La historia de Tommy, un chico con déficit de la hormona de crecimiento quien encontró la inspiración en el crack rosarino para seguir adelante, se volvió viral y conmovió a los internautas tras la obtención de la Copa del Mundo en Qatar.
Lionel Messi es figura dentro de la cancha ante los ojos de millones de espectadores. Sin embargo, también protagoniza historias extraordinarias fuera de ella, de las que apenas son testigo un puñado de personas pero que marcan a fuego las vidas que se ven atravesadas por las acciones del rosarino.
Un ejemplo de eso es un relato que circuló en los días posteriores a la final del Mundial Qatar 2022, contado en primera persona por la madre de Tommy, un niño con déficit de la hormona del crecimiento, la misma condición del capitán de la Selección
Barby, mamá del chico, afirmó que «siempre le voy a estar eternamente agradecida» a Leo. «Y no es por el fútbol», aclaró.
«En 2008, cuando mi hijo tenía 4 años, yo sentía que algo le pasaba, que había algo en su salud que los médicos se lo estaban comiendo. Y no lo querían investigar», contó la mujer, en un relato que se volvió viral en las redes sociales.
Ante lo que ella sentía que era pasividad de parte de los médicos, la mujer hizo un minucioso análisis por su cuenta, buscó datos y comparó informes. Hasta que un día se sentó frente al pediatra y aseguró: «Tommy tiene lo mismo que Messi».
«No le dije ‘Tommy tiene déficit de hormona de crecimiento’. Se lo dije como había que decirlo para que me entendiera», explicó Barby. Después de esto, se le realizaron numerosos estudios a su hijo hasta que se confirmó lo que ella ya sabía: el nene tenía la misma condición que el entonces jugador de Barcelona.
«Ahora que sabíamos, había que empezar el tratamiento. Un tratamiento que iba a durar por lo menos 10 años. Una inyección por día durante 10 años. ¿Cómo le explicás eso a un chico de 4 años? ¿Cómo le contás lo que va a tener que hacer? Lo que va a doler y, sobre todo, que el resultado recién se va a ver al final del camino», sigue el relato de la madre.
La respuesta que encontró a estos interrogantes fue con una imagen poderosísima: «Comprando un poster de Messi, poniéndolo en su cuarto, sentándolo en su cama y contándole que iba a tener que empezar un tratamiento y que la única persona que conocíamos al que le pasó lo mismo era Messi».
«Y que pudiera ver que su ídolo pasó por lo mismo, que no fue un impedimento para que Lionel cumpliera sus sueños y que ahora además de tenerlo como ejemplo por el fútbol lo tenía de ejemplo de aguante, de tolerancia a los pinchazos, de esperanza de crecer, de otro chico que sabía que esto le iba a hacer bien», detalló Barby.
Una vez que Tommy entendió lo que se venía para él, su mamá le preguntó si quería conocer a Messi y hablar sobre esto con él. La respuesta, por supuesto, fue un sí.
«Ahí empezaba otro desafío, conocerlo a Lionel. ¿Pero quién no mueve cielo y tierra por un hijo? Conseguimos el teléfono de Jorge Messi, le contamos lo que nos estaba pasando y nos dijo: ‘La semana que viene la Selección va a estar concentrando en el Intercontinental, les aviso un día antes así ven a Leo en el lobby del hotel'», contó Barby.
Así, el 3 de septiembre de 2010 a las 8 de la noche, mientras Argentina se preparaba para el amistoso en el que días más tarde golearía a España, entonces campeón del mundo, por 4 a 1 en el Monumental con un gol de Messi, Tommy y su mamá conocieron a su ídolo.
«Y ahí estaba, en un rincón del lobby Messi solo, un Messi de 23 años, tranquilo, tal cual es. Nos acercamos. Tommy y él se abrazaron y nos sentamos los 3 en el piso, en la alfombra del hotel, a charlar», describió Barby.
«Una charla de más de media hora, donde no se habló de fútbol. Solos nosotros 3 sentados en el piso. Una charla entre dos chicos, uno más grande y uno más chico que se entendían. Donde le preguntamos a Messi dónde se daba las inyecciones y nos contó que se las daba en las piernas. Messi le preguntó a Tommy dónde se las daba él y le dijo que en los brazos», continuó.
La mujer contó que hablaron de que las inyecciones dolían, «que había días en los que se lloraba, pero que había que bancarlo, que tener paciencia, que todo iba a salir bien. Hablamos de que a veces jode que te digan pulga o enano, que quisieras ser gigante, pero que ser chiquito tenía sus ventajas también, para correr más rápido y ser hábil con el cuerpo».
«Una charla en donde Messi le dijo a Tommy ‘te miro a vos y veo el mismo cuerpo que tenía yo a tu edad’. Fue una charla hermosa. Una charla que solo fue charla, que no la filmamos, que no hay video. Porque estábamos los 3 ahí, sin show, con el único objetivo de hablar con alguien que ya había vivido lo que Tommy tenía que vivir», narró con emoción la madre del nene.
«Y estoy convencida de que el tratamiento de hormona de crecimiento le enseñó a Messi que para llegar a lo más alto hay que saber esperar. Que no es de un día para el otro. Pero que se llega», expresó.
De ese encuentro entre Tommy y el hoy capitán argentino hay una foto. «Una sola. Donde están ellos dos. Ya no necesité estar en esa foto. Era el momento de ellos. Ahí sentados, en la alfombra del lobby del hotel. Sin fútbol, sin una pelota, sin una camiseta», describió la mujer. Una instantánea propuesta por el propio Messi, ya que el chico «no lo quería molestar». «Mañana la vas a querer tener», aseguró el crack.
«Por eso, cómo no verlo el domingo a Messi y rezar para que ganara el Mundial. Para que levantara la Copa. Para que logre tener lo que le faltaba. Si estoy eternamente agradecida a él», concluyó su relato la mujer, uniendo su vivencia con el presente. «Gracias Messi, sos gigante», cerró.