Acceda a los testimonios de las cinco personas que estaban en el salón de eventos cuando la actriz murió en la madrugada del sábado. Cuando murió, en la madrugada del sábado, la actriz Natacha Jaitt, estaba acompañada por otras cinco personas en el salón de eventos Xanadú, de Villa La Ñata, en Tigre.
Infobae accedió en exclusiva a las declaraciones los cuatro hombres y una mujer que estaban en el lugar, de las que se desprende que Jaitt falleció luego de haber consumido cocaína en reiteradas ocasiones además de LSD («pepa») y champagne en exceso.
El anfitrión Guillermo Gonzalo Rigoni (45), sus amigos el empresario Gaspar Esteban Fonolla (45) y el electricista Gustavo Andrés «Voltio» Bartolín, el productor y socio de Jaitt Raúl de Jesús Velaztiqui Duarte (47) y la joven Luana Micaela M. (19) declararon durante el sábado en el destacamento de Villa La Ñata, y dieron un detallado panorama de lo que fue una noche plagada de excesos.
- La declaración del empresario Gaspar Esteban Fonolla
Gaspar Esteban Fonolla tiene 45 años, es soltero, empresario y vive en un country de General Rodríguez. En su declaración, dijo que no tenía relación con Natacha Jaitt y que, en cambio, es amigo de Rigoni, el dueño del salón, desde la adolescencia. Sin embargo, aclaró que «se fue alejando porque no es su onda».
Según el relato de Fonolla, él llegó a la casa de Rigoni cerca de las 17. El dueño de casa lo había invitado con la promesa de que iría una chica. Media hora después, cerca de las 17:30, llegó a la quinta una mujer que para él era «desconocida». Su amigo le dijo que era «una chica paga», que les iba a «cobrar 3 lucas». Luego, se fue con ella a «la habitación de la planta superior».
Según declaró en ese momento, cuando fue «no sabía que esa era la finalidad del encuentro». Y agregó: «No imaginaba que iba a a ser una chica paga sino que pensé que era una chica fácil, así que le dije que yo no iba a pagar».
En ese transcurso llegó un amigo de Gonzalo al que llaman «Voltio» -Gustavo Bartolín, a quien también se refiere como «el gordito de la moto»- y le preguntó: «¿Querés una raya, negro?». «Me invitó una rayita y yo la consumí pero me dijo que no le cuente a Gonzalo para que él no la consuma, no sé si para cuidarlo o para no convidar», contó.
Enseguida, Gonzalo bajó de la habitación diciendo que no había tenido una erección porque «la chica no lo calentaba así que le dije que quizás él no estaba bien, porque se acaba de pelear con su novia. Bajó la chica, nosotros estábamos tomando cerveza o champagne y ella tomó un vaso de agua, y me preguntó si yo estaba interesado en estar con ella, pero le dije que yo no tenía plata y no estaba interesado, así que ella se fue y nos quedamos los tres hombres solos».
En ese momento, el dueño de casa les dijo que iban a venir unas personas para alquilar el lugar para eventos, y dijo que le habían comentado que era una famosa, Natacha Jaitt, «y que el contacto se lo hizo el dueño de un restaurante que le presentó un hombre llamado Raúl, que es quien estaba con Natacha en ese negocio. Yo le dije que ella era una quilombera, y que alquilarle a ellos el lugar le podía o dar beneficios por ser conocida o hacer quilombos».
Por ese motivo, Fonolla le recomendó al dueño de casa «que les hiciera una oferta alta para que no acepten, porque no estaba al tanto del carácter mediático».
Jaitt y Raúl Velaztequi Duarte iban a llegar a las 21 pero se demoraron casi una hora. Al llegar, pidieron que ordene sushi para cenar. «El gordito (‘Voltio’) iba y venía, y se ve que fue a buscar la merca. No digo que él venda, pero no sé de dónde la sacó», contó Fonolla.
«Ella era re simpática, cariñosa, agradable, se sentó al lado mío. Tomamos champagne, hablamos». En ese momento, «el gordito ‘Voltio’ me dijo ‘¿querés tomarte una?’ y me indicó que dentro del salón (sobre una mesa de mármol en la cocina) había cortado unas líneas, y yo consumí dos rayas más. Vi que en distintos momentos de la noche fueron a aspirar unas líneas, aunque no vi cuando lo hicieron porque estaba sentado afuera. Habían 5 o 6 rayitas. Estimo que era una bolsita porque yo no conozco la calle, sé que era una cantidad como para pasar el momento nada más. Que yo sepa ‘Voltio’ no le cobró la droga a nadie, no vi billetes ni habló al respecto. No vi que Natacha llevara drogas», declaró Fonolla.
