La situación ocurre en barrio Ciudadela de la zona norte comodorense desde hace ya casi un año. Emanuel, del sector denominado ’16 Viviendas’, ya formuló en tal sentido tres denuncias contravencionales y una denuncia penal por amenazas.
“Ya va a hacer un año que estamos soportando esta situación luego de que el IPV a mi mamá le entregó la vivienda el año pasado más o menos en el mes de julio o agosto. Desde que llegamos nos tocaron unos vecinos, la señora se llama V.B. y tiene como ocho hijos los cuales empezaron a escuchar música alta a cualquier hora del día. Nosotros intentamos por buena vía de comunicación hablar con ella”, introdujo el damnificado.
Y agregó que “en la primera comunicación que tuvimos estaba la hermana de ella y mi mamá les pidió si podía bajar la música. Mi vieja es empleada policial administrativa y se levanta a las 6 para trabajar, le bajaron un poco, pero a los pocos días se siguió repitiendo la situación. A mí también me pasa lo mismo porque trabajo en una empresa en Comodoro y llego de madrugada y no puedo dormir, llegué a tener que sacar una boleta médica por estrés”.
“La primera denuncia, la radicó mi mamá en noviembre y no pasó nada. Los notificaron y estuvieron en una semana tranquilos, pero después se volvió a repetir la misma historia soportando en verano enero y febrero hasta tarde con la música alta. Les golpeamos la pared, es para que bajaran un poco por ahí responden de buena forma, pero después volvían a hacerlo. Venía la policía, bajaron la música y cuando se iban volvían a subirla. Esa situación se dio hasta marzo que volví a hacer la denuncia, tengo mi mamá con discapacidad y una hermana menor de edad. Mi madre tiene que tomar relajantes por una enfermedad que le produce dolores”, detalló.
Y añadió que “ahí fue que estuvieron dos semanas tranquilas, se comunicó gente de Fiscalía, les comenté la situación, que cuando hicimos la denuncia querían tomar represalias, entonces dijeron que si queríamos desactivarla, pero no”.
“Acomodados”
Emanuel comentó que “también reclamamos en el IPV, hablamos con sus administrativos, porque cuándo finalizó la entrega llaves esta señora (V.B.), se le acercó y la abrazó a Ivana Papaiani, entonces quiere decir que la conoce. Esta señora, que tiene ocho hijos, tiene otra vivienda y se supone que son para gente que no tiene ni casa ni terreno. Acá lo que pasó es que está señora se fue de su casa, le dejó la vivienda los pibes y estos chicos viven haciendo juntaderas para drogarse, empastillarse, alcoholizarse y cuando están así pierden el control y tenemos que soportar esta situación nosotros, escuchar insultos, golpes y llamar a la policía que viene y más que decirles que bajen la música, no puede hacer”.
“Esta gente ya ha tenido problemas también en el barrio hace un mes con una persona, que no sé qué problema hubo, pero salió uno de los que estaban adentro de su casa con un cuchillo y una pala a pegarle a una mujer. Quedaron detenidos ese día, pero no justamente esta gente, sino los que estaban con ellos”, describió.
Más aquí en el tiempo, “una de las hijas de la señora que tiene problemas personales con alguien de acá del barrio aunque desconozco la situación, sé que le pegaron y esta chica vino golpeada pero al rato estaba fuera del control, con alcohol encima y pastilla, tuvimos que esperar hasta que viniera un móvil porque no tenían disponible y por ejemplo el sábado lo esperamos más de dos horas hasta que después bajaron la música porque justamente estuvieron de joda, el sábado y ahí fue cuando nos empezaron a amenazar”.
“Y ayer se volvió a repetir la misma historia cuando se estaba jugando el partido de Boca y Tigre golpeaban las paredes como si fuera una cancha e insultaban. Lo hacían a propósito, buscando siempre el conflicto”, concluyó.
