Desde antes de asumir como Presidente, Javier Milei dejó en claro que durante su gestión no habría lugar para la obra pública. Tal es así, que a los pocos días de haber iniciado el nuevo Gobierno las obras se frenaron casi por completo. Sólo se continuaron algunos proyectos en particular, cuyo avance superaba el 80% y estaba dentro de lo acordado por contrato, pero con el correr de los días esas obras también se paralizaron.
Como consecuencia, el empleo en el sector de la construcción se derrumbó. Según datos publicados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), en noviembre pasado había 444.024 puestos de trabajo formales en la actividad de la construcción. Cuatro meses más tarde, en marzo de este año, el número ya había bajado a 391.637 empleos. Es decir que en sólo 120 días se perdieron 52.387 puestos de trabajo (436 por día).
Sin embargo, desde la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), aseguran que entre marzo y junio se perdieron otros 50.000 empleos formales más, por lo que ya serían 100 mil los puestos de trabajo perdidos en el sector. Estos números serán oficializados por el INDEC con el correr de los meses. Como las estadísticas oficiales llevan un rezago de tres meses, recién en los primeros días de septiembre se podrá confirmar cómo cerró el nivel de empleo de la construcción en el primer semestre.
De todas formas, es un hecho que en los meses posteriores a marzo la construcción siguió cayendo. De hecho, el INDEC informó recientemente que en el cuarto mes del año la actividad de la construcción se contrajo 37,2%, luego de haberse desplomado un 42,2% en el tercer mes del año.
Sí se ve un número mayor de pérdida de puestos de trabajo cuando se hace la comparación interanual. Al comparar marzo de 2023 con marzo de 2024 se observa -según publica Infobae– que el número total de trabajadores registrados se redujo un 15,7%, pasando de 464.738 a los mencionados 391.637 (73.101 menos).
La realidad del sector
Gustavo Weiss, presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), explicó que el empleo formal del sector de la construcción se explica por dos grandes ramas de trabajo. Por un lado, está la obra pública, que capta la mayor cantidad de empleos, y por el otro está la obra privada grande, como la construcción de edificios, obras mineras y petroleras, entre otras.
“El grueso de los puestos de trabajo que se perdieron se explica por el parate de la obra pública. El sector privado grande, por su parte, es algo más estable en el tiempo”, explicó el empresario.
“También hay una caída muy grande de la industria vinculada a la construcción y refacción de viviendas unifamiliares, pero eso abarca todo lo que es el empleo informal”, agregó.
Weiss aseguró que hay empresas que están muy complicadas en sus números, sobre todo aquellas que se dedican principalmente a la realización de proyectos de obra pública nacional. “Muchas firmas pasaron a facturar casi ‘cero’ de un día para otro. Muchas de ellas están endeudadas con los bancos y con sus proveedores. No he visto convocatorias de acreedores por el momento, pero sí compañías muy delicadas”, manifestó el presidente de Camarco.
El empresario insistió en que hoy está el 100% de la obra pública nacional parada. “Decían que se iban a priorizar los proyectos con más del 80% de ejecución, los vinculados a seguridad vial o ferroviaria, pero la realidad es que está todo frenado”, alertó.
Diálogo sin salida
El referente de la construcción aseguró que existe un diálogo fluido con el Gobierno, pero pocas respuestas que hagan pensar en un cambio de tendencia en el corto plazo. “El acercamiento es total y el diálogo es bueno, pero la respuesta es que ‘no hay plata’ y que el objetivo es que cierren las cuentas”, comentó.
“Milei dice que la obra pública la tienen que hacer los privados, que el Estado no tiene que invertir en obra pública, sino ser la actividad privada la que haga la inversión en infraestructura. La realidad es que es bienvenida la inversión hecha por los privados, pero en el mundo, la inversión privada en obra pública no supera el 15% del total. Los países que tienen las condiciones óptimas, como seguridad jurídica y moneda estable están en el 15%”, apuntó Gustavo Weiss.
De esta forma, en lo que refiere a la obra pública sólo se puede esperar un mayor avance por parte de las provincias que operan con fondos propios. “Las provincias centrales están ejecutando obras con fondos propios. Es el caso de Córdoba, Mendoza, Santa Fe, Buenos Aires y CABA. Esos proyectos, sumados a las grandes inversiones del sector privado son los que están sosteniendo los poco más de 300 mil puestos de trabajo que aún se mantienen en el sector formal”, aseguró.