El drama de las Inferiores: ¿Qué pasa con los que no llegan a ser profesionales?

Solo entre el 1 y el 3 por ciento logra establecerse en Primera División, pero ¿qué sucede con los que quedan en el camino? Los obstáculos en la voz de los protagonistas y Banfield y…

domingo 21/03/2021 - 22:10
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Solo entre el 1 y el 3 por ciento logra establecerse en Primera División, pero ¿qué sucede con los que quedan en el camino? Los obstáculos en la voz de los protagonistas y Banfield y Lanús, los clubes que son excepciones a la regla.

En el fútbol argentino, de cada cien chicos que se desempeñan en las Divisiones Inferiores de los clubes de AFA, solo entre uno y tres llegan a ser profesionales, pero ¿qué pasa con los que quedan en el camino? Miles de juveniles tienen que buscar otra profesión en la que desarrollarse, luego de años intentando lograr abrirse camino en el fútbol y el mayor problema radica en que deben empezar de cero.

“En mis 8 años en River vi quedar de lado a más de cien compañeros. Muchos de ellos con los que prácticamente compartía todo el día, tanto el entrenamiento como el colegio y es muy difícil ver las lágrimas de alguien a quien querés. El fútbol es un ambiente complicado, pero cuando somos chicos todo es distinto, se forma una familia y cómo el fútbol te lo da, el fútbol te lo quita. Muchos de los que no llegan no es porque no tengan condiciones, sino porque no soportaron los malos momentos”, reflexiona Ezequiel Muth, quien en 2019 llegó a buscar club por Twitter luego de quedar libre del Millonario y actualmente se desempeña en el Al-Hilal United, de la Segunda División de Emiratos Árabes.

El drama de las Inferiores: ¿qué pasa con los que no llegan a ser profesionales?

En muchos casos, como le pasó a Muth, los juveniles no solo padecen quedarse sin club, sino que también son víctimas de un gran destrato. “Me enteré por WhatsApp, aunque ya me lo veía venir porque había decidido probar suerte en otro club. Hasta febrero del año siguiente no me dieron el pase”, recuerda y profundiza: “Estar sin club fue una de las sensaciones más feas, se me cruzaban miles de cosas por la cabeza, no quería que tanto esfuerzo sea en vano y por eso recurrí a Twitter, fue la última opción que tuve. Me dio mucha vergüenza, sentí que toqué fondo, pero sabía que tenía que cumplir mi sueño como sea y simplemente recurrí a pedir ayuda para encontrar la manera de seguir luchándola”.

Pero más allá de la preocupante situación que atravesó, él pudo encontrar otro destino, algo que muchos no logran. “Yo creo que en las Inferiores del fútbol argentino se necesita más acompañamiento con los jugadores, apoyarlos y estar cerca”, dice Diego Ortiz que llegó hasta la Cuarta División de Independiente, luego pasó a Atlético Tucumán y ahora se desempeña en la Liga Tucumana, aunque vive de su profesión de albañil.

Sin embargo, a diferencia de Ortiz hay otros que aún continúan a la espera de tener una nueva oportunidad como Nahuel Cornero, delantero de 19 años que a fines de 2020 quedó libre de la Reserva de Patronato, tras cinco años en la institución. “Son momentos difíciles que hay que tratar de sobrellevar porque hay que dar un paso al costado. Cuando estás en el club te acostumbras a eso y de un día para el otro cambia”, explica.

El fútbol tiene un funcionamiento feroz en el que solo unos pocos logran convertirse en profesionales y la gran mayoría quedan en el camino, pero la crítica al sistema no es por lo competitivo, sino que radica en la falta de apoyo a los que no llegan a Primera.

Banfield y Lanús son los dos clubes que más minutos le dieron a los jugadores de la cantera en la Copa Maradona, según un informe del Centro Internacional de Estudios del Deporte (CIES), aunque también son un ejemplo por cómo trabajan con los que son marginados.

