Cleo Smith estaba durmiendo con su hermana de siete meses y sus padres en la carpa de un camping en Macleod, cerca de Carnarvon, la ciudad australiana en la que viven. El sábado 16 de octubre de 2021 a las seis de la mañana, su madre se despertó y vio que no estaba. Ahí empezó un drama que se extendió hasta el miércoles 3 de noviembre. La resolución de un caso que recorrió todo el mundo.
Infobae – Jake Gliddon va al volante de su camioneta Ford doble cabina. A su lado, está su pareja Ellie Smith y, detrás, van sentadas sus dos hijas: Cleo tiene 4 años y es hija de su mujer, pero él la cría como propia; Isla, es la bebé que han tenido hace solamente 7 meses. Es la primera vez que la familia sale de vacaciones. Han decidido acampar y tienen todo organizado. En el vehículo llevan la gran carpa de dos ambientes, ropa necesaria para un par de días, víveres y utensilios. Eligieron el camping Quobba Blowholes, que está pegado al mar en Macleod, a 80 kilómetros de la ciudad de Carnarvon donde viven. Es una zona ubicada en el oeste de Australia.
Llegan al sitio escogido a las 18.30. Se entretienen inspeccionando las instalaciones, bajan la bicicleta fucsia de Cleo, arman la tienda, ordenan las pertenencias y comen algo. Alrededor de las 20, les ponen a sus hijas unos pijamas enterizos lilas con dibujos de flores y mariposas azules, rosas y amarillas y las acuestan. Cleo duerme en una bolsa de dormir, gris por fuera y roja por dentro, sobre un colchón. Isla, está a su lado, en una practicuna escocesa. Ambas se encuentran en el frente de la carpa a la que se accede por un gran cierre con forma de U invertida. Más atrás, está el espacio-dormitorio de Ellie y Jake. Solo una pared de tela separa a los padres de sus hijas.
Las chicas están agotadas, ha sido un día movido. Se duermen rápido. Los adultos se quedan despiertos conversando un rato más hasta que también deciden acostarse. Quieren descansar bien para aprovechar el día que se acerca.
Buenas noches. Hasta mañana.
Son, hasta esta hora, una familia feliz que sueña con los angelitos bajo las estrellas del continente que llamamos Oceanía.
Cleo Smith junto a sus padres Jake Gliddon y Ellie Smith. La joven tenía 4 años cuando una madrugada de agosto del año pasado fue raptada mientras dormía (Tamati Smith/Getty Images)
Cronología de una noche no cualquiera
Lo que sigue es el relato de lo que ocurrió esa madrugada y de los amargos días que siguieron.
Sábado 16 de octubre de 2021
1.30 horas
Cleo abre los ojos porque siente sed. Se levanta y camina hasta donde duerme su madre y la despierta. Ellie le da un vaso de agua y vuelve a acostarla.
3/3.30 horas
El ruido de unos neumáticos sobre la ruta interrumpen la quietud de la noche. Pero no todos los que acampan escuchan el chirrido, algunos duermen profundamente.
6 horas
Ellie se despierta para darle la mamadera a Isla. Pasa al cuarto de las chicas y nota que Cleo no está donde debería estar. Su bolsa de dormir tampoco. Levanta la vista sorprendida y mira la abertura de ingreso a la carpa. El cierre no está como lo dejó la noche anterior. Está abierto unos 30 centímetros. Le avisa a Jake: “Cleo se ha ido…”.
A pesar de estar solamente a un par de metros de las chicas, ellos no han escuchado movimientos durante la noche.
Ellie y Jake salen a buscarla de inmediato fuera de la carpa. Gritan su nombre. No la ven. Suben a su camioneta y dan una vuelta por el camping. Siguen sin encontrarla. Angustiados deciden no esperar un segundo más y llamar a emergencias.
6.23 horas
Marcan el número 000 de la policía para informar la desaparición de su hija. Están temblando. No entienden nada. El terror los golpea de frente.
Sus padres, Ellie y Jake, fueron vistos también como sospechosos. Incluso, la opinión pública también lo acusaban a él, en su condición de padrastro (James Carmody via REUTERS)
7.10 horas
Arriban desde Carnarvon los dos primeros patrulleros con cuatro policías.
7.26 horas
Los oficiales empiezan a acordonar el camping e impiden la llegada y la partida de cualquier persona ajena al caso. Solicitan un helicóptero.
7.33 horas
Las autoridades piden a un operador de drones privados que busque desde el aire.
