Por motivo de la celebración de la Navidad, durante la Primera Guerra Mundial se dio un episodio insólito que quedó para la historia.
Corrían las últimas horas del 24 de diciembre del 1914 cuando las tropas del Imperio Alemán y el Imperio Británico estaban enfrentadas en el frente occidental.
Conscientes de la cercanía de la Navidad, celebración que es tradición en grandísima parte del mundo, las tropas de ambos bandos planeaban una tregua al menos durante las primeras horas del 25 de diciembre.
Fue así que primero las tropas alemanas dejaron de disparar sus cañones y fusiles, para luego empezar a cantar villancicos, decretando su propia tregua no oficial, puesto que esta medida no estaba en consideración de los altos mandos militares.
La historia marca que horas después incluso salieron de sus trincheras y se aproximaron a los británicos gritando “¡Feliz Navidad!” en el idioma natal de sus enemigos.
En un comienzo, los soldados ingleses temían que se tratara de una cruel trampa aprovechando la fecha, pero observaron que los alemanes estaban desarmados, entonces abandonaron sus trincheras y se unieron al festejo.
Durante todo el 25 de diciembre cantaron juntos, compartieron cigarrillos y alimentos como regalos, e incluso se dio una escena que años después sería un ícono de ese momento, cuando formaron dos equipos y se pusieron a disputar un partido de fútbol en la que fue llamada la “Tregua de Navidad”. El escenario se repitió en otras zonas en guerra entre ambos imperios.