El dilema del peronismo chubutense: Unir el agua y el aceite

El peronismo se debate entre no dejar ni un solo hilo suelto, dividirse en frentes, o una ley de lemas que tiene un alto rechazo social, pero que es posible. El problema de aliarse con…

lunes 20/06/2022 - 1:40
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El peronismo se debate entre no dejar ni un solo hilo suelto, dividirse en frentes, o una ley de lemas que tiene un alto rechazo social, pero que es posible. El problema de aliarse con Maderna. El “veto” de Arcioni a dos sectores del peronismo y la desconfianza del gobernador. El pedido de Nación para unir las elecciones. Vuelve el debate sobre una ley de lemas.

Nada está claro. Empezando por el calendario electoral. Sí es seguro que a menos de un año del cierre de listas para el próximo turno y renovación de autoridades provinciales, municipales, y legisladores nacionales y locales, el peronismo chubutense y sus aliados se debaten en cuál es el mejor “formato” para competir con chances en las elecciones de 2023, contra una oposición de Juntos por el Cambio que si no se pega un tiro en el pié (algunos andan con el fusil en la mano, cargado y apuntando al piso), tendrá candidatos provinciales y nacionales muy fuertes para competir en los próximos comicios, introduce la columna política De Puño y Letra de diario El Chubut.

El dilema del peronismo chubutense es unir el agua y el aceite. Como se sabe, la semana pasada hubo una “cumbre” que venía muy conversada en la previa, entre Mariano Arcioni, el intendente de Comodoro Juan Pablo Luque, y el vicegobernador Ricardo Sastre. Estuvieron también el intendente de Madryn Gustavo Sastre y el secretario de intendencia Omar Cafiola, el diputado Juan Mario Pais acompañando a Arcioni, y Luque llegó con Germán Issa Pfister y Ezequiel Turienzo.

La reunión fue en la municipalidad portuaria, con paella de por medio, servida con agua y gaseosas. Políticamente, el resultado de la reunión fue malo, porque los avances fueron menos que escasos. “No acordamos nada” dijo una de las fuentes a esta columna. Pero sí se manejaron algunas opciones electorales: desdoblar o no las elecciones, eliminar o no las PASO, o resucitar una ley de lemas que tiene un alto rechazo social, pero que jurídicamente sería posible.

Para resumir las posiciones, Arcioni hoy es el menos apegado a la idea de desdoblar las elecciones y adelantar los comicios en Chubut. Tiene dos argumentos. Por un lado, hubo un pedido concreto de Wado De Pedro para que Arcioni no desdoble. Y por el otro, el gobernador teme que se replique lo que ocurrió en 2011.

Aquel año, Das Neves logró ganar la gobernación con Martín Buzzi en elecciones desdobladas, y urna complementaria. Menos de 400 votos lo separaron entonces del candidato peronista “oficial” que era Carlos Eliceche. Pero dos meses después en las elecciones nacionales y con Das Neves como candidato a vicepresidente de Eduardo Duhalde, el dasnevismo perdió los tres legisladores nacionales.

Hay más, y es un intangible: la desconfianza. Arcioni cree que si él encabeza una lista de diputados nacionales en elecciones desdobladas, nadie va a trabajar desde el peronismo en la “boleta nacional” para las elecciones de octubre.

Al gobernador le molesta particularmente que desde el peronismo le estén vetando una eventual candidatura que aún no ha decidido ocupar. Piensa que la postulación de un gobernador saliente en una lista de diputados nacionales no debería ser siquiera materia de discusión. Obvio que en parte del arco justicialista no piensan lo mismo.

En el Frente Peronista de los Mac Karthy, donde saben que Arcioni no los quiere ni un poco luego de la discusión minera de 2021, quieren discutir si el gobernador tiene que ir o no en una boleta del Frente de Todos, o el nombre que adquiera el peronismo el año que viene.

Luque y Sastre que aparecen como las opciones mejores y más potentes en el peronismo tendrían una opinión distinta, y serían partidarios de desdoblar las elecciones. Los argumentos son varios.

El principal sería no “contagiar” al peronismo chubutense del internismo que se vive en el gobierno nacional, mejorar la competitividad provincial ante una eventual candidatura “floja” del Frente de Todos, y de paso, quitarle a Juntos por el Cambio en Chubut la posibilidad de llevar candidatos fuertes que hoy miden bien, como Horacio Rodríguez Larreta o Facundo Manes.

