El dólar cerró ayer entre 63 y 66 pesos en las casas de cambio, muy por encima de los 61 del miércoles. La situación es muy preocupante para el ciudadano de a pie porque da por descontado que el lunes post-elecciones se vivirán momentos muy adrenalínicos entre el Banco Central y el mercado, aún peores a los de esta semana.
En Córdoba, previo a la llegada del propio Presidente Mauricio Macri para cerrar su campaña, se registraron largas colas en las casas de cambio de la capital. Algunas eran más cortas y otras más largas pero constantes. En Fintex, por ejemplo, cerró a 66 pesos.
En Santa Fe capital, la situación no fue distinta. Tourfé cerró a 65,50 pesos. Se trata de una de las casas de cambio en las que se registraron colas de casi una cuadra. Fue una jornada verdaderamente frenética.
Claudio González, corresponsal de Aire de Santa Fe en Rosario, indicó que en esa ciudad del sur provincial también se registraban largas colas, mientras en la plaza informal el dólar blue se vendía en 67,25 pesos.
Mientras miraban cómo subía el tipo de cambio en un cartel led instalado en la vereda, los ahorristas rogaban que frenara y se apuraran los chicos y las chicas de las cajas porque, de lo contrario, implicaba desembolsar más pesos.
Según reportó el medio 6 Digital de Misiones, «en los últimos días se intensificó la demanda de la divisa de parte de quienes buscan dolarizar su cartera a la espera de resultado electoral. La incertidumbre no pasa tanto por el resultado en sí, sino en cómo reaccionará el Gobierno a una probable derrota en el día después. La divisa estadounidense en casas de cambio de Posadas se vende a 67 y 70 pesos».
Tal como informó Urgente24, el BCRA (Banco Central de la República Argentina) realizó 4 subastas por un total US$ 346 millones para detener la escalada en la cotización del dólar estadounidense. Pero conocedores del mercado como Christian Buteler afirman que el BCRA perdió US$ 900 millones en total.
La gran pregunta es cuánto más puede soportar el BCRA este goteo que luce imparable porque las expectativas del mercado son devaluacionistas a causa de expectativas negativas en cualquier escenario. El dólar saltó $0,98 y alcanzó el nuevo récord de $63,34 para la venta en bancos y agencias de la city porteña, su 13ra. alza consecutiva. En el Banco Nación, el billete se vendió a $62,50 y en el canal electrónico se consiguió a $62,45.
La sola amenaza de una devaluación en ciernes ante la perspectiva de agotamiento de reservas líquidas y de una consecuente interrupción de la cadena de pagos, que empieza por US$11.500 millones que aún faltan vencer de deuda en los 2 meses que quedan del año, se hace notar con fuerza en remarcaciones preventivas de precios de productos de la canasta hogareña, en especial alimentos, que superan el 15%. Inclusive, harinas y aceites, muy vinculados al dólar, se deglutieron el IVA 0% y avanzan a zancadas en las listas tanto de proveedores como de supermercadistas.
En algunos casos, hasta se interrumpió el suministro. Lo que sí comenzó a generalizarse es un racionamiento de pedidos ante el temor de que los cheques diferidos a diciembre caigan en un rebote generalizado si salta la térmica cambiaria, con tasas que andan por el 180% en el actual contexto volátil.
El riesgo intra-país ya supera al de las consultoras internacionales, porque la sola hipótesis de crisis de cumplimiento de los compromisos por la deuda externa repercute cada vez con mayor intensidad en la cadena de pagos doméstica y se cierne el fantasma de que se generalice y termine afectando el normal abastecimiento de comestibles a la población. Por ahora, la que tambalea es la estructura de precios relativos de la canasta básica.
