Mientras la pandemia circula, se controla y reaparece, los estudiosos no dejan de abrir puertas posibles a nuevos conceptos
Los misterios y los interrogantes alrededor de esta pandemia siguen generando confusión. Algunas medidas que se creían valiosas empezaron a modificarse en función a los nuevos conocimientos, indicó Infobae.
La trasmisión en el aire del COVID-19 sigue siendo materia de debate, pero esta semana 239 expertos se pronunciaron a través de un documento presentado por el Laboratorio Internacional de Calidad del Aire y Salud de la Universidad Tecnológica de Queensland, Brisbane, Australia, en donde se hace un llamado a la comunidad médica y a los organismos nacionales e internacionales relevantes para que reconozcan el potencial de propagación por el aire de la enfermedad del coronavirus. “Existe un potencial significativo de exposición por inhalación a virus en gotitas respiratorias microscópicas (microgotas) a distancias cortas a medianas (hasta varios metros, o escala de habitación), y estamos abogando por el uso de medidas preventivas para mitigar esta ruta de transmisión aérea”, sentencia el documento.
Los estudios de los firmantes y otros científicos han demostrado más allá de toda duda razonable que los virus se liberan durante la exhalación, el habla y la tos en microgotas lo suficientemente pequeñas como para permanecer en el aire y representar un riesgo de exposición a distancias superiores a 1 ó 2 metros de una persona infectada. Por ejemplo, a velocidades típicas del aire en interiores, una gota de 5 μm viajará decenas de metros, mucho mayor que la escala de una habitación típica, mientras se asienta desde una altura de 1,5 m hasta el suelo.
Una nueva investigación determinó que obtener vitamina D está relacionado con un menor riesgo de sufrir infecciones graves por coronavirus y padecer síntomas graves como confusión, pérdida del conocimiento, dificultad para respirar y muerte. Las personas que incorporan suficiente vitamina D tienen un riesgo 52 por ciento menor de morir de COVID-19 que aquellos que tienen deficiencia de la ‘vitamina del sol’, revelaron.
Se trata de un estudio llevado adelante por la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston de los Estados Unidos, en donde los científicos se preguntaron qué hace que una persona sea más propensa a contraer COVID-19. La falta de vitamina D se determinó mediante la medición del elemento ´25-hidroxivitamina D´ en sangre, según un nuevo estudio en más de 190.000 personas dirigido por Michael F.Holick, PhD, MD, endocrinólogo estadounidense, especializado y reconocido en el campo de la vitamina D, profesor de Medicina, Fisiología y Biofísica Molecular en el campus médico de la Universidad de Boston.
En este contexto, tres importantes estudios analizaron los efectos del aislamiento en la salud y la importancia de la vitamina D, que necesita de la exposición al sol y al aire libre para incorporarse adecuadamente al organismo y llegaron a la conclusión de que existe suficiente evidencia científica para determinar que la deficiencia de este compuesto ‘del sol’ aumenta el riesgo de contagio.
Cuando una persona vuelve a dar positivo por coronavirus SARS-CoV-2, ¿realmente se reinfectó o es la expresión del mismo virus que permaneció latente en el cuerpo durante varios meses hasta que generó síntomas o fue detectado en forma asintomática?
La respuesta es que ambas pueden suceder, pero es más difícil comprobar que se trate de una reinfección. El infectólogo Ricardo Teijeiro, admitió que según investigaciones científicas, es posible reinfectarse de coronavirus, como el famoso caso de Hong Kong pero eso requiere que pasen varios meses y dos análisis genéticos que lo comprueben.
“En el último tiempo se está confundiendo una reagudización del mismo cuadro con una reinfección certera. Hasta ahora son muy pocos los casos en el mundo en donde se han comprobado reinfecciones. Cabe aclarar que en otros cuadros virales se observan otros procesos infecciosos. Al SARS-CoV-2 lo estamos conociendo y es posible que se pueda quedar mucho tiempo en el cuerpo, generando distintas patologías según el organismo que infecta”, explicó el experto.
Y agregó: “Respecto a los anticuerpos que una persona genera tras contagiase, hay que aclarar que no siempre están presentes y quedan. O tal vez pueden permanecer en una mínima expresión, que no es suficiente para que la enfermedad se vuelva a manifestar. En el organismo se produce una enorme respuesta celular, pero esa respuesta muchas veces no coincide con ser anticuerpos protectores”.