Según su relato, durante la velada hablaron de ideas para eventos, fiestas temáticas y posibles modelos de negocios. «Natacha era una chica bastante rara. Durante la noche ‘Voltio’ dijo que iba a buscar una amiga, dijo ‘si te la querés clavar es re linda’. No sé si cuando llegó esa chica o antes, ‘Voltio’ llevó más cocaína a lo de Gonzalo. Durante la noche en la mesa había una pipa de metal chiquita con marihuana, no sé quién la llevó, de la cual fumamos la chica de rulitos y yo, y no sé quién más».
En un momento Natacha pidió que le mostraran la casa de Gonzalo y el complejo. «No noté nada extraño en ella, solo el ‘pire’ que se ve en televisión cuando ella sale». A los 5 minutos Gonzalo volvió, pero sólo. Dijo que Natacha se había quedado durmiendo en la casa. «No recuerdo que haya dicho que ella estaba descompuesta o algo así».
«La amiga de Voltio me hacía caritas, me miraba, y en un momento que se va al baño ‘Voltio’ me dice ‘¿Te la querés llevar? Dale, dale, un regalito. Es una piba conocida del barrio’, dando a entender que era una chica paga». En ese momento, Fonolla se fue con la joven a una habitación, que no era la de Natacha.
«Nos dimos unos besos, nos sacamos la ropa, le hice sexo oral pero a mí no se me paraba por la cocaína que había consumido, y uno o dos minutos después de que llegáramos a la habitación, ‘Voltio’ golpeó la puerta de la habitación y gritó ‘vamos nena, vamos’ y ella se vistió y bajó, y se fue con ‘Voltio’ en la moto. Entonces salió Gonzalo hasta la puerta. Lo vi exaltado, pero no sabía el motivo ya que como yo ya tenía ganas de irme, me subí al auto y me fui. Esto fue unos 20 minutos después de que Natacha y Gonzalo entraran solos al salón y ella se quedara dormida. Yo estaba puesto por la cocaína, había tomado mucho champagne, así que quizás no me di cuenta de lo que pasaba, pero como estoy acostumbrado a irme sin saludar de ahí cuando Gonzalo tiene gente, y tenemos la confianza suficiente para eso, me fui directamente».
El dueño de casa lo alcanzó, le preguntó si ya se iba y él le dijo que sí. Llegó a su casa a las 2 AM, por lo que cree que entre la 1 y la 1:15 se fue de Xanadú. Se enteró de la muerte a las 9 AM, cuando se despertó. Llamó a su abogada y decidió «poner la cara, así que decidimos que lo mejor era presentarme acá».
«Por lo que ví y lo que estuve, nadie es culpable de la muerte de esta chica, a mi parecer, ya que nadie la obligó a nada», declaró y agregó que no quería que nada le pasara al dueño de casa y que a él lo afectaron las sustancias pero «a Natacha no la noté descontrolada, la noté normal en cuanto a la personalidad que mostraba en la tele, extrovertida, jodona. No me transmitió que se sintiera mal, ni me dijo que tomara medicación, tampoco la vi tomando ninguna medicación».
- La declaración de la joven prostituta Luana Micaela M.
Luana Micaela M. tiene 19 años y trabaja como prostituta. En la noche del viernes llegó al complejo Xanadú invitada por ‘Voltio’, con quien había tenido relaciones sexuales a cambio de dinero en el pasado. Incluso le ofreció llevar a una amiga al «encuentro con amigos» que ‘Voltio’ le dijo que estaba organizando. El electricista se negó porque «esa chica era medio villera y la gente del lugar era de nivel alto».
Cuando Luana llegó a Xanadú, su anfitrión le mostró el lugar y la llevó al patio trasero. Allí había una mesa con sushi en la que estaban sentados tres hombres y quien luego supo era Natacha Jaitt.
Según la declaración de la joven, Natacha «se reía mucho y hablaba pavadas». Luana también recordó que le llamó la atención cómo «le titilaba (pestañaba) el ojo». «Claramente estaba alcoholizada ya que estaba tomando champagne desde antes que llegara yo», señaló, y agregó que «hablaba con la lengua como trabada pero seguía tomando».
