El «Albertismo» promete generar consensos básicos

En su mensaje de apertura de mandato, el presidente Alberto Fernández comenzó a fundar el “albertismo”, ante la mirada atenta de la vicepresidenta Cristina Kirchner. El tono general del discurso fue el de un llamado…

miércoles 11/12/2019 - 8:23
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En su mensaje de apertura de mandato, el presidente Alberto Fernández comenzó a fundar el “albertismo”, ante la mirada atenta de la vicepresidenta Cristina Kirchner.

El tono general del discurso fue el de un llamado a la unidad, el cierre de la “grieta”, la apertura para escuchar al “diferente”, generar consensos básicos en un Consejo Económico y Social y privilegiar a los “últimos” para recuperar la economía con un fuerte programa de reactivación y desarrollo.

El presidente electo plantó también mojones de su propio sello. Adelantó que comenzará una renegociación de la deuda con el FMI y con los tenedores privados, porque “el país tiene voluntad de pagar pero no tiene capacidad para hacerlo”.

También adelantó que enviará un proyecto de ley para reformar toda la justicia federal, que no tolerará prisiones preventivas sin sentencia definitiva previa, y que intervendrá la Agencia Federal de Inteligencia y eliminará los fondos reservados para los espías y los redireccionará a la lucha contra el hambre.

Además, acusó al presidente Mauricio Macri de haber destinado 9000 millones de pesos para la pauta oficial y dijo que sólo se emitirá pauta a los medios nacionales para transmitir nuevos conceptos de inclusión educativa para el aprendizaje de matemática, lengua y ciencias sociales. Y anunció que eliminará las pautas individuales para periodistas.

En ese punto, acusando al macrismo, pareció diferenciarse en realidad de la modalidad de la distribución de la pauta publicitaria que existía durante el gobierno de Cristina Kirchner, donde los periodistas militantes solían ser acreedores de las mayores proporciones de recursos. Y también de los empresarios periodísticos del kirchnerismo que amasaron millones de pesos en propagandas del cristinismo.

Alberto señaló que “las debilidades e insuficiencias de la democracia” se resuelven con “más democracia”. Y eso podría ser un dato alentador si llega acompañado de medidas y gestos que fortalezcan las instituciones y la administración de los conflictos y no los agudice. Fue muy enfático en “garantizar la convivencia y el respeto a los disensos”.

En esa línea, Alberto planteó que su gobierno fundará un “nuevo contrato social, fraterno y solidario” y que “llegó la hora de abrazar al diferente” y “el tiempo de comenzar por los últimos para después llegar a todos” para “recuperar los equilibrios sociales, económicos y productivos”.

Alberto Fernández se propuso reconocer “las profundas heridas que hoy padecemos”, y para “reconstruir los vínculos sociales” y convocó a “superar el muro del rencor y del odio” y “el muro del hambre” y “el despilfarro de nuestras energías productivas”. Y planteó que esos muros son “los que hoy nos dividen”.

Convocó a “convivir en sus diferencias” y señaló que “nadie sobra en nuestra Nación” y dijo que apostar a la “fractura y a la grieta sería lo mejor para que las heridas sigan sangrando”.

Habló también de que “quiere ser el presidente capaz de descubrir la mejor faceta del que piensa diferente” y allí rescató que “tiene el sueño de la convivencia entre los argentinos para descubrir una verdad superadora como supo decir Néstor Kirchner”.

Confirmó que su prioridad será el plan “Argentina contra el Hambre”, un “sistema de créditos no bancarios que brinde préstamos a bajas tasas”, y la estimulación de “una economía popular con los movimientos organizados, el cooperativismo y la economía familiar”. Y dijo que en estos programas todos los “titulares del salario social complementario podrán incorporarse al mundo laboral”.

Por eso se focalizará en lo que dijo que son “200 mil jóvenes que no trabajan ni estudian” con un sistema de becas para que trabajen y se capaciten en las empresas y en las economías populares. Para ello, dijo que convocará a los trabajadores, a los empresarios y a los movimientos sociales.

Anunció que no tratará el proyecto de ley del presupuesto nacional 2020 que envió al Congreso el presidente Macri, porque aseguró que los números de ese proyecto no reflejan las penurias sociales, la inflación, la deuda y los parámetros macroeconómicos.

Para tratar un “presupuesto adecuado”, dijo, primero será prioritario renegociar la deuda y un programa económico integral, anunciar medidas urgentes, y a partir de allí redireccionar los recursos que se necesitan. En ese sentido, dejó traslucir que habrá aumentos de ingresos para jubilados, beneficiarios de planes sociales, AHU y trabajadores de bajos recursos.

También dejó entrever que habrá un pedido de esfuerzo impositivo para los sectores de mayor capacidad económica. Y una intención de aliviar los costos, precios y tarifas, para los sectores más postergados.

El mensaje del presidente Alberto Fernández traslució una fuerte impronta personal, una intención de construir desde ahora su propia autoridad presidencial, y de comenzar a construir el proyecto político del “albertismo” con el cual buscará “hacer historia”.

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