El Gobierno de Mauricio Macri estará entregando el próximo 10 de diciembre un Banco Central quebrado. Sus balances están dando lástima, mientras Guido Sandleris sale a comprar dólares para evitar el atraso cambiario y absorber un poco de esa liquidez para sumar algunos billetes verdes a las reservas.
Hace algunas semanas, el politólgo Gustavo Marangoni, ex presidente del Banco Provincia, describió muy bien en diálogo con Espoiler, de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA), cuál es el problema del Banco Central que está repercutiendo en toda la economía argentina: «Aunque Espert hubiera ganado las elecciones, iba a haber restricción de capitales igualmente. ¿Por qué? ¿Porque en la Argentina faltan dólares? No. ¡La Argentina está inundada de dólares! Hay 600 mil cajas de seguridad con un promedio de 50 mil dólares por caja. Son 30 mil millones de dólares. Pero en el Banco Central sí faltan dólares. Va a haber restricciones por mucho tiempo».
El desafío del Gobierno entrante, entonces, es lograr que esos dólares ingresen al sistema y se desinfle ese colchón que la clase media fue armando no a base de agua, aire o goma espuma sino a base de dólares y hoy está sentada sobre él.
En los últimos diez días, el Banco Central estuvo comprando dólares. ¿Por qué? Porque el cepo invirtió la ecuación: ahora hay exceso de oferta y una caída estrepitosa de la demanda, sumado a la liquidación de granos por rumores de suba de retenciones a partir del 10 de diciembre.
Ayer el BCRA salió a comprar otros US$200 millones que quedaron volando por la City Porteña pero no pudo evitar que el tipo de cambio minorista perforara los 63 pesos. Sin embargo, esta compra light de dólares frente a tamaña deuda y bomba de leliq, que alcanza los $800.000 millones, no mueve el amperímetro.
Yendo al grano, se estima que los activos de la autoridad monetaria que preside Guido Sandleris suma alrededor de $5.672.722 millones contra pasivos que rondan los $6.121.153 millones. Estos montos dan una diferencia de patrimonio neto negativo de $448.431 millones. Si fuese privado, este banco llamaría a convocatoria de acreedores y declararía la quiebra –según publica Urgente24-.