8 horas
Llegan familiares de Cleo desde la ciudad.
8.09 horas
Aterriza un helicóptero de una empresa local para cooperar con la búsqueda de la menor.
8.20 horas
Se suma un tercer auto policial con más agentes.
8.24 horas
Un grupo de buzos voluntarios se une al equipo de rescate.
8.34 horas
Se coloca una barricada en la entrada del camping. Los detectives recopilan nombres, detalles y direcciones de la gente que está en el lugar.
9.25 horas
El Servicio Estatal de Emergencias envía nueve personas más para ayudar en la búsqueda en las cercanías del campamento.
9.30 horas
Ellie está sentada a un costado de su carpa y se la ve muy angustiada. Dos policías se encargan de contenerla.
11 horas
Todos los oficiales trabajan registrando autos por la zona. Además, se llama a los detectives de homicidios de la División de Delitos Mayores.
De 13 a 15 horas
Expertos en secuestro, asesinato y búsqueda, que vienen desde la ciudad de Perth, se integran al equipo. Cada minuto cuenta, vale oro, absolutamente todos lo saben. Por eso la velocidad supersónica que imprimen al caso.
Escribió su madre: «¡Por favor ayúdenme a encontrarla. Si escuchan o ven algo. por favor llamen a la policía!”. En Australia desaparecen unos 20 mil menores de edad cada año
Domingo 17 de octubre de 2021
1.45 horas
Ellie no consigue dormir y postea en Facebook un pedido de ayuda: “Han pasado 24 horas desde que vi por última vez el brillo de los ojos de mi pequeña. ¡Por favor ayúdenme a encontrarla. Si escuchan o ven algo. por favor llamen a la policía!”.
Ya son más de cien personas las que la buscan. Baqueanos a caballo y otros a pie cubren la totalidad de los terrenos. Todo el día se dedica al rastreo.
Lunes 18 de octubre de 2021
Han peinado la región sin hallar nada. Ni una mísera señal de Cleo. La desesperación aumenta exponencialmente. La buscan por tierra, por mar y desde el aire. En chozas, baldíos y galpones cercanos.
Aparece el testimonio de una madre que cuenta que, en ese mismo sitio en el año 2014, su hija fue abordada por un hombre de unos 40 años que conducía un auto pequeño, de color rojo. Asegura que denunció el hecho a la policía porque el sujeto le había ofrecido a su hija dar una vuelta en coche. Por suerte, la pequeña se había asustado y había salido corriendo.
Sus dichos son una alerta… ¿Hay un pedófilo en la zona?
En Carnarvon, la casa de los Gliddon es sometida a una profunda revisión de rutina para este tipo de casos. Si bien los padres, en principio, no son considerados sospechosos, nada se descarta.
Jake y Ellie abren la puerta a los oficiales que durante largas siete horas lo husmean todo.
No falta entre la opinión pública quien mire con desconfianza a Ellie y a Jake, aunque los padres lloren y nieguen cualquier participación en la desaparición de Cleo. Incluso hay mujeres que escriben críticas en los posteos de Ellie en las redes sociales: ¿cómo no durmieron con las chicas? ¿no tuvieron en cuenta que las carpas no tienen llave? Le restriegan en la cara el descuido. Para peor señalan con un dedo acusador a Jake, el padrastro, ¿no tendrá él algo que ver con lo sucedido?
Hacen leña del dolor ajeno. Todo es muy doloroso para Ellie.
Cleo estaba durmiendo en una bolsa de dormir, gris por fuera y roja por dentro, sobre un colchón, e Isla, su hermana de siete meses, estaba a su lado, en una practicuna escocesa
Martes 19 de octubre de 2021
La policía difunde fotos del enterito para dormir estampado con cierre y de la bolsa de dormir de Cleo.
Llega el detective británico Graham Hill, quien también participó de la búsqueda en 2007, en Portugal, de Maddie McCann, quien jamás apareció hasta la fecha. El experto le dice al medio West Australian: “Es una posibilidad remota que se haya levantado y se haya llevado el saco de dormir. Pero creo que eso es muy poco probable porque habría algún tipo de alteración en el terreno. Se vería por dónde arrastró esa bolsa de dormir… y ¿hasta dónde va a llegar una niña de 4 años en medio de la oscuridad?”.
Los que están en el camping ya han declarado. Algunos cuentan haber escuchado el chirrido de ruedas la noche de la desaparición.
