Un 4 de enero, pero de 1995, la Lepra anunciaba el arribo del Pibe, quien hasta posó con la camiseta. Un día después, la plata no llegó y el colombiano pegó el portazo.
El fútbol argentino está plagado de transferencias que hubiesen sido históricas, pero que finalmente no llegaron a buen puerto. Algunos recuerdan cuando Diego Maradona se fue a dormir pensando que iba a jugar en San Lorenzo. Otros, rememoran la fallida llegada de Lothar Matthaus para dirigir a Racing. Sin embargo, pocos recuerdan que el colombiano Carlos Valderrama fue hasta presentado como jugador de Newell’s y hasta posó con la camiseta de la Lepra, recuerda TyC Sports.
Un 4 de enero, pero de 1995, el Pibe revolucionó Rosario, como alguna vez lo hizo también Diego Maradona. El colombiano llegaba para sumarse a las filas de Newell’s desde Junior y la ilusión crecía entre los fanáticos de la Lepra. “Estuve en Rosario, me fui para allá y todo. Fui a una cancha de básquet donde estaban todos los aficionados esperándome. Cuando me fui de Barranquilla, había llegado a un acuerdo. Me dijeron que cuando llegara a la Argentina, me daría un adelanto del contrato, que es lo que siempre se hace”, confesó Valderrama en diálogo con TyC Sports al rememorar ese momento.
En su arribo, el colombiano brindó una conferencia de prensa y, al ser consultado respecto de por qué había elegido Newell’s, llenó de elogios al club: «Es un equipo donde se forman jugadores, hay un técnico que me conoce y tuve el interés de la junta directiva. Lo acepté porque creo que va a ser un gran equipo y me adaptaré rápidamente».
Sin embargo, justamente con su arribo a Rosario, comenzaron los problemas: “Cenamos y cuando terminamos me quedé esperando ese adelanto que nunca llegó porque empezaron las excusas. Entonces pensé: ‘Si el primer día es malo, todo va a ser malo’. Me regresé y me quedó pendiente jugar en el fútbol argentino”. El dinero no apareció y eso trabó la llegada del Pibe. ¿Qué dijeron desde Newell’s? Que habían vendido al arquero Norberto Scoponi a México y que ese dinero sería usado para pagarle, pero que esperaban el pago al club.
“¿Yo qué tengo que ver con eso? No tengo nada que ver con Scoponi ni con nada. ¿No llegamos a un acuerdo? Llegando me dan mi billete… Yo no espero ni a mi mamá, qué los voy a esperar a ustedes, sean serios”, habría dicho el colombiano antes de pegar media vuelta y regresar a su país natal.
El resto de los años del Pibe en el fútbol pasarían por Estados Unidos, como jugador del Tampa Bay Mutiny, Miami Fusion y Colorado Rapids entre 1996 y 2002, cuando se retiró. Y el fútbol argentino le quedó como una cuenta pendiente: “Siempre me gustó el ambiente, siempre veo los partidos y están llenos los estadios. Uno llega a la Argentina y desde que se baja del avión se habla de fútbol”. Así, Newell’s se quedó con las ganas de verlo en las canchas, aunque siempre quedará el recuerdo del día en que Valderrama fue jugador de la Lepra, aunque sea por unas horas.