En ese entonces, el ex boxeador estaba sufriendo una recaída en las drogas y el alcohol, pero un médico le recomendó que se animase a ingerir el veneno del animal: “Salta al corazón de Dios y regresa, en solo 20 minutos”.
Todo comenzó cuando el Dr. Gerry, cuyo verdadero nombre es Gerardo Sandoval, se presentó en la oficina de Mike como invitado del primer podcast Hotboxin, que en aquel entonces era un incipiente proyecto y por el que hoy en día ya han pasado varias figuras que quieren charlar con el ex púgil, como Eminem, Evander Holyfield y Sugar Ray Leonard, entre otros.
El ginecólogo y obstetra oriundo de Guadalajara, México, dialogó sobre una sustancia llamada 5-MeO-DMT, que es producido en grandes cantidades por Bufo alvarius, una especie rara de sapo comúnmente conocida como el sapo del río Colorado o el sapo del desierto de Sonora. El anfibio utiliza este veneno para ahuyentar depredadores, pero el ser humano descubrió que es posible “ordeñar” el veneno, secarlo y fumarlo.
«El Dr. Gerry le dijo a Mike Tyson que fumar el sapo era como una base libre que salta al corazón de Dios y regresa, en solo 20 minutos”, contó el cronista Alex Pappadema de la revista norteamericana GQ, quien en 2019 viajó hasta California para conocer el proyecto que lidera la ex estrella del deporte de los guantes.
Tras escuchar al médico, Tyson no dudó: “Tienes que verlo desde mi perspectiva. Estoy entrando en esta situación pensando que he visto todo. Había tomado algunas drogas pesadas. Había consumido ácido antes. Entonces pensé, ‘dame esas cosas, déjame ver esto’”. Calentó el veneno del sapo en una pipa de vidrio y comenzó con las alucinaciones.
“Estaba enloqueciendo. ‘No quiero hacer esto más. Quiero que pare’ Demasiado tarde. No pude parar. Pensé, ‘la jodí. Oh, mierda. La jodí ¿Qué estaba tratando de probar? Estoy muerto. Estoy muerto. Se acabó. Toda mi vida. Mi vida se fue. Tomé estas jodidas drogas y me mató. No hay forma de que pueda sobrevivir a esto».
Tras aquella primera sensación, se fue relajando y comenzó a disfrutar de lo que le estaba sucediendo. “Se quedó fuera de su propia vida y la vio estirada en un tiempo lineal, un continuo de Mikes yendo y viniendo. Vio símbolos aztecas, pirámides extrañas, personas que habían muerto”, señala el artículo de GQ.
“Es casi como si murieras y renacieras”, confesó Tyson. Mientras que el Dr. Gerry, explicó: “Básicamente fui testigo de cómo Mike liberaba todo lo que cargamos”.
Por aquel entonces, el ex púgil estaba entrenando en una recaída de cocaína y alcohol. Pero tras aquella experiencia, nunca más volvió a caer en los viejos y malos hábitos, aunque no fue la única vez que fumó el veneno: “Y lo hice tres veces. Me quedé ahí. Tuve que hacerlo de nuevo. ¿Qué demonios? Quería volver «.
“Tyson hablará contigo todo el día sobre el sapo, porque el sapo es una historia divertida, pero también porque es una historia que lo hace sentir bien, es una historia sobre la mejor persona en la que se está convirtiendo, no la persona que solía ser”, asegura el cronista.
Es que en las semanas anteriores a esa experiencia alucinógena, el norteamericano de 53 años había vuelto a visitar clubes nocturnos, según revelaron algunos de sus allegados y ya no parecía ser el hombre rehabilitado que había sabido ser: “Creo que estaba tomando cocaína cuando fumé el sapo. Solo era un desastre. Tenía un montón de jodidas chicas con las que tenía relaciones. Fue algo horrible, hombre. Estaba atrapado en un círculo vicioso y no podía parar. Incluso si quisiera, simplemente no podría parar. Estaba enfermo. No me importaba nada … Digamos que veía a una chica, tenía relaciones sexuales. Entonces me sentía culpable. Por lo tanto quería consumir una línea de cocaína. Luego quería beber. Solo quería destruir mi vida, porque me estaba matando de culpa».