La policía también se dedica a identificar, en su registro de abusadores sexuales, a individuos que pudiesen haber visitado el área esa noche. Los interrogan y, sobre todo, cotejan celulares y las zonas donde esos móviles han estado.
Durante una conferencia de prensa, las autoridades admiten que piensan seriamente en un secuestro.
El inspector Jon Munday es un poco pesimista: “Han pasado tres días, podría estar en cualquier lado (…) el tiempo es sumamente importante”.
No lo dicen, pero es sabido que los menores secuestrados suelen ser asesinados dentro de las primeras 3 a 6 horas. Desesperante.
Nadie entiende cómo alguien pudo haber entrado a un camping y haberse introducido en una carpa para llevarse a una pequeña que dormía cerca de sus padres. Parece inconcebible que ninguno haya escuchado nada.
Los padres realizan un emotivo llamado a la población.
Una postal de la ciudad de Perth, a 800 metros de donde desapareció Cleo, y la oferta de un millón de dólares por información de la niña secuestrada (AP Image/Richard Wainwright via REUTERS)
Miércoles 20 de octubre de 2021
Resulta obvio para los policías que la pequeña, debido a su estatura, no podría haber llegado jamás a abrir el cierre de la abertura. Ellie asegura, además, que Cleo no se habría marchado sola a ningún sitio: “nunca se hubiese ido de la tienda”.
Para el inspector Munday el asunto del cierre es lo más alarmante. Sin dudas, Cleo no podría haber salido por sí misma. Entonces, ¿quién se la llevó?
El panorama pinta siniestro.
Jueves 21 de octubre de 2021
Encuentran una cámara de una casa, que está sobre la ruta, que tiene registradas imágenes de un vehículo en el cruce de la calle Blowholes. Es la única pista sólida.
En ellas se ve, cerca de las 3 de la madrugada de aquella noche en la que desapareció Cleo, un auto sedán que dobla hacia el sur por la autopista de la costa noroeste.
Dos personas que van a trabajar muy temprano corroboran haber visto un auto similar en el área.
La policía dice que esto confirma su teoría: Cleo ha sido secuestrada.
El Primer Ministro australiano, Mark McGowan, anuncia una recompensa de 750 mil dólares para quien aporte datos para hallar a Cleo y va a visitar a la familia. Todos conmovidos.
La policía de Australia siguió las pistas de un sospechoso que había sido descubierto en las inmediaciones del camping donde desapareció Cleo Smith la mañana del 16 de octubre de 2021 (Tamati Smith/Getty Images)
Martes 2 de noviembre de 2021
La policía investiga la placa del auto que aparece en las imágenes. También busca a los dueños de varios celulares que fueron detectados, por las torres de telefonía, en la zona del camping la noche crucial.
Una de las personas que tienen en la mira se llama Terence Darrell Kelly y tiene 36 años.
Un vecino de Kelly cuenta que lo ha visto comprando pañales de bebé. El hecho le resulta muy extraño porque sabe que él vive solo y no tiene hijos.
Los peritos están armando el rompecabezas y las pocas piezas halladas parecen encastrar.
Deciden no perder de vista a Kelly. Lo siguen de cerca.
23.24 horas
Kelly es detenido a unas cuadras de su casa en Carnarvon, por un auto policial no identificado. Recurren a este truco previendo que Kelly podría intentar escapar de un patrullero convencional. Recién cuando llega un segundo auto policial lo tiran al piso y lo esposan.
Miércoles 3 de noviembre de 2021
00.45 horas
Con el sospechoso bajo control, los detectives se dirigen a la casa de Terence Darrell Kelly. Es curioso, pero queda a menos de 3 kilómetros de la casa de los Gliddon. Nadie les abre la puerta. Rompen la cerradura y entran por la fuerza. Las luces están encendidas. Recorren las habitaciones. Una de ellas está con llave, pero para ellos no es un impedimento para ingresar. En el cuarto encuentran a una niña jugando con muñecas. La pequeña les sonríe con timidez.
En un audio, que dio a conocer la policía, se escucha hablar a los agentes en el preciso momento en que entran y la ven.Audio del rescate de CLEO SMITHIncendio en Punta shopping de Punta del EsteAudio del rescate de CLEO SMITH
-La tenemos, la tenemos… (dice una voz quebrada por la emoción).
-Hola amiguita (se mezclan varias voces más en el audio) Hola…
-Traigan una cámara aquí.
-Ven aquí, ven aquí.
-Te tengo, amiga.
-¿Cuál es tu nombre?
-¿Estás bien?
