Dos senadores de la oposición anticipan sus posturas sobre el presupuesto. Sacnun señala que el Gobierno necesita el presupuesto para posicionarse ante el FMI y el G-20 y señala que impulsarán “una discusión punto por punto”. Mera reconoce que el peronismo federal podría volver a votar dividido.
Para María de los Angeles Sacnun, senadora nacional del Frente para la Victoria por Santa Fe, el Gobierno “quiere el presupuesto como una herramienta en materia internacional, tanto con el FMI como con el posicionamiento político en la cumbre del G-20”. Descree de los opositores que votaron a favor del presupuesto para evitar mayor discrecionalidad del Gobierno a la hora de repartir recursos: “La contradicción es que el 48 por ciento de las erogaciones que se producen en el presupuesto se destinan al pago de los intereses de la deuda”, mientras se ajusta en áreas sensibles como educación, salud, ciencia y organismos del Estado “cuyas partidas presupuestarias fueron subejecutadas” este año.
–¿La media sanción en Diputados se convertirá en un mero trámite para el oficialismo en el Senado o tendrá que admitir cambios?
–Lo correcto es que se lleve adelante una discusión punto por punto del presupuesto. En primer lugar teniendo en cuenta una cuestión central que es el acuerdo con el FMI realizado a espaldas del Parlamento argentino y en contradicción con lo que dispone la Constitución Nacional en cuanto a las atribuciones que tiene el Parlamento sobre la toma de deuda. Lo que hay que señalar es que se pretende un trámite sumarísimo del Presupuesto en virtud de que salió la media sanción a horas de que se reuniera el Consejo Ejecutivo del FMI, lo que marca que la agenda la terminan marcando no las cuestiones internas de la defensa de los intereses de los jubilados, los sectores medios, los trabajadores, ni la educación pública, ni la salud, ni la ciencia y tecnología, sino la agenda internacional. Y ahora la que está marcando los tiempos es la reunión del G-20.
–Sobre el endeudamiento externo hubo dos definiciones: en Diputados no pasó la reforma a la Ley de Administración Financiera para refinanciar la deuda externa a valores de mercado y otra que mantiene la posibilidad de endeudarse por 60 mil millones de dólares más que lo acordado con el FMI. ¿Considera que este último punto pueda generar resistencia en el Senado?
– Lo vamos a plantear porque es central, como lo planteamos en la Comisión de Seguimiento de la deuda externa por la reforma a la ley de administración financiera que pretendía dejar atada al mercado una posible reestructuración de deuda. Queremos establecer el tope del endeudamiento, que lamentablemente se abrió con la modificación a la ley cerrojo para pagarles a los fondos buitre y que comenzó un ciclo de endeudamiento que parece no tener fin. Frente a esto, queremos dar el debate y de ninguna manera hay que soportar que se plantee que en nombre de la gobernabilidad no se pueda discutir profundamente sobre el endeudamiento de la Nación.
–¿Qué otras cosas le preocupan del presupuesto tal como salió de Diputados?
–La que tiene que ver con la educación y el fondo de incentivo docente; la desarticulación en materia de ciencia y tecnología; la ausencia de una mirada sobre las pymes industriales, donde cada cien pesos solo diez centavos se mantienen en la industria, con un Gobierno que reprimariza la economía y pulveriza la industria nacional. Hay una baja del 40 por ciento de inversión en vivienda. La destrucción del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS). Otra es la descapitalización del Banco Nación, poniendo en riesgo la banca pública en un modelo productivo y de desarrollo con inclusión social, y que también profundiza la precarización laboral de sus trabajadores. También hay una modificación para que la banca pública pueda financiar PPP (contratos de Participación Público-Privado), que puede abrir una catarata de juicios contra el Estado porque quienes participaron en su momento lo hicieron en otras condiciones con el financiamiento privado.
–A pesar de estos cuestionamientos es difícil que el Gobierno dé marcha atrás y acepte cambios después de haber atravesado el escollo que significaba la Cámara baja. ¿Considera viable las modificaciones?
