En el rubro de los hoteles alojamiento definen la crisis con una analogía médica, a tono con la pandemia de coronavirus: “Estamos en terapia intensiva, con el respirador y el ritmo cardíaco bajando”.
Por la cuarentena, desde el 19 de marzo pasado que los “telos” están cerrados y en el sector empresarial ya advierten por posibles quiebras. Además, anticipan que la recuperación del sector será lenta y aunque valoran haber recibido ayuda del Estado para el pago de sueldos, consideran que no es suficiente.
Cuando la nueva fase del aislamiento finalice, el próximo 28 de junio, habrán pasado exactamente cien días desde el inicio de la cuarentena. Y si bien en mayo hubo una importante reactivación de la economía a pesar del parate generalizado, hay sectores que aún no observan en el horizonte un regreso a la actividad. “Estamos muy angustiados, frustrados y con mucha incertidumbre, en estos meses no pudimos generar ningún ingreso, la situación es desesperante desde el punto de vista económico y emocional”, describió ante BigBang el presidente de la Federación Argentina de Alojamiento por Hora (Fadaph), José Capelo.
El “drama” de los telos no es nuevo: el año pasado, en plena crisis económica, un informe de la Federación reveló que cerraban a un ritmo de cinco por año. Un año antes, en la Ciudad la Legislatura porteña autorizó el ingreso de más de dos personas por habitación, con el objetivo de “aggionar” la actividad a los nuevos tiempos; así como también la posibilidad de que una persona sola pueda alojarse.
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En la Argentina hay alrededor de 700 hoteles alojamiento, de los cuales un cincuenta por ciento se concentran en el área metropolitana que componen la Ciudad de Buenos Aires y 40 municipios del Conurbano bonaerense. En algunas provincias la actividad de los hoteles alojamiento comenzó a flexibilizarse en los últimos días, aunque en la mayor parte del país continúan cerrados. Durante la cuarentena, sólo unos pocos sirvieron para alojar a argentinos repatriados que debían cumplir con el aislamiento: la gran mayoría mantuvo sus puertas cerradas.
Semanas atrás, la Federación que nuclea a los telos presentó ante los gobiernos de la Ciudad y de la Provincia una propuesta con un protocolo para volver a la actividad, aunque por ahora no obtuvieron respuesta. Según Capelo, los hoteles alojamiento están “prácticamente hechos con protocolos sanitarios” por las propias condiciones de trabajo. “Tenemos baja cantidad de habitaciones, no hay espacios comunes, no implica una reunión social masiva, porque las personas que vienen ya se conocen previamente y tienen certificado para salir a la calle”, agregó.
En promedio, el turno de una habitación en un telo oscila entre los 600 y los 1.400 pesos. El empresario pronostica que estarían en condiciones de abrir ya que “desde siempre se trabaja con medidas sanitarias y de profilaxis”, aunque anticipa que no será sencilla la reactivación del sector una vez que se habilite la actividad. “Va a haber una situación económica muy difícil para todos, todo queda en stand by, muchos van a cerrar, los que alquilan la propiedad no tienen posibilidad de continuar”, lamentó Capelo.
Capelo describe la crisis como un golpe de knock out recibido luego de varios años de una difícil situación económica. “No éramos la excepción a la crisis, pero ahora no fue posible hacer ningún tipo de previsión”, señaló. El empresario remarcó la importancia del programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP), mediante el cual la ANSES pagó la mitad de los sueldos de los trabajadores del sector privado que se encontraban en emergencia por la crisis, aunque aclaró que la ayuda no alcanza porque tras tres meses de aislamiento ya no quedará resto. “Entendemos la cuarentena y la apoyamos; nuestra situación se hace insostenible”, remarcó.
Fuente: bigbangnews.com