Según su declaración, dentro del salón había una mesita de mármol en la que había varias líneas de cocaína. Tanto Natacha como ‘Voltio’ y «el hombre peladito» (Fonolla) «entraban todo el tiempo, iban a donde estaba la cocaína y aspiraban de la mesada». Como ella no consume esa droga aceptó el ofrecimiento de su «amigo», quien también había llevado «pepa» (LSD). «Voltio dijo que tenía pepa y Natacha le dijo que ella quería. Me pasó el cartoncito para que se lo diera a Natacha, ella lo consumió y luego ‘Voltio’ y yo tomamos una pepa cada uno», relató con lujo de detalles.
También recordó un momento que le llamó la atención: «Ella como riéndose y en forma ingenua preguntó dónde se ponía la pepa, pero igual sabía que iba debajo de la lengua».
Luego, Jaitt se levantó junto con el dueño del lugar y se «quedó charlando con él cerca de donde aspiraban cocaína». «Al ratito salió él solo, contento, como sonriendo, así que pensamos que habían tenido algo adentro cuando estuvieron solos, pero el hombre dijo que en realidad ella estaba descompuesta», explicó Luana.
En ese momento, ella y Fonolla se retiraron a una habitación para tener relaciones sexuales a cambio de dinero, pero el hombre no logró tener una erección porque había consumido mucha cocaína.
«Enseguida escuché desde abajo los gritos de ‘Voltio’ que me llamaba y me dijo que nos fuéramos rápido porque la otra chica se había descompuesto y que iba a venir la ambulancia. Insistía desesperado en que nos fuéramos del lugar. Me fui en moto con ‘Voltio’ a su cabaña que queda cerca», dijo, aunque aclaró que al día siguiente al ver el revuelo mediático en torno a la muerte de Jaitt, el electricista la instó a ir a declarar a la comisaría todo lo ocurrido. «Decí la verdad que nosotros no tenemos nada que ver», fue la recomendación.
- La declaración del electricista Gustavo Andrés «Voltio» Bartolín
Gustavo Andrés Bartolín, llamado «Voltio» o «el gordo de la moto» en las declaraciones del resto de los testigos, tiene 44 años, es estadounidense y es electricista matriculado. Vive «usualmente» en una cabaña en la calle Isla Verde y Río Lujan.
Bartolín explicó que fue al salón de eventos invitado por el dueño Gonzalo Rigoni, a quien considera «un hermano». Al llegar, dijo, Rigoni estaba «con su amigo Gaspar (Fonolla) y se estaba yendo una chica, pero no le dí importancia, no sé quién era».
A continuación, indicó que «como varias veces nos hemos convidado drogas (cocaína, marihuana, pepas), alcohol y tabaco, Gaspar me preguntó si yo tenía». «Le dije que te tenía un ‘saque’ de cocaína, que se lo daba pero que no le dijera a Gonzalo porque no le quería convidar», explicó.
Bartolín contó que acto seguido se fue a bañar, porque «había arreglado con una chica Luana para encontrarnos en el salón de eventos». Dijo que ya la conocía de antes, y que tuvo al menos cuatro encuentros sexuales a cambio de dinero, pero aclaró: «Yo no lo considero prostitución, lo considero como ayuda».
«Yo le dije a Luana que igualmente esa noche podía tener sexo con Gaspar o Gonzalo y hacerse unos mangos, algo que ella aceptó», agregó «Voltio» y dijo que una vez que salió de bañarse, «Gaspar y Gonzalo insistieron para que les consiga cocaína», pedido que aceptó. Luego de preguntarle a gente de la zona, dijo, consiguió «en el puente de la costa del Dique Luján».
«Es un pibe de visera al que le compré $2.000 de cocaína. Así que volví con la cocaína a la casa de Gonzalo y ya estaban las dos personas que esperaba Gonzalo, un hombre -cuyo nombre no recuerdo- y una mujer que resulta ser Natacha Jaitt, que me dio la impresión de ser putona, extravagante, cabaretera, con la tanga afuera», dijo al respecto.
Bartolín explicó que le dio la cocaína a Gonzalo, y luego de aclarar que «sólo consumí una línea», escuchó a Jaitt «jactarse de que ella solía consumir 20 gramos de cocaína y que entonces lo que yo había llevado no iba a alcanzar», por lo que le pidió que fuera a conseguir más, algo a lo que se negó. «Entonces ella dijo ‘yo siempre tengo, soy judía’, dando a entender que tenía encanutada cocaína para ella sola. Es más, yo sé que se guardó dos o tres bolsas de cocaína en el pantalón».
