EDVSA tiene en funcionamiento solo a un cuarto de sus trabajadores

La cuarentena implementada para tratar de frenar la expansión del coronavirus y la abrupta caída que registró el precio del crudo en los últimos meses puso en jaque a la industria petrolera. El quiebre de…

sábado 06/06/2020 - 19:27
Compartí esta noticia

La cuarentena implementada para tratar de frenar la expansión del coronavirus y la abrupta caída que registró el precio del crudo en los últimos meses puso en jaque a la industria petrolera. El quiebre de la cadena de pagos afecta a cientos de firmas del sector y podría derivar en numerosas quiebras.

Las más complicadas son las proveedoras de servicios. Como las operadoras frenaron la certificación de los trabajos realizados por sus contratistas, los ingresos de estos últimos se desplomaron en abril. En la práctica, las finanzas de las empresas de servicios dependen de cómo administran su flujo de fondos. Las contratistas que tienen en marcha varias obras y prestan distintos servicios terminan juntando mes a mes un flujo para cubrir sus gastos.

En definitiva, el ingreso mensual de una empresa proveedora termina proviniendo de diferentes conceptos: remuneración por servicios ya prestados, pagos a cuenta de obras en marcha y hasta anticipos de proyectos aún no realizados. Cuando el grifo se cierra, como pasó ahora, la cadena de pagos se interrumpe y el sistema cruje. En otro contexto macroeconómico, las empresas de servicios podría buscar financiamiento en el mercado local para cubrir ese gap, esa faltante de caja. Pero en la Argentina actual, con una inflación superior al 50% y en situación de default técnico, la tasa de crédito real de las proveedoras se acerca a un costo del 100%. Es inviable operar con esas tasas.

Un caso paradigmático de ese escenario es el de Electrificadora del Valle (EDVSA), una firma de servicios fundada hace 26 años por Osvaldo Nunzi que vio caer su facturación de modo abrupto, dejó una larga lista de deudas impagas y ya acumula unos 1500 cheques rechazados. Con el objetivo de evitar la quiebra, el empresario puso en marcha un Acuerdo Preventivo Extrajudicial (APE), instancia previa a la convocatoria de acreedores, para reducir su pasivo y pagarlo en un plazo que llega a las 50 cuotas. Debe conseguir el aval de más del 60% de los acreedores para homologar ese acuerdo. Sin embargo, varios de sus contratistas cuestionan en duros términos la maniobra y cargan las tintas sobre la conducción de la empresa.

Explicación oficial

Desde EDVSA afirman que la caída abrupta de la actividad, como consecuencia de la cuarentena, generó un agujero financiero imposible de sobrellevar para cualquier compañía. Hasta marzo la compañía venía facturando mensualmente una cifra cercana a los 700 millones de pesos y en abril se monto se redujo a 100 millones. De los más de 2000 trabajadores que tiene la empresa, apenas 450 se encuentran en actividad. 

Nunzi sostiene, en diálogo con EconoJournal, que esta situación totalmente excepcional llevó a que la empresa se viera forzada a cortar la cadena de pagos con sus proveedores e impulsar el APE. “La decisión empresaria que tomamos es dura pero realista. Es la de ver la realidad y plantearle a  nuestros proveedores que con esta perspectiva de trabajo, que no estaba en los planes de la compañía ni de nadie, no vamos a tener los fondos para responder a todas las exigencias financieras que ya estaban predeterminadas. Porque tenemos que tener en cuenta que  todas las compañías de este sector son un flujo de fondos. Estamos proyectando nuestra facturación de los próximos meses y estamos trabajando contra ese flujo de fondos”, afirmó Nunzi.

La propuesta contempla tres formas de pago: 1) quita del 30% y 30 cuotas mensuales sin interés; 2) quita del 15% y 40 cuotas sin interés, o 3) pagar el total adeudado, pero 50 cuotas. El acuerdo podría homologarse a todos los proveedores si Nunzi logra que lo acepten el 51% de la cantidad de firmas y el 66,66% de la masa crítica de la deuda.

La otra campana

Sin embargo, la resistencia entre los acreedores es fuerte ya que sostiene que las maniobras supuestamente fraudulentas de Nunzi comenzaron bastante antes de la cuarentena y ahora busca que el costo por su mal manejo financiero recaiga en sus acreedores, la mayoría pymes de Neuquén. Desde esas pymes sostienen que EDVSA ya venía pedaleando pagos desde hacía un año otorgando cheques a 120 días mientras acumulaba deudas con más de 10 entidades financieras.

