La tasa de desempleo perforó los dos dígitos en el segundo trimestre, aunque sin creación de empleo. Qué se espera para 2022 y por qué ocurrió este fenómeno.
Mientras la economía intenta superar la crisis sanitaria, el desempleo bajó de los dos dígitos, fue de 9,6% entre abril y junio, y volvió a niveles pre pandemia, publica El Cronista. Exactamente, si se comparan los segundos trimestres, es la tasa más baja desde 2018. De todos modos, advierten que el ritmo de recuperación del empleo es menor al de la actividad económica por lo que los analistas, más allá de la flexibilización y mayor movilidad, no esperan una rápida reducción del desempleo ‘estructural’.
De acuerdo al último informe de Mercado de Trabajo del Indec hay más de dos millones de trabajadores desempleados. Representa una baja de 3,5 puntos porcentuales respecto al 13,1% de desempleo que marcó el segundo trimestre del año pasado, cuando se habían perdido 2,5 millones de puestos de trabajo. En el último año se crearon 2,3 millones de puestos de trabajo, por lo que queda un margen de 200.000 para retornar a la ocupación pre pandemia.
«La recuperación del empleo va por debajo de la de la actividad económica porque muchas empresas frenaron la actividad, pero no despidieron gente. Entonces ahora al aumentar la producción no crean empleo», analizó en diálogo con El Cronista Melisa Sala, economista jefa de la consultora LCG.
En un contexto de prohibición de despidos con causa y de doble indemnización, dentro de los ocupados que son un 41,5% se dieron dos tendencias. Por un lado, los asalariados recuperaron su participación y son el 72,1%, pero por otro aumentó la precarización dado que los subocupados pasaron de 9,6% a 13,7%, es decir personas que están dispuestas a trabajar más tiempo pero no lo consiguen.
«Al recuperarse la actividad económica, los niveles de ocupación están volviendo a ser los estándar, los que teníamos pre pandemia. Por eso, lo que se ve ahora es la desocupación estructural y para solucionarla el país tiene todas las deudas pendientes, la primera es una reforma laboral», apuntó Matías Ghidini, especialista en mercado laboral y gerente de la consultora Ghidini Rodil.
No siempre que baja el desempleo es porque aumenta la tasa de empleo, en el medio están las personas inactivas y ese fue uno de los puntos llamativos del segundo trimestre.
Como la desocupación se mide sobre la población económicamente activa (PEA), aunque el desempleo se redujo de 10,2% que había sido en el primer trimestre a 9,6%, no hubo creación de empleo, sino que cayó la PEA, es decir las personas que buscan trabajo.
En esa línea, el economista Federico González Rouco aclaró: «Sin ajustar la tasa de actividad, el desempleo fue de 9,6%. Pero, con un ajuste en la tasa de actividad (considerando la del segundo trimestre de 2019), el desempleo fue de 13% y sería la segunda tasa más alta para un segundo trimestre desde 2004».
El nivel de actividad viene sistemáticamente recuperándose luego del mínimo que tuvo por la pandemia, pero fue del 45,9%, todavía levemente por debajo del 46,6% y el 47,3% que se había ubicado en promedio durante 2018 y 2019.
«Un mercado laboral chico tiene incidencia sobre el registro bajo del desempleo. Si se corrige la tasa de actividad por un promedio de los años previos a la pandemia como 46,9% y se asume la cantidad de empleo actual, la tasa de desempleo ascendería a 11,5%», señalaron desde la consultora LCG.
Para los próximos meses el mercado espera que la oferta laboral avance, pese a que habrá un problema para que se encuentre con la demanda. «Proyectamos registros de dos dígitos hasta fines de 2022», concluyeron desde LCG.