Jaitt comenzó a decir que también consumía drogas sintéticas, por lo que el le reveló que tenía consigo «unos pedacitos de pepa» que le habían dado hace tiempo. Él, Luana y Jaitt los consumieron. «Luana las cortó en la mesa de la cocina, tomando Natacha sola un cuarto. El cuarto restante lo compartimos Luana y yo».
Ya cerca del desenlace fatal, Bartolín indicó que el anfitrión y la actriz entraron juntos, solos, al salón, lo que él interpretó «que se habían ido a garchar, ya que durante la noche ella le había dicho a Gonzalo cosas como ‘vos vas a ser mi marido'». «Unos 20 minutos después bajó Gonzalo sonriente, a lo cual yo lo cargaba diciendo que seguramente había tenido sexo con Natacha pero él dijo que se había quedado durmiendo», agregó.
Minutos después de esa escena, le informaron que Jaitt no respiraba, por lo que fue a la habitación donde ella se encontraba. «Le dije ‘flaca, flaca, ¿estás bien?’ y la senté en la cama, sosteniéndola con mis manos y hablándole. Sentí que tenía el cuerpo caliente y cuando la senté sentí que hizo un sonido gutural, como largando aire una sola vez. Jamás imaginé que pudiera correr riesgo su vida, pensé que estaba desmayada, le dije a su amigo que la sostuviera y le dije que llamaría a la ambulancia».
Una vez Rigoni llamó al 911, «Voltio» decidió irse junto a Luana, a quien le dijo que «Natacha se descompuso». «Hice eso para protegerla, porque no sabía que Natacha había muerto, pensé que sólo se había descompuesto y como iba a venir la policía y había habido ‘falopa’, no quería que tuviera problemas».
Tras dejar a Luana en su propia casa, Bartolín volvió al salón Xanadú «para ver cómo estaba todo» y para recuperar la campera de Luana. La policía ya estaba presente en el lugar, pero nadie le dijo que Jaitt había muerto. Cuando efectivos policiales le preguntaron qué hacía allí, dijo que era un vecino y que volvía a su casa.
Una vez en su casa «(Luana y él) tuvimos sexo tres veces, y siendo eso de las 5 o 5:30 llamé un remise para que se fuera». Sin embargo, el remisero al que llamó le dijo que no podía entrar porque la zona rebosaba de policías y cámaras, por lo que allí le «cayó la ficha de que algo malo pudo haber pasado».
El electricista finalizó su testimonio revelando que luego, a pedido de Rigoni, «descartó» un paquete de cigarrillos de marihuana que le pertenecían. «Luego me fui a buscar a Luana para que no esté en el lugar cuando llegara la policía», cerró Bartolín.
- La declaración del socio de Jaitt, Raúl de Jesús Velaztiqui Duarte
De nacionalidad paraguaya, Raúl de Jesús Velaztiqui Duarte tiene 47 años, es profesor de danza y organizador de eventos, y fue quien llegó con Jaitt a Xanadú. Según su declaración, es amigo de la actriz «desde hace muchos años», pero hace poco reanudó la frecuencia de verse. «Nos reencontramos hace unos días, el 31 de enero creo, y ahí surgió la idea de hacer proyectos en común, de hacer eventos juntos», relató.
A mediados de febrero, el dueño de un restaurante les propuso trabajar juntos. Fue él, «Marcelo», quien les dijo que les presentaría a un amigo suyo dueño de un espacio más grande donde tendrían la posibilidad de hacer eventos de mayor convocatoria.
«Me contacté con esa persona de nombre Gonzalo y acordamos una reunión al día siguiente que era viernes 22 a las 21, por sugerencia de él. Yo pasé a buscar a Natacha en mi Fiat Adventure color rojo. Como Natacha vive en Villa Urquiza y llovía mucho, llegamos tarde. Llegamos y allí se encontraba Gonzalo que me hizo un recorrido por el lugar, donde ya se encontraban dos hombres, uno delgado y pelado y el otro más robusto que tenía pelo oscuro, con quienes cenamos sushi».