“Lo que impulsa Nunzi es una estafa. Otra vez estamos delante de una empresa quebrada a cargo de un empresario millonario. Ellos deciden arruinar a sus proveedores a través de esta jugada del APE para la cual contrataron a uno de los estudios más importantes de la Argentina”, aseguró Ignacio Iranzi, uno de los empresarios pyme afectados por la falta de pago de EDVSA. El titular de EDVSA niega esas acusaciones. «Hace varios años que no distribuimos dividendos. Se ha dicho muchas falsedades. Entiendo la posición de nuestros proveedores, porque nosotros enfrentamos una situación similar con las operadoras. Pero estamos haciendo lo posible para salvar a la empresa», respondió Nunzi.

La relación con YPF     

Si bien la paralización de la actividad que generó la cuarentena explica en gran parte el delicado momento que atraviesa la empresa, Nunzi responsabiliza también a la situación macroeconómica que arrastra el país desde hace varios años y a la política que llevó adelante la anterior gestión de YPF, con quien EDVSA tiene el 70% del total de sus contratos. “A mediados de 2018, YPF salió con un plan muy agresivo en Vaca Muerta porque entendía que era el motor que iba a sacar al país de la problemática en la que se encontraba. Y nosotros acompañamos ese plan. El problema fue que la conducción de YPF de ese momento tenía una visión absolutamente financiera, donde la línea de trabajo que se trazaron fue financiarse con sus contratistas”, asegura  Nunzi.

De este modo, los contratos celebrados con la principal petrolera argentina fueron sin anticipo financiero y con importante componente de suministros dolarizados. Estas condiciones que ubicaban en un lugar riesgoso a la compañía se volvieron mucho más adversas a partir de la fuerte devaluación que sufrió el país al año siguiente y la consecuente estrangulación financiera que ocasionó. “Fuimos tremendamente impactados por el deterioro que tuvo el país en el 2019, donde llegamos a una inflación de más del 50% y tasas de interés positivas que superaron hasta el doble de la inflación. Las compañías nos financiábamos al 70, el 80 o hasta el 100% en algunos descubiertos. Se dio así la paradoja que en nuestro ejercicio que cerramos en junio de 2019, tuvimos un resultado operativo positivo del orden de los $ 80 millones y un resultado financiero negativo del orden de los $ 250 millones. Es imposible remar contra eso”, aclara el CEO de Edvsa.

Expectativa

El arribo de Sergio Affronti como CEO de la compañía le abre a Nunzi una luz de esperanza a la hora de tener que renegociar los contratos. “A Affronti no lo conozco, nunca tuve trato con él. Pero es una persona del palo, que conoce el sector. Entonces yo me imagino ideas menos financieras y más lógicas para el desarrollo. YPF necesita a los contratistas para poder llevar su negocio adelante. Nosotros tenemos un track record de 25 años de trabajo con YPF. Hemos pasado malas y  muy buenas. Y tenemos total expectativas de poder zanjar diferencias y ser un acto importante regional en el desarrollo de esas políticas”, afirma.

Con respecto a la negociación con los proveedores, Nunzi también confía en que el canal que se abre a través del APE pueda llevar a buen puerto. “Tenemos el apoyo de muchos de los proveedores a los que hoy les debemos mucho dinero. Pero obviamente en esto sirve el track record de la compañía. Sirven los 26 años que tenemos de un cumplimiento impecable. Hoy algunos medios señalan,  y es cierto, el nivel de rechazo de cheques que tiene la compañía. Pero hay que contemplar que hasta el 20 de marzo nunca tuvimos un cheque rechazado en 26 años de historia”, asegura.

A su vez, Nunzi niega los rumores de que la empresa haya girado dividendos en el exterior. “La última vez que distribuimos dividendos entre nuestros accionistas fue en 2016 y no realizamos giros al exterior en los últimos cuatro años. “Hemos sido muy claros y muy limpios en la administración de nuestros bienes y fondos y no hay ninguna jugada detrás de esto, sino una realidad que nos impacta de lleno”, concluye Nunzi.

Fuente: EconoJournal

Compartí esta noticia