Investigadores de la Universidad de Illinois en los Estados Unidos hicieron un experimento con voluntarios humanos. Demuestran que, al tomar alcohol, las personas tienden a estar a menos de 2 metros de otras personas que no conocen.
Investigadores de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, Estados Unidos, hicieron un experimento social para responder a esta pregunta: ¿el consumo de alcohol puede afectar al distanciamiento social que hay que mantener con extraños para evitar el riesgo del coronavirus? Con esa inquietud hicieron el primer estudio sobre distanciamiento social y consumo de alcohol y lo publicaron en la revista PNAS de la Academia Nacional de Ciencias de ese país.
Cuando una persona se pone a tomar alcohol, puede mantener el distanciamiento de dos metros que se recomienda entre las medidas sanitarias, como el uso del barbijo o el lavado frecuente de manos. Pero cuando el consumo de alcohol va en aumento -según los investigadores Laura Gurrieri, Catharine Fairbairn, Michael Sayette y Nigel Bosch-, las personas tienden a acercarse a otros aunque sean desconocidos.
El experimento se hizo para contar con evidencia científica tras el debate que hubo durante los primeros meses de la pandemia en 2020. Tanto la Organización Mundial de la Salud como los Centros para la Prevención y el Control de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos han desaconsejado la combinación entre el consumo de alcohol y la interacción social en el contexto de la pandemia. Se sabe que el alcohol lleva a reducir la cautela de relacionarse con extraños.
El 7 de julio del año pasado, Anthony Fauci, líder de la respuesta contra el COVID-19 e infectólogo, había mencionado en una conferencia de prensa: “Los bares son un escenario perfecto para la propagación de la infección. Cosas fundamentales como el barbijo, el distanciamiento, el lavado de manos, el cierre de los bares… si se hace eso, creo que será un paso de gigante para interferir en la propagación en la comunidad”.
¿En qué consistió el experimento? Los investigadores pidieron a los participantes del estudio que cada uno trajera a un amigo que también aceptara ser voluntario. Fueron 212 jóvenes bebedores sociales sanos que asignaron a diferentes condiciones experimentales. “En la mitad de los casos, los participantes bebían con un amigo”, dijo Catharine Fairbairn, profesora de psicología de la Universidad de Illinois Urbana-Champaign que dirigió la investigación. En la otra mitad, bebían con el amigo de otro participante, que era un desconocido. Las parejas fueron asignadas a consumir bebidas alcohólicas o no alcohólicas.
El equipo dio a los que estaban en la condición experimental suficiente alcohol para que su sangre alcanzara niveles asociados a la intoxicación. Mientras tomaban, los investigadores grabaron en video las interacciones de cada pareja. “Medimos la distancia entre los individuos mediante métodos de aprendizaje automático que detectan las manos, los brazos, las piernas y la posición de la cabeza de cada persona en el vídeo”, dijo el coautor del estudio Nigel Bosch, profesor de ciencias de la información y de psicología educativa que desarrolló el método.
Lo que encontaron al analizar los videos fue lo siguiente: Los amigos tendían a acercarse unos a otros tanto si consumían alcohol como si no. Pero los participantes que interactuaban con un desconocido sólo se acercaban a ese individuo si ya tenían un nivel de intoxicación por alcohol. “La distancia física entre estas parejas disminuía aproximadamente un centímetro por cada intervalo de tres minutos”, dijo Fairbairn. En cambio, se descubrió que los que tomaron bebidas no alcohólicas con desconocidos no se acercaron significativamente entre sí durante el experimento.
Tras realizar el estudio, la autora principal, Laura Gurrieri, psicóloga, dijo que “con el tiempo, el alcohol reduce la distancia física entre personas que no se conocen previamente. Este hallazgo es especialmente importante en el contexto de la pandemia de COVID-19 porque sugiere que el alcohol podría facilitar la transmisión del virus e impedir el seguimiento de las pautas de distanciamiento social”.
Fairbairn señaló que durante el experimento que hicieron la capacidad de los participantes para acercarse unos a otros estaba algo limitada, ya que se sentaban frente a otros en una mesa. El estudio se realizó en un laboratorio tranquilo y espacioso y no en un bar. ¿Qué podría pasar en un bar? “Es probable que la gente se acerque aún más entre sí en un bar abarrotado de gente y con la música alta, en comparación con nuestro entorno de laboratorio”, dijo. “Eso tendría que ser objeto de otro estudio”.
Consultada por Infobae, la médica psiquiatra Débora Serebrisky comentó: “El experimento realizado en los Estados Unidos viene a corroborar la hipótesis que algunos profesionales teníamos en el comienzo de la pandemia, en función del conocimiento que ya había sobre los efectos del alcohol en el comportamiento de los seres humanos”.
La especialista argentina, que dirige el centro de tratamiento ambulatorio de adicciones y patología dual NET21, y fue presidenta del capítulo de Drogodependencia, Alcoholismo y Tabaquismo de la Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA), explicó que el consumo del alcohol inhibe el sistema nervioso central”. En el cerebro, existe la corteza prefrontal que hace que los seres humanos tengan un “freno” para evitar que se lleven a cabo conductas riesgosas.
“El consumo de alcohol puede favorecer el aumento de conductas de riesgo, incluso más en los adolescentes porque la corteza prefrontal no está del todo desarrollada”, señaló Serebrisky. “Por lo cual, no es extraño que la gente que consuma alcohol deje de respetar el distanciamiento social porque no mide las consecuencias negativas de las conductas. Se pierde la capacidad de análisis”, agregó.
Durante el confinamiento del año pasado aumentó el consumo de alcohol por parte de los adultos en las casas. Mientras que bajó el nivel de consumo en los adolescentes, quien suelen tomar alcohol en el contexto con amigos.
Para la doctora Serebrisky, “es recomendable que las personas se fijen rutinas de actividades en este contexto de pandemia. La vida ha cambiado, y algunas personas no saben qué hacer con el tiempo libre que tienen y consumen más alcohol. A pesar de que la pandemia siga, es clave que las personas aumenten la actividad física diaria, como caminatas rápidas al aire libre y con barbijos, y que retomen hobbies que habían abandonado o que tienen como tareas pendientes”. Para las personas que viven con familiares, amigos o parejas, la especialista subrayó que “es también importante que se creen espacios recreativos, como volver a los juegos de mesa entre todos”.
Fuente: infobae.com