«Durante la noche yo no vi que se consumiera estupefacientes, la verdad es que no sé si tomaron y yo no lo vi, ya que yo desde la cena estuve todo el tiempo afuera y no sé lo que hacían los demás cuando reingresaban al salón. Si yo hubiera visto que ellos estaban consumiendo me hubiera ido porque yo no consumo, fui solo por trabajo», aseguró el socio de Jaitt.
Tras hablar de trabajo, «un par de horas después», ya cuando había llegado Luana junto a Voltio, «yo ya me quería ir pero Natacha se fue con Gonzalo, supuse que iban a hacer un recorrido del lugar y esa fue la última vez que la vi».
«Al rato, creo que unos 15 o 20 minutos después, bajó Gonzalo solo y me dijo: ‘Tu amiga se quedó dormida, no sé si estaba cansada pero se quedó dormida’, lo cual me asombró porque ya nos teníamos que ir, me sorprendió que me dijera eso ya que con Natacha solo habíamos ido a hablar de trabajo y nada más».
Ya a la 1.30, Raúl Velaztiqui estaba solo sentado afuera. «Como vi que Natacha no volvía le mandé un Whatsapp preguntándole si estaba bien, pero ella no me respondió así que la llamé y no me atendió. Como no me atendió me pareció extraño y la fui a buscar porque teníamos que irnos. Cuando subo a buscarla, Gonzalo fue detrás mío. Vi que ella estaba acostada en la cama boca arriba, desnuda, con su ropa (un short de jean, un corset, una remera y unas botitas) en el piso y la cortina de pelo apoyada sobre la mesita de luz».
En su declaración el socio de Jaitt dijo que no vio en el cuerpo golpes ni marcas, y tampoco había nada en el lugar que le llamara la atención. «La quise despertar y ella no hizo reacción alguna, así que me acerqué, vi que estaba inconsciente, así que la cacheteé, la zamarreé para ver si reaccionaba, pero nada. Gonzalo también intentó lo mismo para hacerla despertar», añadió.
«Le dije a Gonzalo: ¿Qué onda? Llamá a la ambulancia y él llamó al 911. Me desesperé y yo también llamé al 911. No sé si ella estaba respirando o no en ese momento. La ambulancia tardó bastante, los primeros que llegaron fueron los policías. Cuando subió el policía conmigo me dijo que Natacha no respiraba y que no le sentía el pulso. Los oficiales llamaron a la ambulancia y la doctora constató que ella estaba fallecida. Yo entré en crisis, no lo podía creer, ahora lo cuento y lloro porque me angustia mucho».
- La declaración completa del dueño de Xanadú, Guillermo Gonzalo Rigoni
El empresario Guillermo Gonzalo Rigoni, referido en los relatos como «Gonzalo», tiene 45 años, es importador de material vial, es dueño del salón de eventos Xanadú y vive en Ituzaingó. Hasta el viernes, no conocía a Natacha Jaitt. Incluso cuando Raúl Velaztiqui Duarte le dijo que era su socio, él no supo de quién se trataba: «Yo no la conocía porque no miro la tele».
«El viernes hablé con mi amigo Gaspar Fonolla y lo invité a venir a mi casa de Villa La Ñata (donde ya no resido habitualmente) a visitarme y le dije que iba a venir una amiga, ya que yo había contratado una chica paga pero no le había dicho a él que era una prostituta, solo le di a entender que estaba la posibilidad de tener sexo con ella», explicó.
Cuando llegó Gaspar y se enteró de que en realidad la chica era una prostituta, dijo que no estaba interesado, por lo que Rigoni se fue con ella a su habitación para mantener relaciones sexuales. «Pero no las consumé porque no pude. La chica se fue, ya siendo aproximadamente las 19 o 19:30», explicó.
En ese momento, llegó a la quinta el elecricista Gustavo «Voltio» Bartoloni, quien tenía cocaína y convidó a los presentes.
«Mi amigo Gaspar, cuando se enteró que venía Natacha Jaitt me dijo ‘con esta o la podés pegar o te hundía’ o algo así, porque ella tenía fama de quilombera y falopera», declaró Rigoni.
Al enterarse de que los invitados estaban demorados, pidió sushi por PedidosYa «porque no tenía nada que ofrecerles y teníamos champagne para tomar». «Voltio además había ido a comprar cocaína para Gaspar, para Voltio y para mí. Voltio llamó para arreglar la compra y fue con mi camioneta a comprarla. Esa cocaína la dejamos cortada en rayitas en la mesada de la cocina de mi salón, serían unas 2 o 3 bolsitas. De esa cocaína consumimos Natacha (yo la vi consumir al menos una vez de ahí), Gaspar, Voltio y yo», explicó.
