Ante los datos de la inflación a nivel nacional, el economista Matías Tombolini remarcó que “es una situación preocupante porque no parece que la inflación vaya a encontrar un camino distinto al que está recorriendo, con un agosto muy cerca de 4%, con los alimentos subiendo más que el promedio, las jubilaciones no aumentaron el 26% y es un septiembre caliente en materia de precios”.
El economista mencionó que los alimentos «suben más que el promedio y es un septiembre caliente en materia de precios”.
“Se habla del 5% y es un cálculo optimista y conservador. Tranquilamente se puede indicar 6% (en septiembre) y octubre depende de la dinámica del billete. Será un año con la mayor inflación de los últimos 20 años en Argentina y más también. Para encontrar un año con una inflación como ésta, hay que ir antes de la sanción de la ley de convertibilidad”, señaló y recordó que “1991 tiene registros de inflación más altos que el que va a tener este año Argentina”.
Consultado sobre posibles medidas que permitan sobrellevar la crisis, Tomboli indicó –en diálogo con ADN Sur– que “creemos que la discusión central tiene que pasar por cómo proteger los intereses de quienes menos tienen. Hay que trabajar en reforzar los ingresos de jubilados, dar oportunidad a las pymes con un subsidio, o reorganizar el esfuerzo colectivo”.
“Supone privilegiar intereses de sectores sobre otros, pero con un dólar que roza los 41 pesos, hay que pedir a los que exportan que compartan los recursos extraordinarios”, detalló.
Al ser consultado sobre si resultan suficiente los 4 pesos fijos por dólar exportado, el economista planteó: “Me parece que el esquema del Gobierno es bastante ineficiente; entendiendo que el campo es un sector dinámico y fundamental. Se podría pensar algún mecanismo que evalúe la competitividad de la moneda. Cuando es ultracomepetito, que la retención se mueva en una dirección determinada, caso contrario, que baje para compensar la ecuación”.
“Argentina decidió dolarizar algunas cuestiones como el precio de combustible. Cuando se libera en un mercado que debería ser regulado, se deja prácticamente dolarizado en términos de quien le conviene los precios”, planteó y agregó que “cuando no se tiene un esquema razonable sobre la producción de alimentos, tiene precio dólar; por eso, entendiendo que el dólar es un bien que impacta en el resto de los precios y por la falta de confianza sobre nuestra moneda, estructuran herramientas que compensan”.
Con respecto a la posibilidad de controlar el dólar, Tombolini indicó que “no hay una fórmula mágica que frene la escalada del dólar. Lo que tiene que haber es el marco de un acuerdo razonable entre la dirigencia para generar ciertas variables que estén fuera de dudas, pero el gobierno está equivocado en pensar que la variable a despejar es la del FMI”.
Finalmente, Tombolini concluyó que “cuando tenés incertidumbre sobre la continuidad laboral, no comprás. Por lo que el gobierno tiene que tratar de construir confianza en la argentina. Entonces, si los argentinos decidimos usar nuestro dinero en bienes y servicios argentinos en lugar de billetes, quizás dejamos de ejercer presión sobre un billete que todos quieren”.