El único atisbo de acuerdo al que habrían llegado en la reunión, además de seguir conversando, es el de pensar un esquema de elecciones provinciales sin Paso local.

VUELVE LA DISCUSIÓN POR LA LEY DE LEMAS

Ya entre marzo y abril se discutió la posibilidad de una ley de lemas en Chubut, que a la vez eliminase las Paso y le ahorrase una elección a la gente. Y la oposición salió muy fuerte a defenestrarla. Los principales referentes de la UCR y el PRO, el ex gobernador Maestro, juventudes partidarias, mujeres, salieron todos en bloque a denunciar que el peronismo querría “hacer trampa” el año que viene. Incluso juntaron miles de firmas contra una ley de lemas. Y la idea fue guardada para mejor oportunidad.

Para quienes no sepan de qué se trata, la ley de lemas permite resolver la “interna” y la elección general en una sola elección y el mismo día. Un partido político o “lema” puede presentar muchos “sublemas”, varios candidatos, que al final de la jornada electoral sumarán sus votos a quien haya resultado ganador entre todos los de un solo partido o lema.

Así es en Santa Cruz, donde la ley de lemas se judicializó hasta que la Corte Suprema de Justicia de la Nación dictaminó que la elección del gobernador no era un asunto federal. Así fue gobernadora Alicia Kirchner con menos votos que su rival directo Eduardo Costa (UCR). Pero a la gobernadora se le sumaron los votos de otros “lemas” peronistas.

La idea es replicar la experiencia en Chubut, pasando por un costado el artículo 146 de la Constitución de la Provincia, que establece claramente que “El Poder Ejecutivo es desempeñado por un ciudadano con el título de Gobernador de la Provincia, que es elegido directamente por el pueblo, a simple pluralidad de sufragios”.

En 1991 hubo Ley de Lemas en Chubut, pero con segunda vuelta, para no violar este artículo. Así fue Maestro gobernador la primera vez. Ahora, quienes promueven la idea aseguran que podrían usar el antecedente del fallo en el Caso Santa Cruz, para validar el sistema.

El problema parece ser más político, que jurídico.

En el propio peronismo no están seguros de apoyar una ley de lemas. “Tiene muy mala prensa. Si intentamos votar un sistema en el que hay otros partidos denunciando que es una trampa, puede ser un boomerang” dicen algunos dirigentes consultados. No obstante, se sabe que hubo discretísimos contactos con uno de los magistrados del Superior Tribunal de Justicia, preguntando por la eventual constitucionalidad de una ley de lemas en Chubut.

La respuesta no habría sido totalmente negativa ni concluyente. Para imponer una ley de lemas en la provincia, el oficialismo necesita votar juntos, y además, contar con el arcionismo. Y Mariano Arcioni no tiene de momento ninguna voluntad de apoyar una ley de lemas. Lo que no está claro es si esa postura es inflexible.

Los dirigentes principales de la oposición, Damián Biss (UCR) e Ignacio Torres (PRO) la van a rechazar como han hecho antes. Pero la verdad es que en Juntos por el Cambio están convencidos de tener mejores candidatos que el peronismo.

Veamos las cuentas. Dicen los peronistas “Podemos tener un sublema con Luque, otro con Sastre, otro con los Camioneros, otro con la izquierda peronista, otro con Adrián Maderna y entonces no es necesario aliarse a él, y con todos los que quieran ser… Después en el escrutinio, todos suman al que gane…” razonan. La cuenta en JxC es parecida. “Los largamos a correr a Damián, a Nacho, a Ana Clara Romero en Comodoro, a Matías Taccetta en Esquel, a Sergio Ongarato… a todos… individualmente tenemos muchas mejores candidaturas y más cantidad que los peronistas” dicen.

En la ley de lemas hay un “aparte” con la elección de los diputados. ¿Cómo se reparten? La mayoría legislativa se la lleva el “partido o lema” ganador. Pero dentro de ello, el sublema que puso al gobernador, se lleva el 50 % de las bancas que les corresponden (que son ocho) y las otras ocho se reparten por sistema D’Hont.

El asunto sería convencer a Arcioni, a la oposición, y a la gente, de tal sistema. Es insalvable que pueda ser gobernador una persona que no ha obtenido la mayoría de los votos.

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