A casi 175 días de comenzada la cuarentena, en Comodoro está en el centro de las miradas el porcentaje de ocupación de camas de terapia intensiva, que hoy domingo 13 de septiembre alcanza el 77,5% en establecimientos públicos, habiendo un total de 14 camas disponibles para pacientes Covid. También preocupa la cantidad de hisopados y su lento procesamiento.
Ante la escalada de contagios, el Gobierno Municipal parecía no haber encontrado mejor solución que restringir el horario del rubro gastronómico, obligándolos a cerrar sus puertas a las 21hs, lo que fuera tomado en su momento como “un golpe de gracia” para los comercios. Con múltiples reclamos de por medio, los integrantes del rubro lograron que se retrotraiga la medida y podrán seguir sirviendo al público hasta las 23hs.
También llegaron los “domingos de fase 1”, donde se restringió la circulación casi completamente, dejando abrir solo a los comercios esenciales, medida que cumple hoy su segunda jornada de vigencia y que fue altamente acatada por los comodorenses.
Como paliativo para la crisis económica que profundizó la pandemia, la ayuda por parte del Municipio llegó en forma de créditos, de los que fue anunciada la extensión del periodo de gracia para quienes hayan accedido a ellos; mantener las exenciones impositivas por tres meses más y sumar una línea de crédito para taxis y remises.
Sin embargo, para los propios comerciantes un crédito es un arma de doble filo, muchos de ellos eligieron cerrar sus negocios o recortar hasta donde no podían para no acceder a uno, ya que “es pan para hoy hambre para mañana”.
La efectividad de la cuarentena quedó demostrada en nuestro país, pero así también sus efectos adversos severos. Es que no basta solo con encerrar a los ciudadanos hasta que llegue la “solución mágica”, popularmente llamada vacuna.
Una consecuencia de haber instalado la cuarentena cuando la circulación del virus era mínima fue que generó la idea exitista de que con las restricciones bastaba para combatir al virus. “La cuarentena es el único remedio”. Una idea que se daba de cabeza con la hipótesis original.
Las calles y los barrios reflejaron fielmente el impacto de la cuarentena en el bolsillo de los vecinos. Los vendedores informales se multiplicaron, sumándose aquellos que perdieron el trabajo recientemente y debían buscar un ingreso económico para llevar el plato de comida a la mesa, por lo que surgieron también decenas de Ollas Populares para ayudar a aquellos que no lo consiguieron.
El confinamiento debe ser complementado con testeos suficientes para detectar a quienes porten el virus y que cumplan con el aislamiento debido. Pero esto estuvo lejos de cumplirse cuando en nuestra ciudad por la falta de insumos para los análisis, llegaron a acumularse casi 800 muestras, que corrían riesgo de perder validez.
Comodoro cuenta con 14 camas de terapia intensiva para pacientes Covid, de las cuales 10 están ocupadas
La pandemia dejó al desnudo las falencias estructurales de la Salud, basta con observar el panorama en los hospitales, donde el personal sanitario está agotado desde hace meses y para colmo sufre la desidia del gobierno de Mariano Arcioni al no percibir su salario en tiempo y forma, con hasta 3 meses de atraso.
La mayor parte de los ciudadanos sigue cumpliendo con las restricciones y los últimos domingos confirmaron este punto. Pero no basta solo con el cuidado personal, que muchas veces puede fallar porque no se tiene la información o recursos necesarios. La pandemia dejó expuesto un sistema sanitario muy deteriorado y la falta de servicios esenciales en los barrios que data de muchos años atrás, evidenciando nuevamente las fallas del Estado.
En el sexto mes de cuarentena, se vislumbran sus devastadores efectos junto con varias restricciones a las libertades individuales.
