«Escapaste de Latinoamérica”, le dicen a Mateo Pomba. “Este país es como un pueblo grande”.
Una frase aparece con frecuencia en el apartado de comentarios de un canal de YouTube. «Escapar de Latinoamérica», repiten usuarios al mirar clips de un argentino que reside en Europa: ellos creen que alcanzó el sueño de muchos jóvenes, quienes quieren emigrar en búsqueda de una mejor vida. Pero él no considera que haya huido de las tierras que lo vieron nacer.
Mateo Pomba tiene 33 años.Y ostenta una extensa lista de experiencias por el mundo.Oriundo de Santa Fe, se mudó a Brasil en plena crisis de 2001, vivió en Australia y Chile, y a fines de 2019 probó suerte en Estonia luego de encontrarlo en Google: llegó al país báltico y en menos de un mes consiguió trabajo y se puso de novio.
Eran las nueve de la noche de un miércoles cuando Mateo habló con Clarín. A su lado estaba su pareja Lisanna, de 19 años. En aquel momento, ambos descansaban en Hiiumaa, una isla de Estonia ubicada a más de 100 km de la capital, Tallin. «Este país es como un pueblo grande», reveló. Se trata de un lugar que le hace acordar a su Humberto Primo natal.
Joven. Nació en Humberto Primo, Santa Fe, y vivió muchos años en Brasil. Foto: @mateorauls.
La crisis del 2001 y Florianópolis
En esa pequeña comuna de la provincia del Litoral se crió hasta los 13 años.»Era muy linda vida en Argentina, no me quejaba de nada«, recordó. Pero sus papás, enamorados de Florianópolis al vacacionar allí, imaginaron un futuro más próspero. «Mi viejo vendió la casa en épocas del 1 a 1 con el dólar. Un mes más tarde, se vino todo abajo. Él lo habrá presentido«, relató.
La familia comenzó de cero en Brasil y fundó un negocio de ropa. «Aprendí a desapegarme muy rápido de las cosas«, avisó Mateo. «Dije ‘bueno, ahora tengo que seguir adelante. Estoy acá y tengo que apoyar a mis padres’. Llegar a Florianópolis, hacer amigos, comer la comida de ellos:arroz con feijao. Tomar guaraná, ponerse havaianas. Integrarme a la cultura local. Me resultó fácil, lo tomé como una nueva aventura«, reconoció.
Florianópolis. Tuvo que empezar de 0 allí, cuando era un adolescente. Foto archivo: Mario Quinteros/2018.
«Me pasó de todo en Australia»
Después de recibirse como licenciado en Administración de Empresas, voló a Australia: «Lo hice para sumar experiencias. Me pasó de todo. Fui albañil: no sabía cómo agarrar la pala, me echaron porque era malísimo. También fui bachero, bartender y trabajé con un cowboy haciendo monturas para caballo: me salían perfectas, tal vez por mis orígenes. Además, fui panadero: una vez me puse a hablar, me olvidé un pan adentro y se quemó todo. La dueña me pidió que no volviera más», recordó riéndose.
Por otro lado, permaneció durante un año en Chile, donde lo emplearon en una multinacional: hacía consultoría de negocios. Al regresar a Florianópolis, sintió que le faltaba algo más en su lista.
Aprendí a desapegarme muy rápido de las cosas
Mateo Pomba
Su vida en Estonia
Mateo siempre deseó poner un pie en Europa, aunque no le llamaban la atención las naciones que los demás latinos suelen visitar, como España o Italia. «Me puse a buscar en Google ‘mejores países para vivir en Europa‘. Y apareció una lista: eran 20, Estonia estaba en tercer o cuarto puesto. Pensé ‘¿Estonia? ¿qué es esto?’. Yo no sabía ni que existía. No tenía idea de dónde quedaba en el mapa», se sinceró.
Pareja. Se conocieron a través de una aplicación de intercambio de idiomas. Foto: @mateorauls.