-¿Cuál es tu nombre? ¿Cuál es tu nombre, corazón?
-Mm… me llamo Cleo.
-Tu nombre es Cleo.
-Ya estás bien amiga.
-Hola Cleo.
El sargento mayor Cameron Blaine se baja la capucha y levanta en brazos a Cleo Smith.
-Cleo, mi nombre es Cameron, ¿cómo estás? Te llevaremos con tu papá y tu mamá ¿okey?
Cleo asiente sin hablar y poniendo las manos alrededor de su cuello juega con la capucha amarilla y negra de su salvador.
1 hora
La policía llama a Ellie quien atiende el teléfono temblando de terror. Un llamado a esa hora implica que hay novedades. Puede ser una pésima noticia. Pero lo que dice el policía es todo lo contrario a sus miedos: “Tengo alguien para que hables…”. Y le pasan con Cleo.
-¡Hola mami!
-Hola mi bebé.
Es su voz. Está viva. Alegría absoluta.
Las imágenes de la cámara corporal muestran al oficial de seguridad que lleva a Cleo Smith, de 4 años, que desapareció de un campamento en el interior de Australia hace más de dos semanas y fue encontrada en una casa el 3 de noviembre (REUTERS)
2 horas
Cleo es depositada en brazos de su madre. Ellie en medio de su felicidad inconmensurable se da cuenta de que a su hija le han cortado el pelo y se lo han teñido. Los psicólogos aconsejan a la familia no preguntarle a Cleo por los 18 días del secuestro. Deben esperar a que hable con los especialistas en abuso infantil.
4 horas
La noticia se difunde a los medios. La pequeña ha aparecido y está ilesa.
Es la mejor noticia, el país festeja.
Los detectives anuncian el éxito de la operación llorando de emoción: “Estábamos buscando una aguja en un pajar y la hemos encontrado”. El jefe de policía sostiene que es un “día maravilloso”.
Un caso distinto y que no ha terminado en muerte.
Ellie postea en Instagram: “Nuestra familia está completa de nuevo”.
En la foto que la policía difunde de Cleo se la ve saludando desde su cama de sábanas turquesas del hospital. Ella sonríe y tiene un helado de naranja en su otra mano.
Final feliz. Único.
En la casa de Terence Darrell Kellyn hallaron habitaciones llenas de Bratz Dolls, unas muñecas que fueron llamadas las antibarbies por su estilo vanguardista. Él se hacía llamar Bratz DeLuca
El amante de las muñecas
¿Cómo fue que los investigadores llegaron hasta Kelly? Con la placa del auto que habían visto en las imágenes incautadas de las cámaras y el tracking de los celulares que se detectaron en la zona del campamento fueron atando cabos. Además, hubo pistas sueltas. Un pintor que había ido a trabajar a la casa de Terence Darrell Kelly declaró que el dueño de casa le había dicho que tenía una hija. Incluso le había enseñado una habitación decorada con motivos infantiles, llena hasta el techo con cajas con muñecas. Al pintor le resultó sumamente llamativa la cantidad de juguetes. No era normal.
Los padres de Cleo dijeron, pasada la pesadilla, haber recibido una lección de humildad con el desarrollo de su caso y manifestaron estar sumamente agradecidos con la sociedad.
“La policía hizo todo, le estaremos agradecidos por siempre. Fueron magníficos trabajando. Nos contuvieron, nos ayudaron, nos informaron”, expresaron.
Los especialistas en este tipo de delitos creen que fue un secuestro sin planificación alguna. Están convencidos de que Kelly supo que en la carpa había una niña porque la pequeña bicicleta fucsia y blanca estaba fuera. Pero ¿quién era este sujeto que se había llevado a Cleo en medio de la noche sin que nadie se diera cuenta?
Sus vecinos contaron que, si bien era un poco estrafalario, parecía un hombre tranquilo que vivía dedicado a sus dos perros. Con el correr de las horas trascendió que Kelly era algo más que eso: practicaba fetichismo con muñecas. Era un fanático con varios perfiles falsos en redes donde mostraba una familia imaginaria y miles de juguetes. En su casa hallaron habitaciones llenas de Bratz Dolls, unas muñecas que comenzaron a comercializarse en 2001 que fueron llamadas las antibarbies por su estilo vanguardista. Tan fan era de ellas que se había bautizado a sí mismo como Bratz DeLuca.
