El gigante de arcilla es un símbolo de la ciudad pero tiene fallas que preocupan. Hirtz dijo que todo lo que acontece forma parte de una misma morfología que posee un alto riesgo y peligrosidad desde el punto de vista geológica, pero no es un proceso que se haya iniciado hace poco.
“De hecho, en la década de 1930, si no recuerdo mal, ya había documentación gráfica, alguna foto de los deslizamientos en ese sector del Cerro Chenque. Luego fue muy emblemático el deslizamiento de 1995. En ese mismo sector involucró unos 150 metros con un círculo que abarcó más o menos unos 400 metros desde su inicio a su finalización sobre la traza de la ruta y tomó parte de la parte superior o de espaldas al cerro, del faldeo”, recordó.
Y explicó que “en ese deslizamiento quedó entonces más prominente la parte elevada, digamos, que no se cayó. Y justamente son las dos prominencias que se encuentran yendo desde el norte, en primera instancia esta que se le provocó la caída de bloques, y en segunda instancia la otra donde está el Cenotafio”.
“Son esas dos salientes que quedaron como remanente de lo que deslizó en el medio de esa rebanada o cucharada de material que cayó hacia el mar. Eso fue en el año 95, fueron 150 mil metros cúbicos más o menos, y lo que se está reactivando es el movimiento de ese mismo deslizamiento desde la traza de la ruta hacia abajo”, amplió.
Hirtz admitió que “estamos hablando de una reactivación de ese movimiento de 1995, tuvo otras reactivaciones menores, si se buscan los registros documentales, se produjo una reactivación en el 99, hubo otra en el 2000, en el 2003, si no recuerdo mal. O sea, reactivaciones menores que no afectaron tanto al nivel de la ruta, pero sí al faldeo que queda hacia el mar, que esto es justamente lo que se aludía a una reactivación por la marejada”.
“Obviamente, al quitar resistencia por la base, material que ya no está por la marejada, al estar en un equilibrio límite, quiere decir que se mueven en forma desfavorable cualquiera de las variables y se produce un pulso de acomodamiento, de deslizamiento hacia el mar. Eso es lo que ha ocurrido afortunadamente en menor medida, porque podría haberlo hecho en una magnitud mayor”, analizó al aire por Radiocracia.
En base a ello, consideró que “hay que tener mucho recaudo y seguimiento, sobre todo de tránsito, para evitar algún incidente con los vehículos. Esta grieta que se observa tiene que ver con ese reacomodamiento. El deslizamiento importante fue en el 95. Luego, a medida que el terreno se va debilitando, porque se va meteorizando, se va sufriendo degradación, todo ese material que ya está reamasado porque sufrió movimiento, se incluye agua que puede ser de las napas, puede ser de ingreso a través de grietas o, como en este caso, si la marejada quita material del frente y además satura la base ingresando agua, todo este efecto lubricante que hace el agua facilita que haya otro pulso de movimiento que, afortunadamente fue pequeño, podrían ser resaltos más importantes”
“Con la marejada se está en un equilibrio, una situación límite desde siempre, ya que no se abordó una estabilización definitiva sino se hizo el acondicionamiento del talud para que pase el tránsito y demás en la ruta. Pero esa estabilización definitiva está pendiente, por lo tanto, esos 150.000 metros cúbicos que están en esos 400 metros donde se produce el resalto, este es el inicio, como digo, de zona norte, pero hacia la zona sur también se nota una zona donde siempre se producen fracturas, que es donde está la salida de este proceso de remoción y, bueno, ese material se va a seguir desplazando”, añadió Hirtz.
Y consideró que “la solución definitiva, obviamente, sería ya abordar una estabilización con protección en el mar, aquetamiento de la energía del agua, reconstrucción del talud hasta el nivel de la ruta. Con este material débil hay que trabajarlo, compactarlo, mejorarlo, agregar áridos como para acondicionar eso que quede ya estable de forma definitiva y luego habría que proseguir posiblemente en etapas, sería lo más saludable, acondicionando el faldeo alto, lo mismo que se hizo sobre calle Sarmiento, haciendo escalones o vermas que deben de ser protegidas y el agua conducida a través de cunetas hacia el desagüe en el mar. Todas las obras que siempre se habló y no se hicieron. Lo mismo el aterrazamiento de la ladera este, digamos, sería también una solución, digamos, definitiva”.