Cuando llegaron Jaitt y su acompañante, dijeron que querían hacer una fiesta en el lugar «muy cool, con valet parking, música de los 80 y 90, que les encantó. Intercambiamos ideas para la fiesta, pensando en un perfil de glamour», dijo Rigoni y agregó que «Natacha ya llegó de entrada recontra acelerada, ella ni comió sushi, estaba muy drogada, desde el momento que llegó la noté acelerada, hablando a mil, exaltada, y visiblemente bajo los efectos de la cocaína, lo que puedo notar por mi propia experiencia».
Jaitt también tomó champagne durante la noche, mientras cenaban. Si bien no vio más drogas esa noche, el anfitrión dijo que al menos había una pipa de marihuana.
A la medianoche llegó «una chica amiga de ‘Voltio'» (Luana), que el electricista les dijo que era una prostituta, y se quedó con ellos.
«No me acuerdo quién tomó la iniciativa, pero en un momento dado Natacha y yo nos fuimos solos a recorrer mi salón y terminamos en mi habitación», relató ante los investigadores y pidió «aclarar» que «Natacha además había llevado su propia cocaína, fue dos veces al baño para consumirla y me dijo ‘qué rica, yo me traje mi propio papelito. Soy judía, la quiero toda para mí’, gesticulando con la nariz como haciendo ademanes de aspirar'».
Cuando entraron a la parte de los baños, Jaitt pidió un encendedor, por lo que el anfitrión fue a buscarlos. Al regresar, la encontró aspirando dos líneas de cocaína de la que había llevado ella. «Enseguida, a pedido de Natacha, volví a bajar para buscar un champagne y cuando subí Natacha estaba desnuda tirada en mi cama y haciendo movimientos ondulantes boca abajo como frotándose los genitales de una forma claramente sexual. Yo me acerqué a ella, me acosté a su lado y, sin mediar palabra, le toqué un poco la vagina, le pedí si me la chupaba un ratito, pero ella no me contestó, se quedó quieta, con la boca abajo con la cara hacia un costado, así que pensé que se había dormido, por lo que me retiré despacito. Bajé a donde estaba el resto y les dije ‘se quedó dormida’. Habré tardado entre que me fui con Natacha y que regresé para avisar que se durmió unos 10 minutos. Me quedé con el resto, Gaspar se fue con la amiga de ‘Voltio’ y no sé si antes o después subió Raúl a ver a Natacha», contó el dueño de casa.
«Eso menos de 5 minutos después de que yo bajara, previo a mandarle mensajes y llamar a Natacha, pero como ella no contestó, él subió a la habitación para verla. No recuerdo si primero él subió el solo y me llamó o fuimos los dos juntos de una, pero sí sé que en un momento subimos los dos y vi a Natacha acostada igual que como la había dejado. La dimos vuelta y le sentí calor en el cuerpo, estaba con la piel caliente y transpirada, así que no temí ni imaginé que estuviera muerta. No se despertaba, y pensé que se había desvanecido. Como Raúl se asustó por el estado de su amiga, salí de la habitación y llamé al 911. Cuando reingresé, sí me asusté porque Raúl dijo que ella estaba mal. Le levanté la nuca, le di unos cachetazos para que reaccione y cuando vi que aun así no recobraba la conciencia, le acerqué la cara al aliento, notando que no respiraba. La miré bien y la vi muerta. Salí nuevamente y llamé al 911, pero no quería creer que estuviera muerta, me re asusté. Bajé para avisarle a los demás, vi a ‘Voltio’ y le conté la situación. Me fui afuera a esperar la ambulancia. Supongo que ‘Voltio’ les avisó a Gaspar y a la otra chica porque de pronto salieron los tres rápidamente. Dijeron ‘nos vamos, nos vamos’, y se fueron pese a que yo les pedí a Gaspar y a ‘Voltio’ que se queden conmigo a hacerme el aguante. Yo no entré más, luego llegó la policía. No me acuerdo cuando llegó la ambulancia, pero sí creo que vi a los médicos», declaró.
«Mis recuerdos no son claros porque estaba en crisis. Después me trajeron para acá, donde me confirmaron que Natacha había fallecido, y eso es todo lo que pasó», concluyó Rigoni ante los investigadores.