El santafesino leyó más información al respecto y después puso un video en YouTube de Jüri Ratas, el por entonces primer ministro local. «La forma que se comunicaba ese tipo, las cosas que decía… dije wow. Qué mentalidad la de esta gente. Ahí ya me empecé a enamorar del país. El tipo hablaba del futuro, que el país progrese, vaya para adelante. La manera honesta, directa de expresarse. Algo me atrajo. Y como no soy de maquinar mucho, partí hacia allá», reveló.
El aventurero se subió al avión y arribó a Tallin el 22 de diciembre de 2019. «Llegué a Estonia un poco preocupado, no sabía si iba a conseguir trabajo. Sin embargo, a los 20 días me contrataron. Fui a la empresa: hice una entrevista y quedé. Cinco días más tarde conocí a mi novia», afirmó.
Mateo y Lisanna contactaron por primera vez a través de una aplicación de intercambio de idiomas. La joven estoniana, quien estudió español, quería hablar con una persona nativa. Y él, por su parte, necesitaba aprender el idioma autóctono. «Fue conexión instantánea«, manifestó a Clarín. En la actualidad, viven juntos en un departamento de la capital.
Mateo. Llegó a Estonia el 22 de diciembre de 2019. Foto: @mateorauls.
«Si ganás un sueldo promedio (N. del R.: 1100 euros), vas a tener una vida normal igual que todos», aseguró Mateo, que ahora trabaja en el área de ventas de una compañía.
«Los estonios son fríos, cerrados y racionales. Pero una vez que entran en confianza, notás que son honestos y leales«, los definió de acuerdo a su visión personal.»En Latinoamérica somos más alegres y receptivos. A ellos les gusta ver a alguien tan alegre. Es un choque cultural divertido«, añadió.
Por otra parte, él y su novia crearon un canal de YouTube -se llama «Mateo Raul«- para mostrar todo de Estonia. El clip en el cual contaron su historia de amor ya sumó más de 600 mil reproducciones. «A Lisanna le encanta que haya inmigrantes latinos en este país. Quiere ayudar a esas personas a progresar aquí», sostuvo.
Juntos. Crearon un canal de YouTube para mostrar cómo es Estonia. Foto: @mateorauls.
A diario reciben cientos de preguntas de internautas interesados en ir al país báltico. Mateo, que cuenta con el pasaporte italiano y puede residir de manera permanente allí, explicó que conoce a latinos que llegaron con una visa de turista, se postularon para un empleo y lograron quedarse:»Tengo que compartir esto a otros para que sepan que hay opciones«, expresó.
«Escapar de Latinoamérica»
Mateo se percató de que cientos de usuarios le escribieron en los comentarios de sus publicaciones que él «escapó de Latinoamérica», una referencia al meme que se utiliza entre los jóvenes, cansados de la coyuntura económica, política y social de sus países. «Cuando me ponen eso, se me parte el corazón. No quisiera que estén pasando por esa situación. Todos quieren tener estabilidad y llegar a fin de mes», aseveró.
No obstante, se mostró en contra de la frase. «Yo no creo que uno tenga que escaparse de un sitio. Vos en Argentina podés ser muy feliz y tener una vida increíble, es mi opinión obviamente. Mi hermano en Argentina es re feliz, no lo cambia por nada del mundo. Latinoamérica tiene muchas cosas buenas, hay muchos europeos que se mudan a Latam. Sucede también. En mi caso me fui a Estonia por un desafío personal, aunque en Brasil vivía muy bien», comentó.
Mateo planea continuar en Estonia y seguir agregando experiencias a su larga lista. «Me veo viviendo muchos años, me quedaría toda la vida», contestó. Este pueblo grande, como lo llamó él, parece ser su lugar en el mundo.
Felices. Mateo y Lisanna viven juntos en Tallin, la capital del país báltico. Foto: @mateorauls.
Fuente: clarín