Dormir junto a la pareja puede ser muy bueno, y algunos pueden percibir no hacerlo como un quiebre en la relación, pero para otros, simplemente se trata de querer un mejor descanso nocturno. “Pocas cosas afectan la calidad del sueño más que el entorno”, dijo en diálogo con The Washington Post Meir Kryger, profesor de medicina en la Facultad de Medicina de Yale y autor de El misterio del sueño.
El problema, dijo Kryger, es que muchos de nosotros ya luchamos con problemas de sueño como inquietud, parasomnia (como terrores nocturnos y sonambulismo), apnea del sueño y visitas nocturnas al baño. Agregue un compañero de cama que lucha con dificultades similares o uno que cambia de posición para dormir con frecuencia, acapara las sábanas o sigue un horario de sueño diferente al suyo, y las probabilidades de disfrutar de una noche libre de molestias disminuyen drásticamente.
El psicólogo de Manhattan Joseph Cilona tuvo una opinión similar: “La falta de sueño puede causar consecuencias físicas y emocionales devastadoras. Elegir dormir separados a menudo puede minimizar o eliminar los problemas de sueño y salvar o mejorar una relación“.
Un estudio de la Universidad de California en Berkeley encontró que dormir mal puede resultar en conflictos en las relaciones, y un otro de la Universidad Médica Privada de Paracelsus encontró que la falta de sueño y los problemas en las relaciones a menudo van de la mano.
Más allá de dormir mejor, Garrison dijo que ha descubierto que las parejas que duermen separadas también pueden mejorar su vida sexual. “Una cama es siempre para dos cosas solamente: dormir y tener sexo”, dijo. “Cuando te metas en la cama, una de esas dos campanas pavlovianas debería sonar”. Descansar bien por la noche con regularidad también reduce el estrés, y “el estrés es la kriptonita del sexo”, sostuvo, refiriéndose al material ficticio que debilita a Superman.