Como consecuencia de los graves hechos de corrupción que son del conocimiento público, puede afirmarse que ya se han caído dos anunciadas candidaturas para Intendente Municipal, señala hoy la columna de Rosendo Rodríguez Labat para el diario El Chubut. Texto completo.
Una, por estar supuestamente vinculado el postulante con los mismos. Y la otra, por la propia confesión del candidato, que con una sorpresiva sinceridad, puso de manifiesto la carencia de aptitudes personales para desempeñarse en un cargo de esa importancia, al alegar absoluta ignorancia de lo que estaba ocurriendo en la Casa de Gobierno, no obstante su relación con Mario Das Neves que entonces estaba ejerciendo el gobierno provincial.
Fue duro consigo mismo. Muy duro, y de una admirable honestidad, al autocalificarse con términos que en homenaje a la Real Academia y por buen gusto, no repetiremos. Fue algo así como identificarse con ese infaltable gordito que en los ‘picados’ barriales de antaño, el dueño de la pelota de cuero y con tiento, mandaba a ocupar el arco cuando formaba su equipo de fútbol.
Pero, además de esa inesperada revelación de facetas ocultas de su personalidad, es indudable que tiene serios problemas de visión, auditivos y hasta de olfato. Suponemos esto porque, según sus afirmaciones, nunca vio ni escuchó algo relacionado con las ‘travesuras’ que Diego Correa y compañía, estuvo haciendo muy cerca suyo. Como tampoco percibió el nauseabundo aire que había invadido a la Casa de Gobierno en los últimos días de Mario Das Neves, con quien mantenía una relación cuasi familiar.
Pero llegó el día que ese idílico mundo en el que había vivido, se le caía destrozado. Veía con estupor, como el nombrado Correa salía esposado de una oficina contigua al despacho del gobernador, que entonces era Mariano Arcioni.
Siempre había sostenido que ese había sido el mejor gobierno de la historia democrática del Chubut. Ahora, de acuerdo a las investigaciones que la Justicia está haciendo, todo parece indicar que tendría un estruendoso vuelco. Y seguramente escaseará el bronce cuando se escriba ese período de la democracia chubutense.
Una y mil veces quien, ya estaría convencido que su carrera política culminaría con la diputación provincial que ostenta, se habrá preguntado: ¿Cómo fue que no lo vi? Y lo habrá hecho con la misma angustia que Don Ata le preguntaba a su alazán, ‘como fue que no lo viste’ al barranco, donde caía y encontró la muerte. También a él se le desbarrancaba un sueño.
En el otro caso, al director de Ceremonial y Protocolo de la provincia, también hombre de la más íntima confianza del dasnevismo, la Justicia lo tiene contra las cuerdas. Parece que le han descubierto bienes cuyos valores superan a sus ingresos. Aunque, según versiones circulantes, su origen haya tenido un nacimiento distinto a otros, lo que no invalida las dudas de su legitimidad.
La cuestión ha tomado estado público y seguramente también afectará mucho la imagen de dicho funcionario, quien aspiraba a ser Intendente de Trevelin. Es que es harto sabido que cualquiera sea la conclusión a la que arribe la Justicia en la intensa y compleja investigación que tiene en sus manos, la condena popular será inapelable.