–Me parece que no y lo demuestra el cronograma que está circulando en el Senado sobre el tratamiento del Presupuesto. Hay una agenda armada con una ronda de presencias de funcionarios nacionales y una fecha del 14 de noviembre para discutirlo en el recinto, con lo cual advertimos que el Gobierno no tiene ninguna voluntad de modificar estructuralmente este Presupuesto. Se podrá introducir una obra más o menos. En Santa Fe necesitamos obras muy importantes y necesitamos ponerles fecha de ejecución, así como afecta la quita de subsidios en tarifas sociales en materia de energía o la quita de subsidios en transporte, en salud, pensiones por discapacidad, y en materia productiva. Pero todo pasa a segundo plano cuando se advierte que este presupuesto tiene un rumbo que destroza al aparato productivo y el empleo. Como dato, la cámara argentina de la maquinaria agrícola plantea que hay 7 mil puestos de trabajo en riesgo por un programa económico de retracción estrepitosa de la industria. Este presupuesto expresa eso.
–El acuerdo con los gobernadores peronistas parece haberle allanado el camino al oficialismo. Muchos de esos diputados opositores argumentaron que sin presupuesto el Gobierno central tendría mayor discrecionalidad para distribuir los recursos. ¿Considera este argumento válido?
–No lo creo, porque me parece que la contradicción es que el 48 por ciento de las erogaciones que se producen en el presupuesto se destinan al pago de los intereses de la deuda. Se autoriza subrepticiamente y se legitima al Gobierno y a las autoridades monetarias a seguir adelante con este acuerdo con el FMI. Esta es la contradicción preliminar que debemos señalar. Esto desbarata la supuesta discrecionalidad hacia el uso de las partidas, además porque en este año las partidas aprobadas en el presupuesto 2018 están absolutamente subejecutadas, al tiempo que se descalabra el INTA, el INTI, el Senasa. Por lo que me parece que a este Gobierno no le interesa el presupuesto interno de la Nación y siguen manejándose con absoluta discrecionalidad. Quieren el presupuesto como una herramienta en materia internacional, tanto con el FMI como con el posicionamiento político en la cumbre del G-20.
“Puede afectar las economías regionales”
Dalmacio Mera, senador del Bloque Justicialista por Catamarca, considera que si la gobernadora de esa provincia, Lucía Corpacci, avaló el presupuesto del Gobierno para 2019 es porque la provincia podrá “sobrellevar” sus obligaciones sin inconvenientes. Igual, advierte que hay que revisar cómo los recortes en el Estado Nacional afectan a las economías regionales, insiste en que si se conforma una mayoría para introducir modificaciones Cambiemos “las tendrá que aceptar” y admite que, al igual que en Diputados, el peronismo federal podría votar dividido.
–Los diputados que responden a la gobernación de su provincia votaron a favor del Presupuesto. ¿Usted hará lo mismo?
–Ya hemos trabajado en conjunto con el bloque de diputados y cómo llegan al Senado los puntos que no compartimos. En eso también es muy importante lo que opina cada gobernador y, en mi caso, la gobernadora de mi provincia. A partir de allí iremos fijando posición.
–¿El voto a favor de los diputados catamarqueños no marca que la gobernadora estaría conforme con las modificaciones que han realizado?
–Considero que en principio la gobernadora estaría conforme con esas modificaciones, pero eso no quita que nosotros en el Senado podamos hacer un análisis del Presupuesto.
–Luego del trabajo que realizaron junto a los diputados de su bloque, ¿qué es lo que más le preocupa de lo que sigue firme en el Presupuesto?
–Particularmente, cómo ciertas medidas pueden afectar a las economías regionales y el aporte que hacen los organismos nacionales a su desarrollo. Ya hemos tenido la desagradable injusticia de despidos importantes en organismos que hacen a la vida de nuestra provincia, como por ejemplo la gente de Economía Familiar sufrió muchísimos despidos y para nosotros es una herramienta importante para la producción en muchos de nuestros departamentos, que son economías muy pequeñas. Y si en ese caso nada juega a favor y tampoco tienen cómo sostener el acceso al asesoramiento técnico, y tenemos un sinnúmero de bajas en el INTA, se acumula el viento en contra. Vamos a ver cómo figura en el Presupuesto para ver si lo avalamos o no.
