Este 10 de diciembre culminó la gestión de Martín Buzzi al frente de la intendencia de Comodoro solo comparable con la brillante gestión de Mario Morejón, puesto que fueron dos ciclos de grandes concreciones que entraron en la historia grande para los comodorenses.
La gestión de Morejon doto de infraestructura básica a la ciudad para darle una proyección política donde nos podemos mirar a nosotros mismos y donde el caudillo saldó demandas elementales (asfalto, cloacas, forestación) con una fuerte visión estratégica.
Después del proceso que inicio Morejón dejo las bases sentadas para el desarrollo de la gran urbe que cristalizó Martín Buzzi consolidando lo iniciado en 1983 y dejando una ciudad con proyección para los próximos 20 años.
Es decir, que Morejón tuvo una primera gestión extraordinaria, y esa es la que lo pone en la historia. Una en la que supo adecuarse a la realidad política y trabajó con una amplitud ideológica que –forzada o no- le hizo hacer un gobierno peronista abierto y para todos. Y que lo llevó a la clara reelección
Los méritos de la gestión del intendente Morejón eran de un intelecto ajeno. Y la mayoría de sus líneas directivas eran inspiración e intuición directa del conductor político de la ciudad
Martín Buzzi, desde el momento que se sentó en el sillón de Moreno 815 busco inmediatamente instalar una democracia participativa cambiando las reglas de la vieja política y lo hizo asumiendo costos que ningún otro intendente hubiera podido soportar.
La voluntad popular los consagro a los dos con sendos triunfos contundente. Ambos intendentes se abrieron a todos los sectores de la comunidad. Desde los poderosos hasta los más humildes. Y supieron establecer el sutil equilibrio con la expectativa general de sus representados.
Morejón fue el primero en inducir desde la cultura y el deporte, a que dejáramos de dar la espalda al mar, que podía abrirnos un horizonte productivo –en la pesca- siempre despreciado por nuestra potencialidad minera.
Sin estar dotado del bagaje de conocimientos técnicos o sociológicos que si pudo aportar Buzzi, el gremialista de AATRA tuvo una fina intuición para orientar –y casi hasta establecer–directrices en ese recomienzo de la Democracia, que todos sus sucesores tuvieron que continuar.
Su carisma personal y su peculiar estilo de pura flema galesa (por vía materna), le permitían –sin estar dotado intelectualmente al mas alto nivel—conducir un equipo de profesionales brillantes y expertos. Como el propio anterior intendente peronista de la breve democracia anterior (el doctor Alberto Lamberti, su secretario de Hacienda inicial) o la ingeniera María Dolores Fernández de Djaparidze en Obras Públicas.
Vale el distingo, porque Morejón –desde la intuición y su fogueo dirigencial en el campo gremial—y Buzzi desde el fundamento de su doctorado en las Ciencias Políticas, conjugan dos niveles de una misma visión estratégica.
Morejón, con muchísima más audacia que presupuestos. Buzzi, con una visión global ya no tan empírica sino con fundamento científico y predicamento como planificador desde su trayectoria técnica previa en el mismo municipio y en el Concejo de Formación Profesional.
Si algo había caracterizado Comodoro Rivadavia en todas las intendencias previas a la de Buzzi –democráticas o no—era de la improvisación, la resolución del día a día, y la atención primaria y urgente de las carencias públicas.
Si de algo pudo haber adolecido la gestión Buzzi, fue de la atención primaria y más “visible” de la cosa pública: sus urgencias. Pero, en cambio, descolló en el planteo firme de una visión amplia y audaz hacia el futuro, donde apostó a una construcción colectiva combinando los recursos naturales con los conocimientos de las personas.
Hoy podemos repensar Comodoro desde la concreción de una obra emblemática como fue la pavimentación de las 600 cuadras a la inauguración del Observatorio Oceanográfico del Golfo San Jorge, puesto en valor por la propia presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner como un salto de calidad para los patagónicos.
El Parque Tecnológico es una apuesta al futuro, una ventana a los avances argentinos y una puerta de lo que vendrá, donde Buzzi pensó la ciudad (Centro de las Energías, Centro de Innovación y desarrollo Mar Austral, Observatorio Oceanográfico del Golfo San Jorge, Parque Industrial, los programa “Comodoro para Todos” y “Conectándoos al Futuro”) a la que queremos llegar en 10, 20 años, donde no se discute políticamente, en el mundo, que la ciencia y la técnica son las claves del desarrollo a futuro.
Estos dos intendentes marcaron una era fundacional en muchos aspectos para esta democracia definitiva, que –sumado a sus innatas condiciones ya descriptas—los tonos grises de sus gestiones no llegan a opacar la trascendencia de su paso por la Intendencia.
El futuro a Buzzi lo puso en un escenario central, con un protagonismo brillante y peligroso, por que la historia lo ponía a definir una y otra vez en momentos culmines, como fue el paso trascendental de volver a insertar a la provincia del Chubut dentro del contexto nacional.
Tras el paso de Buzzi los comodorenses sienten que recuperaron su identidad y dentro de sus logros se destaca fundamentalmente haber podido colocar la política en el centro de la escena, puesto que hoy se discute, se participa, se piensa la política y se milita en todas las fuerzas vivas de la ciudad.
Seguramente quedaron baches sin tapar, boulevares sin regar, y se descuido el maquillaje de la ciudad. Sin embargo, se concretaron grandes logros en materia de innovación, investigación y desarrollo tecnológico, que permitirán generar una autonomía en el uso de los recursos naturales para el beneficio de la región.
La gran apuesta de estos cuatro años fue Comodoro Conocimiento una política pública orientada al desarrollo sustentable de la ciudad y la región que pone en valor el conocimiento, generando condiciones para su creación y promoviendo la democratización de su acceso y uso por parte de todos los habitantes, buscando superar las nuevas desigualdades que el avance científico y tecnológico genera.
Dos ciclos, dos liderazgos distintivos, dos figuras que quedaran en la historia grande. Gracias a estos dos hombres Comodoro muestra el futuro, sin olvidar el pasado. Uno ya paso a la eternidad y el otro busca la gloria desde el 10 de diciembre cuando un comodorene después de 50 años volvió a sentarse en el sillón de Fontana 50.