El dólar, siempre el dólar, nunca el peso

Tiempos difíciles acumula la Argentina desde que perdió la moneda propia, acontecimiento que, con saludable aunque estúpido voluntarismo, algunos intentan o subestimar o negar. La tenencia de pesos carece de sentido racional, y es parte…

viernes 27/09/2019 - 22:49
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Tiempos difíciles acumula la Argentina desde que perdió la moneda propia, acontecimiento que, con saludable aunque estúpido voluntarismo, algunos intentan o subestimar o negar. La tenencia de pesos carece de sentido racional, y es parte de la decadencia ya que la gente con recursos sólo se mueve en el circuito del dólar estadounidense, mal que le pese a los economistas de la Universidad Di Tella que protestan contra el bimonetarismo, una realista hipótesis de trabajo que aquí cuenta con nuevos argumentos en el semanario de la consultora Economía & Regiones.

El mayor problema económico que tiene actualmente Argentina es la caída de la demanda de dinero y el repudio (cada vez más) generalizado por el peso. Esto implica que el dinero pierde poder adquisitivo contra todos los restantes bienes y servicios de la economía. Es decir, cada vez se necesitan más unidades de pesos para comprar la misma cantidad de bienes y servicios.

Con caída de demanda de dinero la inflación puede acelerarse aun cuando el BCRA no emita. Es más, la inflación puede acelerarse aún con un BCRA achicando la cantidad de dinero. ¿Cómo? Si la caída de la demanda de dinero excede la contracción de la oferta monetaria, el desequilibrio monetario se incrementa, el exceso de oferta aumenta, y consecuentemente la inflación se acelera. El dólar es un bien más de la economía. Ergo, si el poder adquisitivo del Peso se reduce como consecuencia de la caída de la demanda de dinero, también se necesitarán más unidades de pesos para comprar dólares.

En otras palabras, la devaluación es la contracara de la pérdida del poder adquisitivo del dinero. La diferencia entre el dólar y los restantes bienes (y servicios) de la economía radica que la divisa estadounidense es un activo financiero en Argentina, ya que actúa como reserva de valor. Los argentinos ahorramos en dólares. Por lo tanto, cada vez que los argentinos decidimos ahorrar en dólares, la demanda de dinero cae, generándose un exceso de demanda de divisas en el mercado cambiario que se ajusta instantáneamente por salto del tipo de cambio y salto de la tasa de interés.

En palabras sencillas, el aumento del precio del dólar medido en pesos, que surge de un exceso de demanda en el mercado cambiario, pica en punta porque la divisa estadounidense es un activo financiero. Del otro lado, el exceso de demanda en el mercado cambiario se traduce en exceso de oferta de pesos en el mercado de dinero por caída de demanda de dinero. Este exceso funciona como convalidación monetaria que, vía deterioro del poder adquisitivo del dinero, termina alimentando el proceso inflacionario.

Los precios en el mercado de bienes y servicios no suben porque sube el dólar, lo hacen por la convalidación monetaria emergente del desequilibrio monetario por caída de la demanda de dinero. Para que no se deteriore el poder adquisitivo del dinero, no suban los precios y no haya inflación, se debería eliminar la convalidación monetaria, que exigiría sacar la cantidad de pesos que sobran de la oferta monetaria como resultado de la caída de la demanda de dinero. Sin embargo, el BCRA no sólo no saca los pesos que sobran, sino que promete emitir más base monetaria, echándole más nafta al fuego.

El BCRA ha prometido emitir base monetaria por +2,5% mensual en septiembre’19 y en octubre’19; respectivamente. Adicionalmente, y con el propósito de pagar vencimientos de deuda en pesos y déficit fiscal, el BCRA deberá emitir aproximadamente entre +16% y +20% de base monetaria en diciembre 2019.La emisión de base monetaria es sólo uno de los problemas monetario, aunque no el único.

Hay más problemas monetarios. Por el lado del pasivo, los pasivos no monetarios remunerados del BCRA, es decir LELIQs y Pases netos, seguirán también creciendo. Es más, los pases netos, que capitalizan cada un día, están ganando peso relativo, con lo cual el riesgo de más expansión adicional de base monetaria está aumentando.

Por el lado del activo, las reservas de libre disponibilidad están cayendo debido a la intervención cambiaria. En pocas palabras, la actual política monetaria quiebra cada vez más un balance del Central que ya estaba quebrado.

Puntualmente, la destrucción del balance del BCRA, proveniente de la actual política monetaria, multiplica por dos la relación entre pasivos (monetarios + no monetarios remunerados) relevantes en términos de resultados de política monetaria y las reservas de libre disponibilidad, que pasa de 3,35 (agosto’19) a 6,62 (octubre’19). Esta destrucción se potenciará aún más en noviembre, y fundamentalmente en diciembre 2019.

¿Por qué? Porque es esperable que la expansión de base monetaria se incremente aún más en los próximos meses.De hecho, en noviembre’18 (+7,0%) y diciembre’18 (+13,0%) el BCRA expandió la base monetaria con ese ritmo.El problema es que a fines de 2019 la situación monetaria es muy diferente a la situación monetaria de fines de 2018; hoy en día es mucho más delicada.

Con caída de las reservas de libre disponibilidad y acelerado deterioro del balance del BCRA, desde E&R descuentan que dicho aumento de la oferta de base monetaria no tendrá correlato en la demanda de dinero. De hecho, asumiendo que las reservas de libre disponibilidad siguen cayendo US$100M por día, se emite base monetaria por +7% (noviembre’19) y +20% (diciembre’19) y las LELIQs (+8%) y pases netos (+15%) siguen creciendo, la relación pasivos/activos podría estar subiendo de 6,62 (octubre’19) a 16,14 (diciembre ’19).

En este escenario -en el cual permanentemente se agranda el pasivo y achica el activo relevante del BCRA para los resultados de política monetaria, y considerando expectativas racionales-, sería poco serio considerar que la demanda de dinero se va a quedar “dónde está”.

Por el contrario, en E&R se piensa que lo más sensato sería descontar una profundización de la caída de demanda de dinero de aquí a las elecciones, y más aún después más cerca de fin de año.

Más caída de la demanda de dinero significará más caída adicional y potenciación de los desequilibrios cambiarios y monetarios, con lo cual habrá dólar más caro y, vía convalidación monetaria, inflación más alta.

De aquí a las elecciones del 27/10 será difícil, pero entre las elecciones y el 10/12, el escenario monetario y cambiario se volverá todavía más difícil.

Descontar más inflación y más dólar es lo más sensato, porque es lo más probable también. Mirando la evolución del balance relevante del BCRA entre octubre y diciembre al tipo de cambio de hoy, está claro que el dólar deberá saltar significativamente para poner los crecientes pasivos en pesos del BCRA en línea con los decrecientes activos en dólares de la autoridad monetaria.

El aumento del dólar hace que se incremente el peso de la deuda en términos del PBI, haciendo que la deuda sea cada vez más impagable.

Cuanto más alta sea la inflación, “todo” será peor.

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