“Mientras nosotros estemos en la institución formando jugadores también formamos personas. Para nosotros es lo principal la persona y después el jugador. A los chicos de la pensión se les ofrece el colegio, pero si notamos irregularidades en notas bajas en diferentes materias lo sancionamos no jugando los fines de semana y si no levantan la nota corren riesgo de que hasta los saquemos de la pensión”, confiesa Hugo Donato, Coordinador de las Divisiones Inferiores del Taladro.

En el Granate también se busca que los chicos encuentren otros intereses además del fútbol. “Antes los jugadores empezaban a prepararse muy cerca de la fecha del retiro o cuando ya habían dejado y hoy nosotros creemos que hay que hacerlo desde que son juveniles porque tienen que desarrollar otras zonas de interés y darle importancia a un oficio y al estudio ya que de cada cien van a llegar 2, 4 o 5 como mucho y en un club que les de posibilidades como Lanús, pero ¿qué hacemos con el 95 por ciento que no llega si no los formamos como personas? De alguna manera hay que prepararlos para la vida y no solo como futbolistas”, revela Marcelo Roffé, Director del Departamento de Psicología Deportiva del club.

En las instituciones es moneda corriente que muchos jugadores de Inferiores queden desafectados. Pese a que Lanús, y muchos otros clubes, cuando retornó el fútbol tras el parate por la pandemia decidieron no cortar a nadie debido a que no habían podido evaluarlos, ahora esa situación ya se normalizó y por año, en promedio, son más los chicos que son separados de los clubes que los que llegan.

Por ejemplo, en 2018 Banfield liberó a 80 y solo sumó a 32. “El jugador aunque esté preparado psicológicamente, nunca está del todo listo, ya que una cosa es saberlo y otra atravesarlo”, escribió Roffé en un texto publicado en la web de la Asociación de Psicología del Deporte Argentino (APDA).

DOS SUICIDIOS QUE ENCENDIERON TODAS LAS ALARMAS

En 2020 se encendieron las alarmas por dos suicidios. Primero, en abril, Alexis Ferlini, quien había quedado con el pase en su poder luego de atajar en Colón de Santa Fe, se quitó la vida y en agosto Leandro Latorre, delantero de Aldosivi, hizo lo mismo. “Si bien no cualquiera se suicida y responde a una historia previa, los chicos depositan muchas expectativas e ilusiones en el club, tal vez están 10 o 12 años y de repente les dicen que no les van a hacer contrato o que se quedan libres”, refleja Roffé, autor de numerosos libros entre los que se destacan ¿Y después del retiro qué?  y Mi hijo el campeón.

Sin embargo, más allá de las dos drásticas decisiones que convulsionaron las Inferiores del fútbol argentino, muchos clubes ni siquiera se replantearon la forma en la que contienen o no a los juveniles. Pero así y todo se divisa una luz de esperanza para que se modifiquen algunas de las prácticas naturalizadas.

A fines del año pasado el Ministerio de Educación encabezado por Nicolás Trotta firmó el convenio Alentar: estudiar es tu mejor jugada con la AFA y Futbolistas Argentinos Agremiados. El programa tiene como finalidad que las y los futbolistas de Argentina finalicen sus estudios obligatorios y eso será una condición para ser convocados por los clubes. Esta iniciativa será esencial para otorgarle otras herramientas a los chicos y es una manera de acompañar a la gran mayoría de los que quedarán en el camino.

El fútbol ha estado en deuda con los juveniles desde hace tiempo. Rubén Rossi, campeón del Mundial Juvenil de 1979 con la Selección Argentina y ex-Coordinador de Divisiones Inferiores de River, Unión y Colón, entre otros, describe bajo qué condiciones se trabaja normalmente. “Es muy difícil, hay muchos entrenadores y formadores que quieren hacer muchas cosas bien, pero el sistema los debora. Más inversión en Inferiores se considera un gasto, solo se les presta atención cuando se ve que faltan jugadores«, asegura el exdefensor y antes de concluir formula una pregunta que se plantea hace rato y para la cual nunca encontró respuesta: «¿Quién se acuerda de los que no llegan?».

Por Fernando Baio para TyC Sports

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