A pesar del relato de estabilización de la economía que el Gobierno quiere instalar en vías de mejorar su posición electoral, la situación del empleo y la salud de las empresas sigue barranca abajo. El frío del consumo en el mercado interno y las altas tasas de interés mediante las cuales el Gobierno busca contener al dólar continúan provocando un deterioro financiero en pymes y grandes empresas, con el correspondiente impacto laboral.
Con el anuncio de este lunes del Banco Central de ratificación de la tasa de interés en el 58 por ciento, van diez meses con tasas siderales, a pesar de que supuestamente eran una salida transitoria al estallido cambiario. Las noticias de cierre de empresas, pedidos de quiebra y suspensiones que relevó este diario durante el último mes marca que el pulso de la crisis no se detiene.
Lunes 24 de junio: La compañía de venta online Necxus solicitó un concurso preventivo. Acumula cheques rebotados por más de 20 millones de pesos.
Martes 25: Unilever confirmó la cesantía de 16 operarios de su planta en Gualeguaychú. La multinacional alega haber sido afectada por los costos de las tarifas energéticas, la caída de la demanda y el ingreso de importados.
Miércoles 26: La empresa Aires del Sur, que controla la fabricación de equipos de aires acondicionados Electra, en la ciudad de Río Grande, inició un concurso de acreedores para evitar la quiebra.
Jueves 27: La marca de agendas Citanova inició un concurso de acreedores.
Viernes 28: Concejales de Ramallo presentaron un hábeas corpus para “resguardar la vida de los empleados” de la aceitera Bio Ramallo, que se había negado a acatar la conciliación obligatoria luego de haber despedido a 28 trabajadores de su planta.
Lunes 1 de julio: La fábrica de motos Zanella anunció el despido de 42 trabajadores de su planta de la provincia de San Luis y 25 en Córdoba.
Martes 2: Se conoció que la empresa de calefactores y termotanques Eskabe adeuda a sus trabajadores el retroactivo de las paritarias y que tiene la intención de pagar el aguinaldo en dos veces.
Miércoles 3: El frigorífico Mattievich cierra una planta con 300 empleados en Carcarañá, Santa Fe. La decisión de bajar las persianas fue tomada tras el reparto de la Cuota Hilton, ya que la empresa recibió un cupo de exportación seis veces menor al solicitado.
Jueves 4: La firma de calzados Grimoldi comenzó a realizar despidos en locales comerciales ofreciendo indemnizaciones al 50 por ciento.
Viernes 5: La autopartista canadiense Magna, que fabrica asientos para Nissan, anunció la reducción de la jornada laboral y suspensiones con caída del salario para poder mantener los 400 empleados en su planta cordobesa.
Lunes 8: El supermercado Emilio Luque, con 1200 empleados en sucursales en las provincias de Tucumán, Salta y Catamarca, confirmó el ingreso al concurso preventivo de crisis “ante la falta de créditos bancarios y de proveedores para sustentar el negocio”.
Martes 9: La maderera Fiplasto informó a la Bolsa la aplicación de suspensiones de siete días por mes hasta el 4 de octubre con el pago del 75 por ciento del salario neto.
Miércoles 10: El sello SM, uno de los grandes jugadores dentro del campo de la literatura infantil y juvenil argentina, con casa central en España, despidió a 90 empleados que se sumaron a otros 25 habían recibido el telegrama unos dos meses atrás.
Jueves 11: Los 400 empleados de la empresa de galletitas Tía Maruca denunciaron que no cobraron el aguinaldo y que hace meses se les paga el sueldo con demoras. También denunciaron irregularidades en el pago de los aportes para la jubilación y las obras sociales.
Viernes 12: La firma Suschen, radicada en La Matanza, cerró sus puertas y más de cien operarios se quedaron sin trabajo. Producía la marca de golosinas «Mielcita», los jugos «Naranjú» y tapas de alfajores, obleas y bizcochitos.
Lunes 15: La papelera Ansabo, de Quilmes, cerró sus puertas después de funcionar durante 60 años. Los 45 trabajadores que se quedaron sin empleo denuncian que les adeudan el pago del último sueldo, el aguinaldo y la indemnización por el despido.
Martes 16: La estadounidense VF Corporation, dueña de las marcas Wrangler y Lee, confirmó que a fin de mes termina su proceso de cierre de locales exclusivos y se va del mercado argentino despidiendo a todo su personal comercial. La firma ya había cerrado plantas productivas.
Miércoles 17: La empresa de alfajores Balcarce presentó un procedimiento preventivo de crisis en el que solicitó un régimen de suspensiones durante 8 días al mes hasta noviembre para los 120 trabajadores de la fábrica y de los locales comerciales.
Jueves 18: La fábrica Belcar, dedicada a la producción de tintas y barnices, despidió a 90 trabajadores.
Viernes 19: Se conoció que Natalia Oreiro decidió desprenderse del 50 por ciento de sus acciones de Las Oreiro y que la marca cerrará los locales que tiene en shoppings y dejará de abastecer a las franquicias.
Lunes 22: La empresa cordobesa Porta Hermanos solicitó el concurso de acreedores. En su planta de la ciudad de Córdoba trabajan unas 500 personas y se fabrica el fernet 1882. Además, cerró el medio Diario Sobre Diario.
El repaso es apenas la punta del iceberg de una situación que se extiende a lo largo y ancho del entramado de la actividad productiva. Aun así, muestra que la crisis no distingue entre empresas chicas, medianas y grandes ni entre marcas centenarias y otras de menor trayectoria y que el deterioro laboral se presenta en prácticamente todos los sectores de la economía –según publica Página 12-.