De repente, en los últimos siete días la discusión política comenzó a acelerarse. Las fracturas dentro del Gobierno y las discusiones en torno a la mesa política del próximo jueves agitaron el pulso del Frente de Todos.
Por el lado de Juntos por el Cambio, las internas y la reaparición de Elisa Carrió. Y un debate que cruza a unos y otros sobre el nivel de endeudamiento de la Argentina, publicó TN.
Comencemos por el Frente de Todos. El presidente Alberto Fernández está cada vez más desnudo. La mesa de diálogo que se reunirá en jueves próximo lo encuentra mal parado y, por ahora, en minoría. No hay acuerdo sobre el temario: mientras Cristina Kirchner quería discutir políticas de gobierno, para corregir el rumbo, Alberto sólo acepta debatir cuestiones electorales. Además, Cristina quiere instalar como eje central su supuesta proscripción política. Ella y Máximo no irán a la mesa, donde estarán representados por Eduardo “Wado” De Pedro. Y si la intención de Alberto fue la de precalentar y mostrar peso con una reunión previa con los gobernadores del PJ, el jueves último sintió la soledad: solo tres estaban dispuestos a visitarlo en Olivos.
En ese escenario, Cristina, aun con menos peso electoral que en años anteriores, sigue siendo la líder del espacio. Entonces, la pregunta es: ¿no saldrá Alberto aún más debilitado de esa mesa? Estados Unidos también le muestra su flaqueza: Joe Biden recibió este viernes al presidente de Brasil, Inácio Lula Da Silva, un privilegio que nunca le dio a Alberto.
Los dirigentes cercanos a Alberto tienen otra mirada. Saben que el Presidente está mal en las encuestas, consecuencia de una gestión de gobierno que la ciudadanía percibe como muy pobre, y además porque nunca se animó a hacer gestos de autoridad. Es decir, tiene poco margen para crecer. Pero insisten en que él tiene una chance si se presenta a las PASO, porque La Cámpora -creen en el campamento albertista, que entra en un puño- es una organización bien organizada pero no tiene capacidad de ganar ninguna elección. “Que compitan, van a perder”, deslizan algunos intendentes.
Un dato que no deba pasar inadvertido: comenzaron a verse carteles callejeros con la leyenda de ¨Cristina es la esperanza¨. En coincidencia con la afirmación de Jorge Ferraresi de que Cristina es su candidata.
Como fuere, el peronismo, por ahora, fue incapaz de alumbrar otro dirigente. Eso es lo que comenzará a verse, tal vez en los próximos meses, si Alberto se convence de que no tiene chances de remontar la cuesta y si Cristina se repliega a un cargo legislativo.
En los últimos días también se vio a dos ministros muy hiperactivos: uno es Sergio Massa, y el otro, Wado de Pedro, quien tal vez imagina que pueda ser ungido por Cristina como candidato a Presidente o a vice de una fórmula que encabece alguien más.
“Si la inflación baja, Sergio Massa es el candidato”, proclamó Gerardo Martínez, que también aseguró que en la CGT hay mucha afinidad con Massa. El miércoles próximo, la central sindical recibirá a Massa. La reunión la gestionaron Hector Daer y Acuña. El temario será económico: los jefes sindicales quieren hablar de inflación, paritarias y precios. Pero la reunión en sí misma es una señal política de apoyo a Massa.
El ministro de Economía insiste en que no será candidato a Presidente porque cree que su turno es el 2027. Pero descuenta que este año se le puede entreabrir una puerta para alinear a todos. Tal vez por eso le sugirió a Alberto que defina si va a ser candidato. Además, trazó una estrategia que incluye Precios Justos, extendidos a 15 rubros, y busca alinear las paritarias en torno al porcentaje de inflación anual que él presupuestó: 60 por ciento. Varios gremios se avinieron a la idea, como UTA, Smata y Sutecba, pero La Bancaria y los docentes, por ahora, hizo saber que no se plegará a esa iniciativa y quiere aumentos del salario neto -normalmente se negocia sobre el bruto- superiores a la inflación.