Tras la leve baja de tasa matutina, se aceleró la demanda de la divisa y su cotización se disparó sesenta y seis centavos.
El tipo de cambio mantuvo su sendero ascendente por sexta jornada consecutiva y alcanzó un nuevo máximo histórico al tocar los $43,67 en el promedio minorista y $43,90 en algunos bancos privados.
De esta manera, superó el récord de $43,41 registrado el pasado 7 de marzo, después del cual Sandleris debió convalidar un alza de tasa de 1.487 puntos básicos para evitar un descontrol cambiario.
En una rueda caracterizada por la depreciación conjunta de las principales monedas emergentes, el peso volvió a encabezar el ranking de las más perjudicadas con un alza del 1,47%.
Es que el ruido del fallo de la Corte Suprema de Justicia, que determinó la inconstitucionalidad del cobro del impuesto a las ganancias a las jubilaciones, y la típica presión de cierre de mes, intensificó una demanda que todavía no tiene como contraparte la oferta de dólares de la cosecha ni las divisas del FMI.
A su vez, si bien desde inicios del martes se hizo presente una sólida demanda, el incremento más destacado se produjo tras la licitación matutina de Leliq, que sorprendentemente arrojó una tasa de interés de 15 puntos básicos más baja que en la subasta anterior para promediar en 66,73%.
A partir de ahí, la cotización del segmento mayorista subió sostenidamente y el Central trató de amortiguarlo en la segunda subasta del día. Allí, la tasa de corte se ubicó en 67,13% para promediar los 66,92% en el día.
No obstante el mayorista cerró 56 centavos por encima de la última cotización al terminar operando a $42,64, es decir, tan solo unos centavos abajo del pico que llegó a tocar en la jornada.
Por otro lado, la máxima autoridad monetaria adjudicó $190.801 millones vía Leliq, que a pesar de no llegar a renovar la totalidad de los vencimientos, lo mantienen en un cómodo sendero de sobrecumplimiento de la meta de marzo.