–¿Considera que el oficialismo pueda aceptar cambios?
–El presupuesto es el plan de gobierno del Ejecutivo, donde el Congreso ve si lo avala o no y puede proponer cambios. Si hay una mayoría que proponga algún cambio, lo tendrá que aceptar.
–Uno de los puntos que desató mayores polémicas en Diputados, que sin embargo no lograron modificar, fue que el presupuesto habilita al Gobierno a contraer un endeudamiento de 60 mil millones de dólares adicionales a los que ya acordó con el FMI. ¿Ustedes avalarían un mayor endeudamiento?
–En nuestro caso en particular, tenemos presentado hace un tiempo largo un proyecto para controlar los fondos originados en créditos. La idea es ver si el endeudamiento es para financiar la propia deuda, si es un círculo vicioso que no trae ningún resultado. Ahora si los créditos están atados a políticas de un desarrollo productivo y generación de riqueza, entendemos que son virtuosos. Pero hoy vemos desgraciadamente que los créditos solo están vinculados a sostener el sistema financiero, y si solo se destinan para eso sigue siendo muy negativo para la Argentina.
–El presupuesto tiene recortes importantes en salud, educación, ciencia y tecnología, y en organismos nacionales como el INTA y Vialidad. ¿Eso no afecta a las provincias?
–Con seguridad. El presupuesto es el plan de gobierno de los Ejecutivos y por eso nuestro reclamo, cuando se comenzó a discutir, fue que el Presidente convocara a los gobernadores. Y en mi provincia, que la gobernadora convocara a todos los intendentes, porque en definitiva son quienes manejan el presupuesto y están en condiciones de saber si esos recortes van a poder sostener o no políticas elementales. Y en lo que respecta a Catamarca, se supone que van a poder desarrollar el próximo año sin inconvenientes.
–¿No debería ser preocupación de los gobernadores cómo afectan esos recortes al desarrollo del país, independientemente de que hayan conseguido alguna mejora en su provincia?
–Los gobernadores conocen con precisión cómo afectan esos recortes a sus provincias. En el caso de Catamarca, un trabajo muy importante que se realizó ni bien comenzó esta gestión nacional fue reclamarle al gobierno central el reconocimiento de la detracción del 15 por ciento de los recursos provinciales que iban para la Anses y que no se realice más en base a la resolución de la Corte Suprema a favor de otras tres provincias. Y eso le ha dado particularmente a Catamarca un perfil financiero que la hace superavitaria, que no está endeudada y que hoy tiene más de 2 mil millones en su cuenta. La gobernadora lo ha hablado con los intendentes y el gobierno nacional y considera que podrá sobrellevar el año próximo con esos recursos.
–No pocos diputados opositores que acompañaron el presupuesto afirmaron que era malo, pero era mejor que el Gobierno lo tuviera para que no pudiera manejar con mayor discrecionalidad los recursos. ¿Piensa lo mismo?
–En un proceso inflacionario como el que vivimos, si el Ejecutivo no estuviera atado a un presupuesto tendría mayor discrecionalidad para manejarlos. Después habrá que ver cómo se usa. Quedaríamos más en manos de la figura de un buen gobernante que de instituciones. Por eso hemos creado la oficina de ejecución presupuestaria que nos permite monitorear cómo van los gastos. No tener presupuesto es algo grave, lo hemos padecido en la provincia y también en la nación. Pero vamos a hacer los análisis en el bloque y cada uno hará los aportes para intentar tener una posición en conjunto.
–¿Puede habar posturas divididas, como su sucedió en Diputados?
–Ha pasado en el bloque de senadores y puede pasar con el Presupuesto. Siempre intentamos tener una posición conjunta pero si no la hay puede ser que haya senadores que voten en forma diferente.
–¿En lo personal considera que hay que votarlo?
–En lo personal lo quiero ver con detenimiento, y está claro que va a reflejar la realidad que vivimos: una economía que cae en su actividad, en productividad y empleo. Sobre esta realidad, vamos a ver qué refleja el presupuesto.