El aislamiento social obligatorio paralizó la actividad de la mayoría de los sectores que hacen funcionar la economía. Incluso los que están en la informalidad. Uno de ellos es la compraventa de dólares en el mercado ilegal, el dólar blue.
Por la cuarentena, la gran mayoría de las pequeñas cuevas financieras cerraron su atención a la calle. Los arbolitos, parte del paisaje del microcentro en tiempos de cepo, desaparecieron.
Es un sector, como muchos otros, que se las ingenia desde mediados de marzo para seguir funcionando en las sombras y mantener a sus clientes cerca a pesar de la parálisis de la actividad económica. Muchos de esos clientes necesitan vender dólares ahorrados para cubrir gastos en pesos.
Según explicaron a TN.com.ar fuentes de la city porteña con contacto estrecho con el mercado paralelo del dólar y que pidieron mantener el anonimato, las cuevas financieras más chicas dejaron de operar y solo las más grandes pueden sostenerse mediante una ingeniería que les permite seguir en contacto con con clientes.
«Las cuevas más serias, que son muy pocas, además del servicio de cambiar dólares, toman plata y la prestan. Como tienen que pagar intereses mensuales, están armando ‘kiosquitos’ en distintas partes del Conurbano y de la Ciudad para poder estar cerca de los clientes», explican.
La falta de terminales de compra de dólares en el mercado paralelo representa un opción menos para individuos o comerciantes para desarmar sus ahorros en divisa y, en momentos difíciles, conseguir pesos para afrontar gastos de todos los días.
¿Por qué tienen que sacrificar ahorros? Porque el alto nivel de dolarización de personas y empresas durante las sucesivas crisis cambiarias entre abril de 2018 y octubre pasado dejó muchas divisas guardadas, pero las cuentas a pagar todos los meses siguen siendo en pesos.
Una de las explicaciones, incluso, de por qué el dólar blue se mantuvo en los últimos meses más barato que otras opciones de compra de divisas como el mercado oficial (con impuesto PAIS) y el dólar Bolsa o contado con liquidación, es esa fuerte oferta de billetes verdes en el mercado paralelo por parte de esas personas y empresas que necesitaban desdolarizarse.
Además, con precios de compra en $61,65 promedio en los bancos, la brecha entre ese tipo de cambio oficial y cualquier transacción en el mercado paralelo (el mercado blue pagaba el viernes $78,50 por dólar, para venderlo a $83,50) es de al menos 27 por ciento.
Más abajo de las casas de cambio más grandes que operan blue, la cuarentena taló a los arbolitos y obligó a cerrar a las cuevas menos sofisticadas, remarcan en la city.
«Hoy la profesión de cambiar dólares por sí sola, por los volúmenes que se están negociando en estos días, no es rentable. Los que cambian, como no hay bancos, lo único que pueden hacer es ‘calzar’ operaciones: si compro U$S5000, vendo U$S5000», comentan.
«Si no calzan operaciones, es muy difícil operar. Generalmente se hace todo por teléfono, con un motoquero y solo manejándose en distancias cortas con gente de mucha confianza», agregan.
Fuente: TN.