El conflicto entre Irán y Estados Unidos salpica hasta Vaca Muerta

La escalada bélica alteró el mercado petrolero. El aumento en los valores internacionales vuelve a presionar los precios locales en los surtidores. El rumor de un nuevo congelamiento suma incertidumbre en el país. La paradoja…

miércoles 08/01/2020 - 21:27
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La escalada bélica alteró el mercado petrolero. El aumento en los valores internacionales vuelve a presionar los precios locales en los surtidores. El rumor de un nuevo congelamiento suma incertidumbre en el país.

La paradoja argentina: un aumento en el precio internacional no siempre es una buenas noticia.

El ataque de Estados Unidos a Irán, con el que asesinó al poderoso general de la Guardia Revolucionaria Qasem Soleimani, líder de Quds, y la respuesta iraní prometen tener un desenlace con impacto directo en el mercado internacional del petróleo, inicia informando el Diario Río Negro. El gobierno islámico amenaza, desde 2011, con bloquear el estratégico estrecho de Ormuz donde transita el 30% del crudo del mundo: los analistas estiman que una medida extrema como esa llevaría el barril del crudo a casi 200 dólares.

El estrecho clave para el petróleo en el conflicto entre Irán y Estados Unidos

A más de 30 horas de distancia, en un hipotético vuelo directo, llegan a Vaca Muerta los ecos de un conflicto internacional que puede tener olas locales. La más inmediata pasa por el mercado interno de combustibles y el estancamiento que sufre la industria petrolera local producto del congelamiento de precios del último tramo del gobierno de Mauricio Macri.

Las compañías que operan en las cuencas argentinas reclaman por un atraso en el precio del crudo que se paga en el país. Señalan que el tapón para alcanzar los valores de mercado es la continuidad del intervencionismo estatal, impidiendo que se actualicen los precios en los surtidores locales.

Pese al impacto que tuvo el ataque estadounidense, en primera instancia, el precio internacional del Brent (la cotización que utiliza el país como referencia) tuvo un moderado repunte que luego se estabilizó en el inicio de esta semana. El barril llegó a rozar los 70 dólar y luego se moderó. Ayer, al cierre de esta edición, y tras la respuesta iraní, la cotización se movía por encima a los 68 dólares, un par de dólares más que lo que marcaba la pizarra antes del conflicto.

Con los valores de la semana pasada, contabilizada la rebaja en las retenciones, las petroleras con activos en el país reclamaban un atraso de alrededor del 15% en los precios de los combustibles. El nuevo valor, por ahora, no modificaría significativamente la ecuación, pero sí agudiza el reclamo de las operadoras.

Entre los analistas internacionales no circulaba una extrema preocupación, hasta tanto no se cumpla la profecía iraní de bloquear Ormuz, porque marcan que los desarrollos shale norteamericanos equilibraron el poderío de la OPEP, la histórica organización de países exportadores de petróleo. Anoche subía la cotización norteamericana (WTI) mientras que el Brent se mantenía.

Estados Unidos extrae unos 15 millones de barriles diarios de crudo y exporta alrededor de 3,4 millones (argentina produce unos 520 mil barriles diarios). Se apoyan en lo ocurrido el 14 de septiembre de 2019 cuando un ataque con drones incendió una refinería de la saudita Aramco. Los precios mostraron una cierta volatilidad inicial que luego se estabilizó.

En este caso la escalda de violencia amenaza con magnificarse lo que podría mover el panorama incial.

Precios y presiones locales

Una tendencia alcista en los precios siempre es una buena señal para petróleo. Sin embargo en nuestro país puede ser una paradoja. Vaca Muerta tiene un punto de equilibrio muy delicado. La capacidad de transporte de crudo en Argentina está casi al límite y su potencial exportador es acotado.

Casi la totalidad del petróleo, convencional y no convencional, tiene como destino las refinerías nacionales. Sin una correlación con los valores en surtidores el efecto inmediato es la paralización de la industria. En el caso de los no convencionales cualquier parate tiene un efecto negativo multiplicador porque es una metodología cuya variable central es la continuidad de la actividad.

Volver a poner en marcha un yacimiento shale demanda más inversiones que en la actividad tradicional.

El gobierno nacional dejó filtrar que podría congelar las subas en los combustibles, como lo hizo con el boleto de colectivo, por 120 días. La medida sería casi letal para la Cuenca Neuquina.

 Sin embargo, como quedó demostrado antes de fin de año, no parece tratarse de un objetivo excluyentemente fiscal o de remedio inflacionario. Detrás de la botonera de los combustibles se asoma una discusión política donde uno de los principales frentes es el control de las decisiones en YPF, el principal actor energético del país.

La desautorización que sufrió el presidente de la compañía, Guillermo Nielsen, junto a un sector del ministerio de Desarrollo Productivo, cuando debió dar macha atrás con un aumento del 5%, fue interpretado como una demarcación de límites por parte del kirchnerismo.

Por ahora, un aumento en los precios internacionales no significará directamente una mejor situación para Vaca Muerta.

Estados Unidos consolida su perfil de exportador neto

Según los últimos reportes de 2019, Estados Unidos es el principal productor de petróleo del mundo. Llegó a superar los 15 millones de barriles diarios apuntalado por los desarrollos no convencionales. Incluso, de acuerdo las proyecciones del gobierno, podría llegar a convertirse exportador neto en 2023 completando más ventas que compras tanto en crudo como volumen de gas.

La lista de los mayores 10 productores del mundo se cierra, paradójicamente, con Irán que extrae 2,19 millones de barriles por día. Para llegar al décimo lugar se anotan Arabia Saudita (12,2 millones), Rusia (11,4), Canadá (5,2), Canadá (4,7), China (4,1), Emiratos Árabes Unidos (3), Brasil (2,7) y Kuwait (2,6). En el listado total, los países de Medio Oriente concentran poco más de un tercio de la producción internacional de barriles.

Desde la OPEP, la organización que nuclea a los países exportadores de crudo, vienen analizando desde hace un par de años los desequilibrios generados por los desarrollos no convencionales norteamericanos. Inicialmente consiguieron presionar para bajar los precios y buscar dañar el shale de estadounidense, pero la maniobra terminó mal. Las compañías lograron hundir los costos de producción y el no convencional consiguió rentabilidad con precios internacionales por debajo del os 40 dólares. Ese esquema fue suficiente para romper el equilibrio que dependía exclusivamente de la OPEP.

Más allá de la nueva morfología petrolera mundial, con apenas un par de años, el peso de los países de Medio Oriente sigue siendo determinante por la afectación que podrían provocar al comercio global que, en alguna punta, termina conectándose con América.

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