
La prestigiosa guía culinaria Taste Atlas publicó su ranking 2025 de los 100 mejores postres del mundo, una lista que reconoce las preparaciones dulces más icónicas de cada país.
Entre los destacados, dos clásicos argentinos lograron posicionarse entre los más valorados a nivel global: el dulce de leche, ubicado en el puesto 11, y los alfajores, que se ganaron el lugar 32 en el listado.
El ranking de Taste Atlas es una referencia obligada para los amantes de la gastronomía, ya que recopila opiniones de expertos y viajeros sobre platos típicos de todo el mundo. En esta edición, actualizada en febrero, el dulce de leche y los alfajores lograron sobresalir entre delicias de Francia, Italia, Turquía y Portugal, consolidando su estatus como emblemas de la cocina argentina.
Los 10 mejores postres del mundo
Según el ranking de Taste Atlas, estos son los 10 mejores postres del mundo:
- Pastel de Belém (Portugal): una tarta de crema pastelera creada en el Monasterio de los Jerónimos en 1837, con una receta secreta que solo se elabora en la fábrica Pastéis de Belém.
- Tembleque (Puerto Rico): un pudín de leche de coco espeso, con maicena y canela, tradicional en celebraciones.
- Helado de Maraş (Turquía): un helado turco denso y masticable , gracias al uso de salep (harina de orquídea) y goma arábiga.
- Pastel de nata (Portugal): similar al pastel de Belém, pero producido en diversas pastelerías de Lisboa.
- Antakya Künefe (Turquía): postre elaborado con masa filo rallada y queso sin sal , endulzado con almíbar.
- Helado de crema coagulada (Reino Unido): variante inglesa del helado con crema coagulada de Cornualles, de textura aterciopelada.
- Makroud el piojo (Argelia): galletas sin harina, hechas con almendras y rebozadas en azúcar glas.
- Melopita (Grecia): un pastel de miel típico de la isla de Sifnos, preparado con queso mizithra.
- Tiramisú (Italia): postre de bizcochos de soletilla empapados en café y crema de mascarpone, con una historia disputada entre el Véneto y Friuli-Venezia Giulia.
- Crepes (Francia): finas tortitas francesas, elaboradas con harina, leche y huevos, que pueden servirse con distintos rellenos.
El dulce de leche, un clásico argentino entre los 15 mejores
Ubicado en el puesto 11, el dulce de leche fue uno de los postres más destacados en la lista de Taste Atlas. Este manjar espeso y caramelizado es un símbolo de la repostería argentina y se utiliza en una gran variedad de preparaciones, desde rellenos de tortas hasta helados y alfajores.
La disputa por su origen genera debates entre Argentina y Uruguay, ya que ambos países lo consideran una parte fundamental de su cultura gastronómica. Según la leyenda argentina, el dulce de leche nació en 1829 en Buenos Aires, cuando una criada del líder militar Juan Manuel de Rosas dejó accidentalmente una mezcla de leche y azúcar en el fuego, dando origen al característico color marrón y su sabor caramelizado.
Existen otras teorías sobre su creación. Algunos historiadores sugieren que el dulce de leche fue inventado en 1804 en Francia, por los cocineros de Napoleón Bonaparte, mientras que otra hipótesis indica que provendría de Indonesia y se habría expandido a Latinoamérica. A pesar de las disputas, hoy en día este dulce es un Patrimonio Cultural del Río de la Plata y se consume en múltiples versiones a lo largo de América Latina.
El alfajor argentino, también presente en el ranking
Los alfajores argentinos también lograron posicionarse en el ranking de Taste Atlas, consolidándose como una de las delicias más representativas del país. Estas golosinas, que pueden encontrarse en distintas variantes, se caracterizan por dos tapas de masa dulce unidas con relleno de dulce de leche o mermelada , recubiertas con chocolate o espolvoreadas con azúcar glas.
Si bien el origen del alfajor es árabe —su nombre proviene de “al-hasú”, que significa “relleno”—, fueron los españoles quienes lo llevaron a América. En Argentina, el alfajor adquirió una identidad propia, con variedades regionales que incluyen ingredientes como coco, frutas, merengue o frutos secos .
Hoy en día, los alfajores se han convertido en una parte fundamental de la cultura gastronómica argentina y son ampliamente consumidos junto con café o mate. Su presencia en el ranking de los 100 mejores postres del mundo refuerza su reconocimiento internacional.