Mañana continuará el diálogo entre el Gobierno Nacional y las provincias, con las que Mauricio Macri buscará definir el paquete de ajuste para luego enviar el Presupuesto 2019 al Congreso. Las deudas provinciales en dólares serán una de las claves de las negociaciones: en este momento de fragilidad de la Argentina, Macri no puede darse el lujo de tener provincias con default.
Si bien en esta última reunión el Gobierno dejó trascender que estaba prácticamente cerrado el acuerdo, los gobernadores fueron más cautos. Sin dudas, las negociaciones continuarán arduamente a la luz, ahora, de las necesidades de la Casa Rosada para llevar a cabo las medidas anunciadas esta mañana por Mauricio Macri y por el ministro Nicolás Dujovne.
Tras eliminar el Fondo Sojero, algo que aún siguen reclamando gobernadores e intendentes, el Gobierno nacional debe definir de dónde seguir ajustando.
Esta mañana, en su anuncio grabado, Macri fue optimista al acuerdo con los gobernadores: «en lo que respecta al Presupuesto, estamos avanzando muy bien con dirigentes de la oposición, porque les recuerdo que nunca tuvimos mayoría en el Congreso, nunca», indicó
«Es histórico que un gobierno trabaje con la oposición en el presupuesto antes de ser enviado al Congreso, y tener un presupuesto acordado por una parte importante de la dirigencia política es demostrar que entendimos que tenemos que sacarle a la gente está mochila cargada de un estado que gasta mucho más de lo que tiene», agregó Macri.
Lo cierto es que, más allá del Fondo Sojero -que repartía entre las provincias el 30% de lo que el Estado recaudaba por los derechos de exportación a la soja-, el cual fue eliminado por el Gobierno nacional el mes pasado, hay un elemento que sin dudas será condicionante del acuerdo entre Macri y las provincias: las deudas en dólares –según publica Urgente 24-.
Los gobernadores saben que, en este momento de fragilidad de la Argentina, Macri no puede darse el lujo de tener provincias con default (eso sería un serio obstáculo en el acuerdo con el FMI, además de disparar el Riesgo País). Por eso, los mandatarios provinciales tienen ese as bajo la manga para negociar con la Nación.
Cabe destacar que la fuerte devaluación del peso de las últimas semanas impactó de lleno en las finanzas de varias provincias que desde 2016 volvieron a endeudarse en dólares. Y hay un dato clave: para poder tomar deuda en el exterior, las provincias necesitan autorización de sus legislaturas y del Poder Ejecutivo. Ante esta crítica situación, Macri va a tener que ceder ante los gobernadores… de lo contrario, las provincias podrían entrar en default y sería una verdadera hecatombe a nivel nacional.
Si Mauricio Macri le va a prometer ‘déficit cero’ al Fondo Monetario Internacional, tendrá que acordarlo con los gobernadores. El ministro del Interior, Rogelio Frigerio, ya venía negociando con los mandatarios provinciales el Presupuesto 2019 que contiene el ajuste que se pactó con el FMI.
Un tema recurrente para todas las provincias es que cuando toman deuda en dólares quedan prendadas en esa moneda, pero las administraciones provinciales no manejan cuentas en moneda extranjera. Cuando reciben dólares o euros los canjean de inmediato por pesos en el Banco Central, y luego, cuando deben pagar sus obligaciones en moneda extranjera hacen el camino inverso, sacan pesos de sus cuentas y deben comprar dólares al Estado Nacional para después cumplir con los compromisos. Si el Estado no le vende la divisa norteamericana, las provincias no pueden pagar. Y si no pagan, ya lo sabemos, entran en default.
Además de las deudas en dólares, la deuda total de algunas provincias las ubica en situación de vulnerabilidad y mayor dependencia de fondos nacionales para financiarse. En este espiral de necesidades recíprocas, quien tiene más para perder, sin dudas, es Macri: no puede permitir que haya una provincia en default.
Un reciente informe de la compañía especialista de inversiones Delphos Investment detalla que las provincias con mayor deuda en dólares son Córdoba y Santa Fe, con el 99% y 95% de sus bonos en moneda estadounidense. En tercer lugar aparece Chubut, con un 86% del financiamiento en dólares. Más atrás se ubican Buenos Aires con el 76%; Neuquén con el 70%; y La Rioja con un 66% del total de la deuda en dólares.
Entre los gobernadores con menor porcentaje de su deuda en dólares se ubican el de Chaco con un 35%; Río Negro con el 40%; y Mendoza con el 42%.
El caso bonaerense
El último informe trimestral de deuda pública publicado por el ministerio de Economía bonaerense data de diciembre de 2017. No obstante, de allí se desprende la proyección de los vencimientos para años posteriores, y el perfil de 2018 marca que el gobierno bonaerense tenía previsto un gasto de 66.996 millones para afrontar los servicios de deuda del año en curso. Según la estimación de la Dirección Provincial de Deuda y Crédito Público, el 57,9% de ese monto es en pesos argentinos, un 34 % en dólares y un 8,2% en euros. Pero con las devaluaciones consecutivas el costo es mucho más alto.
Cuando se hizo la estimación, en diciembre de 2017, con un dólar a 18,65 pesos, la deuda bonaerense equivalía a US$13.649 millones, lo que significaba un costo en pesos de 254.553 millones. Ya para junio de este año, y tras la primera devaluación fuerte, se necesitaba el 30% más de pesos para cubrir los servicios de deuda en pesos, según publica el portal La Tecla.
Hoy, a un dólar oficial del Banco Nación en torno a los 38 pesos, esa deuda significaría para el erario bonaerense un gasto 518.662 millones, es decir más del doble de lo que era en diciembre del año pasado.
Esta misma situación se repite en muchas de las provincias.