Mientras duró el revuelo mediático, la familia de Kelly brilló por su ausencia. Los datos que pudieron recabarse son los siguientes. Su madre biológica era adicta a las drogas y lo abandonó con solo dos años de edad. Fue criado por Penny Walker, una mujer miembro de la comunidad indígena del lugar. Penny era una sobreviviente del alcoholismo y de la violencia doméstica a quien, debido a su estado de vulnerabilidad, los servicios sociales le habían quitado la tenencia de sus seis hijos biológicos.
Ella sintió que Terence Darrell Kelly le había sido enviado por Dios como una segunda oportunidad para ser madre.
Todo esto se supo por casualidad. A Penny le habían realizado años atrás, mucho antes del secuestro, una entrevista. Al fotógrafo y periodista danés Nic Duncan, ella le contó: “Su madre literalmente lo tiró (…) Miré para abajo y vi en el piso al pequeño de rulos negros y pensé que Dios me estaba dando algo de mi vida pasada, a mis hijos”.
Penny, quien tenía en ese momento 44 años, decidió hacerse cargo de ese bebé. Lo crio junto con dos nietos que terminaron viviendo con ella luego de la muerte de una de sus hijas por esclerosis múltiple.
Pero, lamentablemente, el ejercicio de su nueva maternidad con Kelly no dio buenos resultados. Penny se salvó de ver lo que hizo su hijo adoptivo, murió en 2020, justo un año antes. Fue en la casa donde vivía Penny con Kelly que estuvo secuestrada Cleo Smith.
Al ser detenido, el sospechoso golpeó a un policía y, una vez en su celda, intentó lesionarse. Por todo esto fue trasladado, en noviembre de 2021, a la prisión de Casuarina, una cárcel de mayor seguridad. Desde allí compareció ante el juez y se declaró culpable del secuestro de la menor.
Terence Darrell Kelly convenció a Cleo de ir con él con una mentira: le dijo que acompañarlo porque su hermanita estaba enferma y sus padres iban a estar ocupados (Tamati Smith/Getty Images)
Lo que queda de la noche
En febrero de este año, los padres de Cleo hablaron con el programa 60 Minutes de la cadena australiana Nine. Según el Daily Mail les pagaron un millón y medio de dólares por la exclusiva familiar. Por supuesto, sin la presencia de Cleo a quien preservaron de la exposición.
Ellie Smith contó que, el mismo día en que la liberaron, su hija bailaba, cantaba y saltaba. Para ellos fue un alivio enorme ver que “estaba como antes…”. Dijeron que creen que Cleo entiende bastante lo que había ocurrido y que la gente, por la calle, la reconoce con frecuencia y la saluda. Cleo se sorprende de qué todos sepan su nombre y les ha preguntado por qué la conocen. Sus padres le dicen, simplemente, que ella es una niña muy especial. También revelaron que Cleo padece pesadillas: “Cada día y cada noche son distintas. Está feliz y chispeante y, después, se pone triste o se enoja con furia. Pero está superándolo”. A la pregunta sobre cuál fue el momento más difícil de esos 18 días sin su hija, ambos coincidieron: abandonar el campamento y volver a su casa sin ella. También revelaron que dentro de la carpa habían hallado una huella y ADN que había sido clave para la resolución. Y algo más: supuestamente el captor le dijo a Cleo una mentira: que tenía que ir con él porque su hermanita estaba enferma y sus padres iban a estar ocupados.
En abril de este año Kelly tuvo que enfrentar diez nuevos cargos por posesión de material de explotación infantil. Las cosas se complican para él. Enfrenta la posibilidad de una pena a veinte años de reclusión, pero la sentencia todavía no se ha dado a conocer y la fiscalía mantiene un hermetismo total.
En Australia desaparecen unos 20 mil menores de edad cada año. Ni las recompensas, ni los esfuerzos, ni la inversión, alcanzan para encontrar a todos ellos. En la historia del mundo son contados los casos que terminan como el de Cleo. Ese era el sueño que tenían los padres de Maddie McCann, la pequeña británica de 3 años desaparecida de su cama en un hotel de Portugal. Pero para ellos el milagro no llegó y la postal familiar quedó trunca para siempre.
En los planes de los Gliddon está mudarse a otra ciudad. Se prometen “construir la niñez de nuestras hijas, con muchas actividades de pesca y acampadas… ¡vamos a tener una vida increíble!”. La alegría la expresan en deseos.
La sonriente Cleo es la excepción a la dramática regla de los secuestros infantiles: para ella y su familia hay futuro. Y el futuro siempre da permiso para soñar con la felicidad.