En el imaginario popular, existe, desde hace más de 160 años, una fuerte vinculación entre el cannabis y la creatividad. Un estudio científico derriba la creencia.
En 1860, Charles Baudelaire, el poeta francés al que se le atribuye haber acuñado el término modernidad, escribió un libro llamado Los paraísos artificiales, en el que describe sus experiencias con el hachís: “Las palabras más simples, las ideas más triviales adquieren una fisonomía extraña y nueva. Te sorprendes de ti mismo por haberlos encontrado tan simples… Juegos de palabras interminables, bocetos cómicos brotan eternamente de tu cerebro”.
Frases como esta y declaraciones de personalidades como Steve Jobs, Bob Dylan o Paul McCartney arraigaron la creencia de que la marihuana potencia la creatividad, pero la ciencia acaba de derribar esta idea.
Un conjunto de estudios publicados en el Journal of Applied Psychology no ha logrado encontrar pruebas de que el cannabis tenga efectos que aumenten la creatividad. Sin embargo, los investigadores sí encontraron que el cannabis provocaba una sensación de jovialidad, que a su vez hacía que los consumidores de cannabis percibieran sus propias ideas y las de los demás como más creativas.
“Pensamos que podría haber más matices en el tema y que la literatura de investigación debería ampliarse en consecuencia. Un primer paso natural fue examinar el cannabis y la creatividad, dada la creencia común de que están relacionados”, explican los investigadores.
Qué dice la ciencia sobre cannabis y creatividad
Para su estudio, los expertos reclutaron consumidores ocasionales de cannabis del estado de Washington (EEUU). Alrededor de 400 personas realizaron una prueba de creatividad de 15 minutos después de fumar esta droga o 12 horas después.
En un segundo estudio, terminaron con una muestra final de 191 participantes (con la intención de ver si se duplicaban los hallazgos del anterior experimento), que fueron asignados aleatoriamente a estas dos modalidades del experimento.
Se pidió a un grupo de participantes que comenzara el estudio dentro de los 15 minutos posteriores al consumo de cannabis y al segundo grupo se le indicó que solo comenzara el estudio si no había consumido cannabis en las últimas 12 horas.
En diferentes partes del experimento, se les pidió a los participantes que realizaran ciertas tareas creativas y presentaran diferentes ideas bajo la influencia del cannabis que estaban acostumbrados a consumir, tanto en términos de tipo como de cantidad.
Como era esperable, aquellos en la condición de consumo de cannabis tenían más probabilidades de sentirse “felices” y “alegres” en comparación con los de la condición de control. Además, también calificaron sus propias ideas como más creativas, efecto que se asoció con un mejor estado de ánimo.
Sin embargo, inesperadamente, este estado de jovialidad no se tradujo en un aumento de la creatividad. Es decir, los evaluadores independientes consideraron que las ideas generadas por los que estaban en el grupo consumidor de cannabis eran igual de creativas que las de la condición de control.
“El cannabis probablemente no te hará más o menos creativo”, explica Christopher Barnes, psicólogo de la Universidad de Washington, quien dirigió la investigación.