado la oportunidad, cómo sabés que un Mundial femenino no es rentable si no nos dan la posibilidad de demostrar el nivel que hay en las selecciones. Da igual si es rentable o no, es la responsabilidad de una federación darle competencia. Pero si quieren entrar en el debate, entramos porque tenemos con qué defendernos. Sabemos del espectáculo del que somos capaces. Que nos den la opción de ser visibilizadas, de que sponsors se interesen en la disciplina, que federaciones apuesten por sus selecciones y futuras generaciones la elijan. Para hablar de números, primero nos tienen que dejar jugar”.
En la Argentina hay unas 700 jugadoras federadas y muchas son niñas, porque cada club debe tener además quinta, cuarta y tercera categoría. Pero entre las de Primera División, con la semiprofesionalización del fútbol de 11, varias dejaron el cemento y se fueron al césped. “Hoy en día, muchas chicas jóvenes que tienen una proyección grandísima terminan eligiendo 11 por el profesionalismo y el contrato, eso nos termina afectando como disciplina. También por eso es importante que haya un Mundial, porque le daría un marco profesional a la disciplina que hoy no tiene. En eso sí corre con ventaja el fútbol de campo”, compara Espinazo.
“Que una niña le dé patadas a un balón nos interesa al fútbol y al fútbol sala -aclara Orive-. Pero cuando vas creciendo si a lo único que puedes aspirar está en el fútbol te vas a ir ahí. FIFA está invirtiendo por el fútbol femenino y ese crecimiento cada vez se va agrandando más. Es como si regaras a una planta y a otra no: a la que riegas crecerá y florecerá y a la que no acabará débil o seca. Pero es porque no se nos está dando esa oportunidad, no se está invirtiendo lo que se podría invertir, se nos está dejando de lado. Y siempre estamos subordinadas porque el protagonismo se lo lleva el fútbol. Solo pedimos medios mínimos para poder desarrollar nuestro deporte”.
A la vez que recuerda que «las federaciones que tienen selecciones nacionales también necesitan que haya una oficialidad, porque que una federación tenga un equipo de fútbol sala, con x concentraciones al año, si luego no tiene el derecho a participar de una competición oficial, luego dirá para qué voy a tener una selección si no voy a disputar nada con ella». «También ellos buscan que FIFA apruebe esto, lo están esperando», concluye.
El apoyo de los campeones del mundo
Matías Edelstein festeja un gol para para Argentina en el Mundial de Lituania. Desde allí, apoyaron a las jugadoras de la selección femenina. Foto: Argentina
«Los chicos, con quienes tenemos buenísima relación, nos apoyan y comparten todo lo que subimos y eso está buenísimo porque que los actuales campeones mundiales le den visibilidad es muy importante».Silvina Espinazo, arquera de Racing y la Selección
«La repercusión fue buena, apoyó mucha gente, los jugadores que están en el Mundial lo difundieron y se han interesado».Agostina Chiesa, jugadora de Poio Pescamar y la Selección
»Los jugadores que están concentrados, en Lituania, tienen la empatía, han compartido y nos han felicitado por el movimiento. Nos hace sentir muy orgullosas como jugadoras de la selección argentina de futsal porque somos una familia».Julia Dupuy, jugadora de Poio Pescamar y la Selección
Fuente: clarin.com