Hugo Acito, es el dueño de la Constructora San Agustín en Neuquén y se hizo famoso por la innovadora propuesta de su empresa: llevar de viaje a sus empleados a distintas partes del mundo. ¿Por qué y para qué lo hace?
Desde hace por lo menos quince años Acito comenzó a desafiar a los empleados que se animaran a entrenarse durante meses para participar de retos deportivos.
La puesta en forma se hace fuera del horario de la obra de la constructora, pero más de una docena de los albañiles dedican su tiempo a entrenarse y a fin de año participan de alguna travesía.
Las experiencias son muy retadoras, desde escalar el Volcán Lanín, atravesar el Río Negro en kayak, hasta hacer el Camino de Santiago en bicicleta.
La razón de las travesías
La filosofía del dueño de Constructora San Agustín es que aquellos empleados que se animan a probar actividades nuevas y desafiante, configuran su forma de ser y pensar de manera distinta.
Cree que si pueden aprender a remar desde cero, pueden proponerse hacer cualquier otra tarea. «Son experiencias muy enriquecedoras, todo el cuerpo te cambia. Le explicamos que también con sus familias pueden lograr cosas», aclara.
El deseo de Acito es que en el futuro alguno de los empleados pueda mostrar orgulloso sus logros deportivos y viajeros e inspire a sus familiares a «ir por más».
Si bien la situación económica de la Argentina es difícil, este empresario ve primordial destinar fondos a este tipo de actividades que cree que son fundamentales para el espíritu de la compañía.