El buitre Singer salió de compras

La misma estrategia carroñera contra Argentina es aplicada con grandes empresas endeudadas. El fondo buitre Elliott Management adquirió acciones de AT&T, el gigante de las telecomunicaciones de Estados Unidos. En estos años ya acumuló papeles…

martes 10/09/2019 - 10:49
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La misma estrategia carroñera contra Argentina es aplicada con grandes empresas endeudadas. El fondo buitre Elliott Management adquirió acciones de AT&T, el gigante de las telecomunicaciones de Estados Unidos. En estos años ya acumuló papeles de Milán FC, Barnes & Noble, Bayer, la telefónica italiana Telecom, SAP, Hyundai, Pernod Ricard, AutoScout24 y Energias de Portugal.

El fondo buitre Elliott Management sigue de shopping. La financiera carroñera reveló ayer que controla 3200 millones de dólares en acciones en AT&T. La operación celebrada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a través de Twitter le permitió al buitre hacerse con un participación del 1,1 por ciento de la multinacional de las telecomunicaciones con la que, atento a su agresiva estrategia de negocios, comenzó a presionar al directorio para que se desprenda de distintas unidades de negocios y recorte gastos. La prestadora de servicios de internet y telefonía móvil es propietaria de Time Warner donde controla canales como CNN, TCM y HBO. Singer cuestionó la compra de esa firma y propone cambios que, según prometió, redundarán en un aumento de 65 por ciento en la valuacion bursátil de AT&T.

Después de una década de extorsión judicial, diplomática y financiera que la llegada del gobierno de Mauricio Macri consagró con un acuerdo multimillonario donde multiplicó por catorce su inversión original, Paul Singer trasladó su estrategia carroñera hacia sector privado. A lo largo de los últimos tres años, Elliott Management embarcó una porción de su cartera de 38.000 millones de dólares en un acelerado y visible proceso de compra de participaciones en grandes empresas con problemas financieros.

El club de fútbol italiano Milán FC, la cadena de librerías estadounidense Barnes & Noble, la farmacéutica y agroquímica alemana Bayer, la telefónica italiana Telecom, la informática germana SAP, la automotriz coreana Hyundai, la fabricante de bebidas francesa Pernod Ricard, la plataforma online para la venta de vehículos usados AutoScout24 y la energética lusa Energias de Portugal, son solo algunas de las empresas donde el fondo buitre comenzó a desplegar su agresiva estrategia de negocios. Compra barato y presiona en todos los frentes para incrementar a cualquier costo el precio de sus acciones hasta que pasa a facturar.

El objetivo, maniobras y mecanismos a las que recurre Singer son los mismos que le permitieron celebrar después de diez años en Argentina. Las estimaciones realizadas por el economista Martín Guzmán mostraron que a través de su fondo NML Capital, Singer pagó 177 millones de dólares por todos sus bonos argentinos y recibió 2426,6 millones de dólares: una rentabilidad global de 1270 por ciento, sin contabilizar los honorarios de sus asesores legales. Apenas por debajo de las pretensiones originales, la suculenta transferencia alcanzó para que Singer defina a Macri como “el campeón de las reformas económicas” en la revista Time.

Con su participación en la estadounidense AT&T, Elliott Management busca forzar una reestructuración estratégica para subsanar lo que describe como un desempeño “decepcionante”. El fondo buitre cuestionó la estrategia de fusiones adquisiciones desplegada por AT&T como la reciente compra de Time Warner. “Es una buena noticia que un inversor activista se haya involucrado en AT&T”, twiteó Trump al arremeter contra CNN a la que acusó de propagar noticias faltas.

La operación despertó el interés del mercado bursátil donde las acciones de la firma registraron un aumento del 4 por ciento tras conocerse la operación concretada por el fondo buitre. Tres fondos de inversión son los principales accionistas de AT&T: Vanguard, BlackRock y State Street, controlan más del 16 por ciento de la firma. Elliott espera que su propuesta de reestructuración y ajustes redunde en un alza de hasta 65 por ciento en el precio de las acciones para alcanzar los 60 dólares. Una rentabilidad significativa que no se comparará con la obtenida a través del acuerdo validado por el gobierno argentino en 2016.

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